179. Segundas oportunidades Bella estaba que se comía las uñas de tanto esperar a Derek. La gente del servicio le había comentado sobre la llamada de emergencia que había recibido el alfa en esos momentos, dejándola sola con sus pensamientos más caóticos. Justo en ese momento escuchó el ruido de un auto y, a pesar de llevar unas pocas semanas viviendo con Derek, sabía que era él. Se levantó de un salto de donde estaba sentada en la sala y fue a recibirlo, para saber si necesitaba ayuda o algo.Después de lo que pareció una eternidad, un Derek cansado, con ojeras, sucio y ensangrentado y con una ropa que claramente no era de él apareció por la puerta.—Oh, gracias a la Diosa —dijo aliviada—. ¿Estás bien? ¿Estás herido? —le preguntó, mirándolo con lágrimas en los ojos.Se sentía sobrepasada con sus sentimientos, confundiéndola en ese momento que se agolpaban en su garganta. No sabía qué más decirle, así que solo se lanzó a él y lo abrazó. Derek estaba más que sorprendido y gustoso p
180. De las cenizas como el ave fénix Luego de que Alessia se bañara y saliera vestida con lo que Clara le prestó, se encontró a Blake mirando por la ventana en su cuarto, lo cual le pareció bastante extraño; pensó que se iba a dormir de una vez todos estaban muy cansados. Pero a Blake el cansancio no lo vencía, necesitaba hablar con su hermana y contarle lo que había descubierto.—Las nubes ya despejaron el cielo y la ciudad se ve más clara, como si supieran que todo el mal ha muerto —opinó Blake sin voltearse a verla.Le pareció bastante extraña su conclusión, pero no se lo dijo. Simplemente esperó a que le dijera qué era lo que hacía en su habitación. Tal vez quería que se quedara ahora en Laguna Roja, ya que Dom ya no era un problema para ella, algo que le dolía mucho le hubiera gustado quedarse más tiempo en la manada.—Dejaré la búsqueda de mi hermana —comentó Blake luego de un eterno silencio.Alessia se sorprendió luego de mucho rato, no esperaba que dijera eso.—¿Por qu
181. EXTRA (UN AMOR IMPOSIBLE)Recuperé a mi hija, y me siento el hombre más feliz del mundo. Mis bienes monetarios no son tan importantes como ella. Voy casi a diario a su casa para poder disfrutar de mis nietos. —Tenemos nietos, Leah —digo, mirando la luna creciente desde mi balcón.La casa se sentía tan sola a veces que les dije a algunos de los residentes de mi manada que podían quedarse; no quería sentirme nunca más solo. —Sé que, dondequiera que estés, nos estás viendo y cuidando. Algo me dice que fuiste tú quien me mantuvo con vida todos estos años —hablé con mi amor como si estuviera a mi lado.Algo que hacia de manera recurrente después de haber recordado mi pasado, porque sentía que me observaba, que me veía, que me escuchaba. Sentía que ella jamás me iba a dejar, a pesar de estar del otro lado. Algún día nos encontraremos. Por ahora, seguiré cuidando de mi pequeña niña y de mis nietos, disfrutando de su compañía y añorando la de mi compañera.***Hace 25 añosJames
182. Extra II (mi familia eres tú)Leah había aceptado que no podría casarse con James jamás, nunca la marcarían o la reconocerían como su compañera. Era su amante y así debía seguir siendo, pero su infierno era demasiado para soportar y quiso desistir.—No me puedes asegurar eso —dijo la compañera de James, con lágrimas en los ojos—. Lo mejor es que me vaya. Ahora van a ser una familia.—Mi familia eres tú, y de aquí no te vas —rugió, enojado—. Si me dejas, me vas a matar.James estaba desesperado por no perder a su compañera predestinada.—Soy yo la que va a morir si sigo viéndolos juntos, tomados de la mano y besándose cada vez que me ven —Leah no soportaba más esto. Los gritos se escuchaban hasta la cocina y Anabella no tuvo que hacer mayor esfuerzo por escuchar que estos idiotas eran amantes, siempre lo había sospechado. Pero ahora tenía pruebas y corrió al despacho de Charles para decírselo, él se deshará de esa perra.Llegó y entró sin tocar interrumpiendo el trabajo de
183Ha pasado una larga semana. Tras la muerte de Dominic, todo ha estado relativamente tranquilo, pero una nerviosa Clara siente que la calma no es más que una ilusión. Su corazón latía desbocado, y sus manos temblaban mientras miraba su reflejo en el espejo del baño. —Vamos, ¿qué esperas? —dijo Nila desde el otro lado de la puerta.—Estoy nerviosa... la primera vez que me pasó esto ni siquiera había practicado el sexo —respondió Clara, resoplando, sin querer salir del baño.—¿Me estás jodien.do, verdad? —preguntó Nila, anonadada.—Ojalá lo estuviera... los gemelos... cuando llegaron, pues llegaron mucho antes de que yo... pues... —Clara dudó, sintiendo un calor en las mejillas—, ya sabes...—Pero te hicieron cesárea, o sea que eso está como nuevo allá abajo —dijo Nila sin ningún pudor, soltando una carcajada.—¡Nila! —exclamó Clara, asombrada por el descaro de la loba—. Mejor hablemos de... —Se detuvo, tratando de pensar en algo que la distrajera—, ¡Oh sí! Ese lobo sexy llama
184La atmósfera en la sala de espera estaba cargada de tensión. La noticia del parto adelantado de Clara había puesto a todos en vilo. Tyler, con el rostro marcado por la preocupación, se mantenía firme al lado de su esposa tratando de controlar a su lobo, sosteniéndole la mano mientras ella enfrentaba las contracciones. La abuela Hilda se había quedado en casa con Kiran y Lucien, preocupada, pero aliviada de no tener que lidiar con el caos de un parto anticipado.Drew y Zac, los dos guardaespaldas leales, estaban en la misma sala, junto con Nila, compartiendo miradas inquietas mientras esperaban noticias. Zac se había esforzado por mantener su distancia de Nila todos estos meses que había pasado en la boda de Clara y su alfa. La belleza de la loba había sido un recuerdo que no podía borrar de su mente siempre le había gustado la loba, pero sus inseguridades y temores le impedían acercarse a ella de nuevo luego de que tratará de irse de esa manera.Nila, sin embargo, no podía dejar
185James Montgomery había dedicado los últimos meses a planear y cumplir su venganza contra Anabella. La traición que ella había cometido, asesinando al antiguo alfa Charles, alejarlo de su compañera, casi matarlo a él mismo. No podía quedar sin castigo. Aunque Anabella había intentado huir, James la había atrapado y la había sometido a un régimen de trabajo forzado con cadenas de plata en sus tobillos, en lugar de enviarla a la cárcel. El castigo era arduo: limpiar la chimenea con un cepillo de dientes, fregar las baldosas una a una con un paño y realizar tareas extenuantes que parecían no tener fin. Era un trabajo duro, pero Anabella prefería ese castigo a enfrentar la condena en prisión.Un día, Clara y Tyler decidieron aprovechar su tiempo libre para ir a comer juntos. Los niños, Lucía, Kiran y Lucien, estaban bajo el cuidado de la abuela Hilda, quien se había quedado en casa con ellos. Clara y Tyler, deseosos de pasar un momento agradable, decidieron visitar a James y compart
186—¿Leonard? —repitió, sintiendo un escalofrío recorrer su columna vertebral—. Pero, pensé que había desaparecido después de que… después de todo.¿El padre de Isabella había vuelto luego de todos estos años?—Lo hizo —respondió James—, pero está de vuelta, y más peligroso que nunca. Parece que tú no fuiste la única que cambió en estos años. Él está fuera de control y se acerca rápidamente a nuestro territorio. No puedo arriesgarme a que llegue aquí. Tienes que detenerlo, Anabella. Es tu última oportunidad de demostrar que ya no eres la mujer que alguna vez fuiste.Anabella se mordió el labio, sintiendo la presión de la decisión que debía tomar. Aceptar esta misión significaba enfrentarse a los fantasmas de su pasado y arriesgarse a perder lo poco que había recuperado de sí misma. Sin embargo, negarse significaba renunciar a la redención y posiblemente enfrentar la ira de James, quien no tendría reparos en enviarla a la cárcel o algo peor.—Lo haré —dijo finalmente, con una det