172. Carta de Charles—Esta carta me la dejó el abuelo Charles, y fue instruido que se me entregara una vez él muriera —le comenta Clara a su padre, James.Aún no está muy segura de lo que planeaba el Alfa Charles, pero Clara decidió seguir sus instrucciones en lo que respecta a Anabella.—¿Quieres que la abramos juntos? —le pregunta James con los ojos cristalizados por las lágrimas retenidas.James sentía que, a pesar de todo, no merecía tanta bondad de parte de su hija. Ella lo había aceptado con los brazos abiertos, sin dudar ni un segundo en darle su afecto.—La verdad es que no he tenido fuerzas para verla, pero siento que es el momento, y quiero que me ayudes a hacerlo y a leerla juntos —Clara se encoge de hombros, un poco recelosa de que James le diga que no.—Es un honor para mí —le sonríe James, y una lágrima se escapa de su ojo—. Ya hiciste llorar a tu viejo.—No estás viejo —dice ella también, respirando y riendo a través de las lágrimas.—¿Estás lista? —le pregunta James.
173. PelículaJames se negó a darle uno de los bebés a quien fuera; constantemente los estaba cargando y haciéndoles monerías. Los pelirrojos, más que contentos, reían y gorgoteaban con su abuelo. De la tristeza que había encontrado en un momento de la noche, Clara ahora se sentía feliz. Aún no podía creer que su padre, en verdad, estuviera aquí. James tenía su propia versión de los hechos, y ella estaba casi segura de que sería la misma versión que la de su madre. Si pudiera, le preguntaría a su madre en algún momento.Anabella, por su parte, estaba frenética en un bar, bebiendo y sintiéndose desbalanceada. En ningún momento de su plan contaba con que James Montgomery apareciera vivo, pidiendo su estúpida... Y más aún si iba a exigir algún pago, y posiblemente el divorcio. Ella no podía permitir eso; tenía que encontrar la manera de salir victoriosa, pero aún no sabía cómo.En el despacho de Tyler, él estaba bastante inquieto. No sabía si Clara iba a volver hoy de esa supuesta cena en
174. Pagando pecadosTyler se sentía ahogado, no sabía que la había lastimado tanto al alejarla, cuando buscaba exactamente lo contrario y se maldice una y otra vez por eso.Thunder estaba más que furioso por la estupidez que había cometido su humano y sentía que su enlace peligraba si Clara no lo perdonaba. Tyler esperó toda la noche en su cuarto para ver si ella regresaba, pero no lo hizo y eso solo lo desesperó más.«Eso sintió ella, ahora mírame, pagando tus pecados estúpidos» se queja Thunder.Pasaron cuatro días más en las que Tyler no salió de la mansión esperando porque Clara quisiera hablar con él, ella dijo que hablarían cuando ella estaba lista… pero, esto era demasiado para él.Sabía por los empleados que ella salía de la mansión constantemente y la abuela le dijo qué a pasar tiempo con su padre y los gemelos, al quinto día decidió no seguir esperando o pasaría toda una vida y ella no volvería y allí si la perdería para siempre, él no podía permitir eso. Sentía un dolor so
175. Moviendo las fichasTyler estaba en la tranquilidad de su despacho revisando unos mapas ya que no podía dormir cuando recibió una alerta en su celular: los renegados estaban empezando a atacar las afueras de las ciudades, incendiando casas de inocentes. Se levantó de inmediato y corrió hacia donde estaban su amada y sus cachorros durmiendo. No había tiempo para delicadezas, así que entró como un torbellino. Clara, asustada, se levantó rápidamente, mirando a su alrededor y parpadeando, tratando de orientarse. Aún le dolía lo que habían hablado la noche anterior, pero Tyler lo entendía. Sin embargo, no había tiempo para nada más que salvar vidas.—Están atacando la manada —le informó Tyler, mirándola ansioso. Ahora sin saber cómo proceder.Por increíble que parezca, el alfa más fuerte de la región no sabía qué hacer, aun se sentía perdido. Ella se levantó de un salto y comenzó a dirigirse hacia su armario. Se puso ropa cómoda porque lo más seguro es que tendría que convertirse en A
176. La ciudad Varios alfas se encontraron en las limitaciones de la parte oeste de la ciudad para que Los renegados no los vieran porque estaban en el otro extremo esperando para atacar causando estragos —Bueno, el Alfa nos dijo que nos reuniéramos en la sala de guerra —comentó uno de los Alfas luego de su corto viaje.—Vamos, que para luego es tarde —dijo Derek, queriendo destrozar cráneos cuanto antes.«La Diosa sabía que lo necesitaba luego de la conversación con Isabella, odiaba cuando su madre se refería a ella solo como Bella... ¿Qué estoy pensando? Enfócate» el alfa Derek estaba confundido.La luna llena iluminaba el bosque, proyectando sombras inquietantes sobre el territorio de la manada. Tyler permanecía en el centro de la sala de guerra, rodeado por sus betas y consejeros y su Luna. El mapa extendido sobre la mesa mostraba múltiples marcas rojas, cada una señalando un ataque reciente en la semana de Dominic. Sabía que él estaba detrás de todo, pero lo que más le preo
177. Batalla FinalLa noche se tornó oscura, con nubes densas cubriendo la luna presagiando la batalla, Dominic ya tenía todo listo y estaba en posición para atacar.Las sombras se movían furtivamente entre los árboles, acercándose al territorio de Laguna Roja. Alessia y el alfa Blake estaban en posición, Alessia pensaba que si tal vez hubiera atacado antes no estarían aquí, esa llamada en medio de sus preparativos para un ataque sorpresa contra Dominic cambio todos sus planes, un zumbido en el comunicador de Blake detuvo el tren de pensamientos que tenía la rubia.—Es Tyler —dijo Blake, el rostro cero de Alessia esperando un alerta ponía un poco triste a Blake, su hermana no sería así si él la hubiera encontrado a tiempo— estamos listos para atacar.—¿Todos en posición? —preguntó ella, ya anticipando lo peor.—Dominic está atacando… Ahora, ha habido varias detonaciones en algunas casa, gracias a Diosa fueron evacuados los que estaban en esa zona por previsión de la Luna Clara —respon
178—¡Perra! ¡¿Qué me hiciste?! —Dominic estaba furioso, con las venas brotadas y rojo de ira, escupiendo saliva mientras maldecía, pero Clara no se inmutaba— ¡déjame ir! Exijo que me dejes ir. Cobarde.—¿Yo? ¿Cobarde? —se ríe entre dientes la loba roja frente a él— eres tú quien puso explosivos por toda la ciudad, tú quién metes espías en la manada. Eres tú el hijo de puta que ataca a traición ¿Y yo soy la cobarde?Ya no existía miedo, al menos no en ella ni en los que la apoyaban. Pero sí existía miedo en esos humanos que decidieron confiar en un perro sucio como Dominic. Los renegados se veían más aliviados que asustados; sabían que el final de Dom había llegado. Este no se podía mover ni siquiera un poco, y empezó a sentir miedo por primera vez en su vida.—¡Cállate! —le gritó desde lo más profundo de su ser— me las vas a pagar maldita bruja.—Vas a pagar por tus pecados, se acabó, Dom. Admítelo —dijo con burla Clara.—Me voy a escapar de la cárcel, nadie puede detenerme, zor
179. Segundas oportunidades Bella estaba que se comía las uñas de tanto esperar a Derek. La gente del servicio le había comentado sobre la llamada de emergencia que había recibido el alfa en esos momentos, dejándola sola con sus pensamientos más caóticos. Justo en ese momento escuchó el ruido de un auto y, a pesar de llevar unas pocas semanas viviendo con Derek, sabía que era él. Se levantó de un salto de donde estaba sentada en la sala y fue a recibirlo, para saber si necesitaba ayuda o algo.Después de lo que pareció una eternidad, un Derek cansado, con ojeras, sucio y ensangrentado y con una ropa que claramente no era de él apareció por la puerta.—Oh, gracias a la Diosa —dijo aliviada—. ¿Estás bien? ¿Estás herido? —le preguntó, mirándolo con lágrimas en los ojos.Se sentía sobrepasada con sus sentimientos, confundiéndola en ese momento que se agolpaban en su garganta. No sabía qué más decirle, así que solo se lanzó a él y lo abrazó. Derek estaba más que sorprendido y gustoso p