Él se apartó del hombre y se giró para observarlo, sabía qué reaccionaría mal, sobre todo por lo que había estado a punto de ocurrir entre ellos y no llegó a ocurrir.— Soy Morgan — aseguró él — te agradecería que no uses el nombre que me asignaron al nacer, no me siento identificado con el nombre de una mujer.Sí, por supuesto, sabía que eso era muy extraño para él y difícil de asumir, pero, ya que había decidido hablar, diría toda la verdad.Miller todavía no salía del shock que tal revelación le había causado, aunque ahora tenía sentido el porqué había sentido esa clase de apego con el joven, aunque lo había confundido con otra clase de amor.Era el amor filial el que lo hacía querer protegerlo. Lo llamaría como él deseara. Por fin había encontrado a la persona que todo esté tiempo había estado buscando.—Te llamaré como desees…— le respondió volviendo a abrazar al joven sin que pudiera evitarlo o mejor dicho sin que él deseara negarse a hacerlo.— Quise vengarme de ti desde que te
— ¿Está todo bien hijo?— Preguntó el padre de Jeremy al entrar en el estudio de su hijo, desde que había llegado muy pronto ese día con su esposa, se encerró en el estudio y no fue a trabajar a la empresa, se notaba que estaba preocupado.— Todo bien padre— Aseguró Jeremy fingiendo que revisaba unos papeles, en realidad estaba esperando que viviera llegara para preguntarle qué tan fiable era el forense porque si había algo que no podía permitir era que su esposa saliera perjudicada de ningún modo por lo que acababa de ocurrir con Genaro— Solo me tomé el día para estar con mi familia, en cuanto termine revisar estas cuentas.El padre se notaba algo incómodo, mientras escuchaba a su hijo, ¿Como hablar de algo como eso? Se supone que tus hijos no pueden cometer tus errores, pero bueno, Jeremy lo había hecho, solo quería que no se sintiera culpable, que supiera que podía fallar, que no debía ser el hombre perfecto que siempre había querido ser.—Bueno, también quería hablarte sobre… bueno
Anahí estaba muy molesta, no podía creer que Jeremy la hubiera tratado así, pese a que había salido riendo de la habitación de Eva, se sentía humillada, menospreciada por ese hombre que no le había dado su lugar como posible madre de su hijo.Alexander tampoco había aparecido en un par de días, lo que la ponía aún más de mal humor por no poder descargar su frustración ni explicarle lo que había sucedido, pero sobre todo por no verlo ni saber dónde estaba.¿Acaso no la amaba?Tomó de nuevo su móvil y volvió a llamar a su amante. Necesitaba quejarse o mejor dicho, informarle de que Jeremy parecía no querer actuar en cuanto a su plan, después de pensarlo, dejó de marcarle.Podía ser su hijo, pero si la dejaba él al no tener ya la garantía de que Jeremy se haría cargo de ese hijo. No, ella no podía decirle algo así.Tenía que calmarse y esperar si aguardaría hasta que Alexander llegara y así poder consentirlo y recibir sus mimos.—Alexander no tardes por favor… — pidió ella al aire.Alexa
Desde el día en el que sucedió lo de Genaro, Eva había estado completamente distante y algo fría, no de un modo perceptible, seguía siendo cariñosa con él y con los niños, pero había algo en ella que había cambiado algo que se había congelado y que Jeremy pretendía salvar de un modo u otro.Porque era suya, el maldito de Genaro no se la quitaría desde el más allá, no pensaba permitir que eso sucediera, ese hombre estaba muerto, ya no podía hacer daño, no se llevaría una parte de su esposa a la tumba porque toda ella le pertenecía.Y la mejor manera que conocía de hacer feliz a una mujer y seguir enamorándola cada día era una cita, una muy especial, le enseñaría la belleza de la ópera y también le serviría para que ella pudiera seguir haciendo contactos para su asociación, muchos grandes negocios se cierran durante la media parte de la ópera.Eva no podía evitar no tener pesadillas, la cara de Genaro mientras se desangraba era algo que la aterrorizaba en casi cualquier momento.Tenía m
El trayecto fue corto y el chofer los dejó justo en la puerta, Jeremy salió primero y le tendió la mano a su esposa para ayudarla a salir también del coche.Eva no paraba de estar nerviosa, no sabía cómo explicarle a Jeremy que ella no sabía cómo comportarse y que no quería ponerlo en ridículo.—¿Estás preparada?— preguntó Jeremy entrando de la mano de su esposa en el teatro — está en italiano y es posible que no lo entiendas, pero los personajes y las acciones son tan expresivas y la música se te mete en el alma, quizá no entiendas las palabras, pero comprenderás perfectamente lo que dicen los actores.Empezó a explicar Jeremy mientras tomaba uno de los libretos y se lo mostraba a su esposa.—Sí, lo estoy —dijo Eva sin ser clara del todo.Más fue entrar y la esposa de Jeremy quedarse maravillada con el interior del teatro. Sí que muchos podrían decir que no tenía nada del otro mundo, para ella sí que lo tenía.Además, que era la primera vez que ella asistía a ese tipo de lugares, por
Él no dudaría en satisfacerse y hacer lo que su esposa le pedía, solo por su voz pidiéndole aquello, su polla empezó a estorbar en el interior de sus pantalones, cautiva, apresada. Siendo comprimida y volviéndose hasta dolorosa.— No hay lugar donde no desee tomarte — confesó Jeremy introduciendo penetrando a su esposa con dos dedos solo para sentirse el calor y la humedad que lo inundaban, sentir sus paredes, apresándole los dedos como si reclamaran que no se movieran de allí.Ella cerro sus ojos, al escuchar sus palabras no había nada que él hiciera que a ella no le gustara, sobre todo si se trataba de tocarla y de que sus cuerpos se unieran de algún modo.—Jeremy… — Eva gimió su nombre disfrutando de esos dedos que la volvían loca y cachonda,—Tú sigue observando la obra — él movió a su esposa para apoyarla levemente contra la barandilla mientras se agachaba a su espalda y le levantaba la falda para toparse con esas dos nalgas que lo enloquecían frente a su rostro.Pero a pesar de
La sala se vació en el instante en el que ese hombre entró, era mayor, casi anciano, aunque aún podía caminar por su propio pie sin ayuda alguna de un bastón, aún conservaba ka elegancia que caracterizaba a su estatus social y sobre todo todavía estaba de buen ver a pesar de los años.Se movía como si fuera el amo y señor de todo, sin perder ni un ápice de su pose señorial a medida que andaba. Se sentó frente al escenario y una hermosa mujer se acercó a él con su tan acostumbrado movimiento de cadera.Esa mujer era la madame del lugar y ese hombre acababa de entrar en la sala VIP. El sitio más exclusivo del burdel, aun así cuando él llegaba se volvía todavía más exclusivo y se cerraba para todos los demás clientes.— ¿Lo de siempre?— preguntó Mindi abriendo una botella del champagne favorito de su cliente y vertiendo un poco en una copa.— ¿Vas a participar tu esta vez?— preguntó el hombre y Mindi como siempre negó.— Yo no hago esas cosas, ya lo sabes, yo cuido de las chicas y de los
Ella, aunque deseara concentrarse en ver a las otras dos chicas del burdel, la verdad es que no podía, por mucho que ella lo intentará.Tanto era su nerviosismo que tuvo que parar su avancé tratando de disculparse.—Lo siento mi señor, estoy nerviosa, ¿podríamos tomar una copa antes de continuar?— le pregunto al hombre mayor, tomando una de sus manos y llevando su dedo medio a sus labios, antes de volver a suplicar — por favor, si…— Claro…— él sonrió, le gustaba cuando las chicas se ponían nerviosas a causa de la inexperiencia, cuando todavía no estaban manchadas por la abundancia de hombres.Llenó ambas copas y le dio una a la joven, quien todavía conservaba ciertos rasgos infantiles en el rostro a causa de su juventud, mientras él tomaba la otra.— No debes estar nerviosa, te trataré bien y hare que también lo disfrutes — brindó con ella y luego bebió un sorbo de su copa para distraer su atención en el instante en que sintió un gemido venir del escenario donde una de las mujeres se