159. Los prisioneros Así lo encontró su abuela, sentado cerca de la ventana, mirando hacia el exterior pensativo y preocupado por su manada.—Andas muy pensativo —dijo la abuela, mirándolo preocupada.—Hay cosas que están pasando en la manada que no me gustan nada —le confesó Tyler—. Lo peor es que creo que llevan años ocurriendo, y yo no me había dado cuenta.—¿De qué estás hablando, hijo? —preguntó la abuela.—Ha habido varios secuestros en la zona, y no sé si te enteraste del camión con 168 mujeres que encontraron en un condado cercano —la mira de reojo un momento.La mirada de Tyler vuelve al exterior, una noche oscura, un bosque con muchos secretos y sus hombres rodeando el perímetro de la casa. Los veía a todos con claridad gracias a su visión sobrehumana.—Escuché sobre eso —dijo la abuela Hilda, recordando las noticias.—Entre esas pobres chicas hay 10 mujeres de la ciudad, seis de la manada y las otras vienen de todo el mundo —le contó Tyler—. Abuela, están traficando
160. Tiempo de sobraTyler se dió un baño y se acostó a dormir al lado de su esposa atrayéndola hacia su cuerpo para poder dormir necesitaba sentirla cerca y segura sentía que en cualquier momento su felicidad podía verse amenazada y no iba a permitir que nada ni nadie trate de dañar su familia su manada su gente no lo va a permitir.Ellos eran de él para proteger.Tyler había pasado días rastreando a Alessia. Algo en su desaparición le había inquietado desde el principio, pero ahora, con cada paso que daba, la preocupación se transformaba en una necesidad feroz de encontrarla, Clara también estaba muy preocupada. No sabía si Alessia desapareció porque está en peligro o solo quiso desertar de la manada al no poder soportar la unión de Clara y Tyler.—¿Cómo no vas a encontrarla? —pregunta Tyler a Tim.Timothy se sentía terrible al fallarle a su alfa, con rodillas al piso descubrió su cuello en señal de sumisión, era capaz de acatar cualquier castigo que ellos crean que se merece.
161. En lo profundo del bosque—Clara —jadea Tyler.Clara se sentía poderosa, ahora era su turno de hacer que ese hombre se doblegará por ella y que tal vez se arrepintiera de no darle su clímax.Sus pequeñas manos se hicieron con su monstruoso eje endurecido, una gota de pre semen adornaba la punta de su glande que ella sin pena alguna lamió con interés de saber cómo era su sabor.Habían hecho muchas cosas en muchos sitios, pero esto no, y no entendían porque. Creyó que siempre era bueno intentar algo nuevo, le gustó la salinidad de su sabor y engulló toda la punta, sabía que no podría hacer entrar todo su grosor en su boca, pero ella estaba sorprendentemente disfrutando de todo el asunto, aunque ya le dolían las rodillas, obvio el daño en ella y siguió con la exploración que le hacía a Tyler y se guiaba por sus gemidos sexys y roncos que soltaba, también acompañada de unas cuantas maldiciones y lo buena que era su boca.—Así, amor… justo así —decía Tyler con la cabeza echada atrás y
162. Diario privadoTyler tomó el cuaderno con manos poco firmes. Al abrirlo, reconoció la letra de Alessia luego de tantas años que trabajaron juntos podía hacerlo con facilidad. Las primeras páginas eran pensamientos felices de su vida con sus padres, luego eran más dispersos, recuerdos fragmentados de momentos en su vida, pero a medida que pasaba las páginas, los textos se volvían más oscuros, más intensos. Había descripciones detalladas de los horrores que había sufrido, la manipulación, la traición de Dominic luego de la muerte de sus padres, y el constante temor de no ser lo suficientemente fuerte para escapar.En una página casi al final, había un dibujo de un lobo pequeño y asustado, rodeado de sombras. Al pie del dibujo, Alessia había escrito:«No puedo escapar de esto, pero algún día, alguien me salvará»Blake sabía que romper la privacidad de Alessia estaba mal, pero algo le dijo que lo que había mandado a buscar bajo el riesgo de su omega era más importante de lo que ella
163. Redimirnos—Entonces, ahí es donde debemos ir —dijo Tyler con voz grave—. Mi hermana puede estar allí.Tyler asintió, con la determinación grabada en su rostro.—Esta vez, no dejaré que Alessia enfrente esto sola —respondió con voz áspera, más lobo que persona en ese momento.En menos de cuatro horas, había descubierto muchas cosas que cambiaban el juego por completo. Los dos alfas y Clara se giraron hacia el oeste. Sabían que el enfrentamiento final estaba cerca, y que el destino de Alessia dependía de lo que encontraran en esas cuevas.—Ella nunca debió enfrentar esto sola —dijo Clara con tristeza, mientras muchas piezas empezaban a encajar en su mente.Clara no sabía que una persona podía sufrir tanto. Se preguntaba si Bella era así gracias a su madre, Anabella. ¿Podría ser que esa mujer tan déspota y narcisista había moldeado a su hija de esa manera? Tal vez no sea demasiado tarde para Bella, pensó.Tyler y Clara regresaron a casa en silencio. Decidieron caminar para intentar
164. Órdenes son órdenesY cómo olvidar a su abuelo Charles. Clara siempre lo había considerado su verdadero abuelo, sin importar la sangre. Aún no se atrevía a abrir su carta, pero sabía que pronto tendría que hacerlo.—¿Quieres decir que quienes tenemos a nuestro lado son los que nos ayudan a ser como somos? —reflexionó Tyler—. Tú tuviste a Charles y a tu madre, por eso eres una buena persona. Pero Bella y Alessia… no tuvieron ni siquiera un poco de eso.—Sea como sea, las cosas son como son —respondió Clara—. Es un tema complicado, con demasiados matices. No puedo simplemente pensar en quién es culpable o inocente, si es bueno o malo. Supongo que yo haría lo que fuera por mis hijos, haría lo que fuera por sobrevivir, y eso es exactamente lo que hicieron Bella y Alessia.—Me enteré de que se va a casar —dijo Tyler, soltando la bomba.Clara abrió mucho los ojos, sorprendida. Su abuelo había muerto hace apenas un mes, ¿y ella ya iba a casarse? ¿Con quién?—No te imaginas con quién —di
165. Bomberos y heridosClara no quería que Tyler saliera a hacer su trabajo preocupado, puso su mejor cara de valiente y trato de sonreír de manera natural.—Estoy bien, cariño. Ve y asegúrate de que todos estén bien y de darles el trato que todos en la manada merecen. Yo, desde aquí, gestionaré las ambulancias y los hospitales que puedan recibirlos. Por favor, ten mucho cuidado —le dijo Clara, dejando entrever que aún seguía preocupada.—Muy bien, perfecto, ya me voy —respondió él con una suave sonrisa.Corrió hacia su armario para ponerse una camisa y sus tenis; no había tiempo de usar un traje, eran las tres jodidas de la madrugada.Clara, por su parte, empezó a sacar su laptop y su teléfono para gestionar todo lo que pudiera desde casa. Con mucho pesar, tuvo que llamar a Nila para que verificara que sus hijos estaban bien y, luego, entre ambas, se pusieron a averiguar qué era lo que había pasado sin moverse de casa.Dominic ya había movido las fichas y había mandado al alcal
166. Gestionando desde lejos—Gracias por eso, Alfa Tyler —contestó el alcalde Brown, mirándolo de manera escéptica.Sabía que no le caía bien al Alfa, pero siempre se habían llevado de manera educada. Sin embargo, desde que apareció Dominic hace un mes, sus ansias de poder se habían incrementado. Además, el beta de la manada Laguna Roja había saldado su deuda en los casinos, una suma nada despreciable, por cierto.—No es nada, alcalde —respondió Tyler, mirándolo de manera calculadora.Tyler nunca hacía un favor sin tener algo bajo la manga, y planeaba usar esta situación a su favor más adelante.El Alfa Tyler se apartó de la multitud de periodistas, sintiendo el peso de las miradas sobre él. Sabía que la situación era delicada; cualquier paso en falso podría llevar a la ruina no solo a su manada, sino a su familia. Dominic estaba jugando sucio, y la presencia del alcalde Brown solo complicaba más las cosas.—Alfa, necesitamos que nos acompañe —le dijo uno de los bomberos, interrumpie