154. Nuestros deberes—¡Alto, alto! —clamó Clara entre risas—. ¡Mis costillas no aguantan más, Alfa Tyler!Tyler dejó de hacerle cosquillas y la miró con una ternura que hizo que el corazón de Clara tartamudeara en su pecho y se derritiera un poco más, si es que eso era posible.—Lo siento, mi Luna —dijo él, besando suavemente su frente—. No puedo evitarlo, me encanta verte reír —luego besó sus mejillas y cuello.—Mejor que te guste, me verás llorar del dolor de seguir con esas cosquillas mortales —bromeó Clara, tratando de recuperar el aliento.Tyler la ayudó a levantarse, y ambos se quedaron un momento en silencio, simplemente disfrutando de la presencia del otro.—¿Crees que los niños algún día recordarán estos momentos? —preguntó Clara, un poco más seria— solo son unos bebés.Tyler miró hacia donde estaban ya distraídos con los ruidos de los árboles, donde los gemelos observaban curiosos todo.—Quizá no en detalle, pero estoy seguro de que sentirán el amor. Eso es lo más important
155. Volver a la ciudad—Volvamos mañana por la mañana. Ya son las 6 de la tarde y no quiero que manejes tan tarde —Clara le dijo preocupada viendo al exterior por la ventana.De todas formas no faltaba mucho para volver a la ciudad, era mejor adelantar las cosas. Después de todo siempre estaría la casita en la montaña para cualquier otro momento.—Muy bien, pediré a Tim que mande un auto. Así no estaremos tan cansados y yo podré ayudarte con los niños en el camino —le comenta como quiere solventar el viaje.—Eso me parece muy lindo y considerado de tu parte, Alfa —le dice Clara coqueta.Se estaban conociendo cada vez más como pareja, pero en cada mirada, en cada gesto, sentían que, sin importar cuántas semanas, meses o años pasaran, siempre descubrirían algo nuevo del otro que les maravillaría.—¿Qué te parece si esta noche cocino yo? —propuso Tyler, acercándose a la ventana con una sonrisa juguetona y dándole un vasto beso en los labios.Clara se rió y negó con la cabeza. Sabí
156. Un alfa llamado Blake—Yo también te amo, cariño —contestó ella, muy emocionada, con los ojos llenos de lágrimas.«¡Diosa! ¡qué hermosa era!» pensó Tyler, maravillado por la intensidad de sus sentimientos.Clara llegó hasta donde él estaba y lo besó apasionadamente. La electricidad que aún sentían cuando se tocaban era algo mágico para ellos, y siempre daba pie a algo más. Sin embargo, un golpe en la puerta los interrumpió, obligándolos a separarse a regañadientes.—Alfa Tyler, Luna Clara, disculpen la interrupción —dijo Timothy, haciendo una reverencia—. Tengo un mensaje de un Alfa de tierras lejanas. El Alfa Blake quiere hablar contigo.Ni Tyler ni Clara habían escuchado hablar de ningún Alfa llamado Blake. Tyler se preguntó si querría hacer negocios, pero Clara, con su intuición, supo que se trataba de algo más.—¿Cuándo quiere reunirse con nosotros? —preguntó Tyler.—La semana que viene —respondió Timothy—. Estuve investigando, y es un Alfa poderoso en sus tierras, pero si de
157. Investigación—¿Y quién los contacta? —preguntó Tyler, tratando de juntar los puntos faltantes en su rompecabezas.—Sus teléfonos son irrastreable y muchos desechables —respondió Timothy—. Así que deben tener una gaveta entera llena de estos celulares. Sin embargo, en algún momento tienen que cometer un error, como el del camión con las 168 mujeres.Tyler asintió, pensativo, mientras su mente trabajaba rápidamente para idear un plan.—Es importante que no les quitemos los ojos de encima a las mujeres —dijo el Alfa, con el ceño fruncido—. Al menos pónganles un rastreador.—Cámaras cerca de sus casas también podrían ser útiles, para que no se sientan tan invadidas —comentó Clara, sugiriendo una solución más sutil.—Me pondré en eso ya mismo —dijo Timothy, tomando nota mentalmente.Tyler miró a Timothy a los ojos, su expresión se endureció.—Tal vez deberíamos hacer una pequeña donación al alcalde humano —sugirió Tyler—¿Qué tal cámaras en la ciudad? Pero esto solo lo podemos saber
158. Estás mintiendo—Lo que oíste, hermanito —dijo Alessia, sonriendo al ver cómo Dominic comenzaba a creer su mentira. Sabía que así lo volvería más loco y como resultado más descuidado.Por un momento, Dominic sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Si Alessia decía la verdad, su plan podría desmoronarse. Pero rápidamente descartó la idea, tratando de recuperar el control de la situación y de su mente.«Ella solo quiere meterte bajo tu piel es una pequeña zorra» dijo su lobo Todd.—Estás mintiendo —dijo, acercándose a ella con rapidez y sujetándola por el brazo clavándole las garras y haciéndola sangrar.—No miento, hermano mayor —respondió Alessia con burla en su voz.Sabía que era lo que más Dominic adoraba y una de esas era mantener sus dos identidades separadas y mucho dinero. El dinero venía con poder y era algo que él no podía soltar, así como así.—No me llames así, solo eres una piltrafa humana que no merece ser llamada mi hermana, para mí como si no lo fueras —dijo con
159. Los prisioneros Así lo encontró su abuela, sentado cerca de la ventana, mirando hacia el exterior pensativo y preocupado por su manada.—Andas muy pensativo —dijo la abuela, mirándolo preocupada.—Hay cosas que están pasando en la manada que no me gustan nada —le confesó Tyler—. Lo peor es que creo que llevan años ocurriendo, y yo no me había dado cuenta.—¿De qué estás hablando, hijo? —preguntó la abuela.—Ha habido varios secuestros en la zona, y no sé si te enteraste del camión con 168 mujeres que encontraron en un condado cercano —la mira de reojo un momento.La mirada de Tyler vuelve al exterior, una noche oscura, un bosque con muchos secretos y sus hombres rodeando el perímetro de la casa. Los veía a todos con claridad gracias a su visión sobrehumana.—Escuché sobre eso —dijo la abuela Hilda, recordando las noticias.—Entre esas pobres chicas hay 10 mujeres de la ciudad, seis de la manada y las otras vienen de todo el mundo —le contó Tyler—. Abuela, están traficando
160. Tiempo de sobraTyler se dió un baño y se acostó a dormir al lado de su esposa atrayéndola hacia su cuerpo para poder dormir necesitaba sentirla cerca y segura sentía que en cualquier momento su felicidad podía verse amenazada y no iba a permitir que nada ni nadie trate de dañar su familia su manada su gente no lo va a permitir.Ellos eran de él para proteger.Tyler había pasado días rastreando a Alessia. Algo en su desaparición le había inquietado desde el principio, pero ahora, con cada paso que daba, la preocupación se transformaba en una necesidad feroz de encontrarla, Clara también estaba muy preocupada. No sabía si Alessia desapareció porque está en peligro o solo quiso desertar de la manada al no poder soportar la unión de Clara y Tyler.—¿Cómo no vas a encontrarla? —pregunta Tyler a Tim.Timothy se sentía terrible al fallarle a su alfa, con rodillas al piso descubrió su cuello en señal de sumisión, era capaz de acatar cualquier castigo que ellos crean que se merece.
161. En lo profundo del bosque—Clara —jadea Tyler.Clara se sentía poderosa, ahora era su turno de hacer que ese hombre se doblegará por ella y que tal vez se arrepintiera de no darle su clímax.Sus pequeñas manos se hicieron con su monstruoso eje endurecido, una gota de pre semen adornaba la punta de su glande que ella sin pena alguna lamió con interés de saber cómo era su sabor.Habían hecho muchas cosas en muchos sitios, pero esto no, y no entendían porque. Creyó que siempre era bueno intentar algo nuevo, le gustó la salinidad de su sabor y engulló toda la punta, sabía que no podría hacer entrar todo su grosor en su boca, pero ella estaba sorprendentemente disfrutando de todo el asunto, aunque ya le dolían las rodillas, obvio el daño en ella y siguió con la exploración que le hacía a Tyler y se guiaba por sus gemidos sexys y roncos que soltaba, también acompañada de unas cuantas maldiciones y lo buena que era su boca.—Así, amor… justo así —decía Tyler con la cabeza echada atrás y