166. Gestionando desde lejos—Gracias por eso, Alfa Tyler —contestó el alcalde Brown, mirándolo de manera escéptica.Sabía que no le caía bien al Alfa, pero siempre se habían llevado de manera educada. Sin embargo, desde que apareció Dominic hace un mes, sus ansias de poder se habían incrementado. Además, el beta de la manada Laguna Roja había saldado su deuda en los casinos, una suma nada despreciable, por cierto.—No es nada, alcalde —respondió Tyler, mirándolo de manera calculadora.Tyler nunca hacía un favor sin tener algo bajo la manga, y planeaba usar esta situación a su favor más adelante.El Alfa Tyler se apartó de la multitud de periodistas, sintiendo el peso de las miradas sobre él. Sabía que la situación era delicada; cualquier paso en falso podría llevar a la ruina no solo a su manada, sino a su familia. Dominic estaba jugando sucio, y la presencia del alcalde Brown solo complicaba más las cosas.—Alfa, necesitamos que nos acompañe —le dijo uno de los bomberos, interrumpie
167. Auditoría Alejándose rápidamente de ella, o se arrepentiría, Tyler se fue al baño a darse una ducha. Clara lo miró todo el tiempo, parada en el lugar donde él la había dejado, totalmente atónita por el cambio tan radical que había tenido con ella. Lo observó vestirse, arreglarse, sin poder decir nada. Rápidamente, él se puso el anillo de bodas, su reloj, agarró sus cosas y se fue, dejándola sola en la habitación y profundamente herida.Ella solo quería ayudarlo. ¿Era tan difícil de entender eso? Pero él estaba acostumbrado a hacerlo todo solo, y contra eso ella no podía competir, porque si no le daba un lugar no solo en su cama sino también en la manada él no estuviera tan estresado. No solo quiero estar como su esposa sino también como la Luna de la manada, el peso recaería en los dos, y no solo en él. ¿O acaso ella lo estaba viendo de una manera totalmente diferente y la que estaba mal era ella?Clara no lograba entender del todo qué era lo que le sucedía a Tyler, si estaba
168. ¿Vivo?—¡¿Estás vivo?! —exclama Anabella, asombrada.—¿Pensaste que había muerto, mi amor? —pregunta James Montgomery, viéndola fijamente— tal vez tu plan falló.—Todos pensábamos que estabas muerto, James Montgomery —dice ella con odio en su voz— déjate de tonterías ¿Quieres?—Veinte años y aún no cambias. Arrugar el ceño hace que te salgan arrugas, Anabella Smith —se burla James.James había perdido dieciocho años de la vida de su hija debido a un accidente que le causó amnesia. Solo cuando vio en la televisión una entrevista con su hija, Clara, todos sus recuerdos volvieron como un tren arrollador. Clara era la viva imagen de Leah, tan hermosa como siempre. Sentía una terrible tristeza por haber perdido a su pareja sin poder verla una vez más, sin poder despedirse, sin poder decirle que se iba a separar de esa maldita bruja para ser feliz. Desperdició los días con Anabella por hacerle caso a su padre y no tener el coraje de decirle que su mate era una hermosa omega.—Tu
169. Un largo viajeClara se encontraba bastante alterada y muy confundida; no había visto a su esposo en dos días y se sentía fuera de lugar y desbalanceada, pero él seguía manteniendo la distancia y ella acató lo que él quería.—¿Qué te tiene así? —preguntó Hilda en cuanto la vio sentada sola en el jardín y melancólica.Hilda no había visto a Clara tan triste en… tal vez la muerte de Charles le afectó más, pero era una mujer tan fuerte que trataba de que eso no se le notara.—Solo salí a tomar un poco de aire ahora que los niños están dormidos —respondió Clara, mirándola rápidamente antes de volver su mirada a la fuente frente a ella que le transmitía paz.—Conozco esas miradas. ¿Discutiste con Tyler? ¿Qué te hizo? Porque le voy a dar con el bastón que le va a doler hasta su próxima vida —contestó la abuela Hilda, enojada.—Discutimos un poco, y las cosas han estado muy complicadas y distante desde entonces, no hemos podido terminar de solucionarlo. Pero está bien, puedo esperar —co
170. Reportero Antonella se había propuesto conquistar al frío alfa, que se veía melancólico mientras atendía el caso de su empresa de automotriz y el incendio de la bodega que tuvo innumerables perdidas y él solo gestionaba ambas cosas.¿Dónde estaba su Luna y por qué no estaba aquí ayudándolo? Ella sería una perfecta Luna, solo necesita dar el ultimo empujón.Con el incendio ocurrido hacia pocos días y la auditoría, el alfa Tyler apenas dormía o comía, y si iba a su casa no salía del despacho por la montaña de trabajo que no podía seguir evadiendo, le hacía falta su esposa y sus hijos que solo podía ver mientras dormía y se siente como cuando ella llegó a la manada y él metió la pata con Alessia. Ahora que lo piensa nunca se disculpó con ella, solo se alejó de ella de día cuando de noche la miraba dormir y les hablaba a sus cachorros.—¿Le puedo traer un café, alfa Tyler? —pregunta Antonella tratando de acercarse sin obtener éxito alguno.—No, gracias —dijo Tyler.No le gustab
171. Cena con papáA pesar de todo el desastre que ha pasado en su vida, y con la noticia corriendo como pólvora por todos lados, Clara decide salir a cenar con su padre en lugar de cenar con Tyler. No tiene la fuerza suficiente para hablar con él y lidiar con todo el asunto. Sabe que no es real, que tal vez fue un montaje, pero simplemente no tiene ganas de enfrentarse a Tyler ahora, así como él no tuvo ganas de venir a dormir en su cuarto y hacerla parte de su vida.Se arregló con gran esmero: se dio un baño, se miró al espejo, y se aplicó aceites de jazmín en el cuerpo para darle un brillo especial a su piel. Se puso una capa extra de maquillaje para tapar esas ojeras que hoy no quería lucir. Hoy no iba a esperar a su compañero, especialmente hoy que debería ser un día feliz para ella por haber encontrado a su padre. No le iba a dar el gusto a quienquiera que haya sacado la noticia de verla destruida y llorando.Entre las cosas que Tyler le había regalado, había un hermoso vestido
172. Carta de Charles—Esta carta me la dejó el abuelo Charles, y fue instruido que se me entregara una vez él muriera —le comenta Clara a su padre, James.Aún no está muy segura de lo que planeaba el Alfa Charles, pero Clara decidió seguir sus instrucciones en lo que respecta a Anabella.—¿Quieres que la abramos juntos? —le pregunta James con los ojos cristalizados por las lágrimas retenidas.James sentía que, a pesar de todo, no merecía tanta bondad de parte de su hija. Ella lo había aceptado con los brazos abiertos, sin dudar ni un segundo en darle su afecto.—La verdad es que no he tenido fuerzas para verla, pero siento que es el momento, y quiero que me ayudes a hacerlo y a leerla juntos —Clara se encoge de hombros, un poco recelosa de que James le diga que no.—Es un honor para mí —le sonríe James, y una lágrima se escapa de su ojo—. Ya hiciste llorar a tu viejo.—No estás viejo —dice ella también, respirando y riendo a través de las lágrimas.—¿Estás lista? —le pregunta James.
173. PelículaJames se negó a darle uno de los bebés a quien fuera; constantemente los estaba cargando y haciéndoles monerías. Los pelirrojos, más que contentos, reían y gorgoteaban con su abuelo. De la tristeza que había encontrado en un momento de la noche, Clara ahora se sentía feliz. Aún no podía creer que su padre, en verdad, estuviera aquí. James tenía su propia versión de los hechos, y ella estaba casi segura de que sería la misma versión que la de su madre. Si pudiera, le preguntaría a su madre en algún momento.Anabella, por su parte, estaba frenética en un bar, bebiendo y sintiéndose desbalanceada. En ningún momento de su plan contaba con que James Montgomery apareciera vivo, pidiendo su estúpida... Y más aún si iba a exigir algún pago, y posiblemente el divorcio. Ella no podía permitir eso; tenía que encontrar la manera de salir victoriosa, pero aún no sabía cómo.En el despacho de Tyler, él estaba bastante inquieto. No sabía si Clara iba a volver hoy de esa supuesta cena en