El primer día de universidad llegó, pero ni Marfil ni Vanya intercambiaron palabras esa mañana. Vanya no había querido insistir en hablar con ella después de que el día anterior se encerrara en su habitación y rechazara cualquier intento de comunicación. Sabía que Marfil necesitaba su espacio y que, si en algún momento quisiera acercarse a ella, lo haría por su cuenta. Así que, sin más, Vanya se preparó y salió de la mansión, tomando su propio camino.Marfil hizo lo mismo. Ambas partieron hacia la universidad sin cruzarse ni despedirse. No había necesidad de forzar nada.Cuando Vanya llegó al campus, el ambiente ya estaba lleno de movimiento. Estudiantes caminaban de un lado a otro, algunos reencontrándose después de las vacaciones, otros buscando sus nuevas aulas o simplemente poniéndose al día con sus compañeros. La universidad era enorme, exclusiva, repleta de hijos de empresarios, políticos y familias de la más alta sociedad. Como cada año, los alumnos se dividían en turnos de mañ
Vanya ignoró a Richard y avanzó con rapidez por su facultad. La universidad era enorme, dividida en distintas facultades, y Richard había ido hasta la facultad de contaduría para hablar con ella. Pero ahora Vanya se dirigía a la zona del primer año, donde estaban los nuevos estudiantes de la misma carrera, con la intención de encontrar a Marfil.Sin embargo, justo cuando caminaba en esa dirección, se encontró con alguien más.—¿Qué haces aquí? —preguntó una voz masculina con cierta sorpresa.Vanya alzó la vista. Frente a ella, Lucas Montoya estaba de pie y con el ceño fruncido. Pero la mirada del hombre estaba fijada en Richard, ya que el cuestionamiento era dirigido a él.—Vine a hablar con Vanya sobre todo lo que ha pasado —replicó Richard—. Sé que dijiste que no quería que me involucrara, pero yo también tengo algo que ver con que las cosas hayan terminado de esta manera.Lucas endureció su expresión.—Yo... también estoy buscándola —expuso sin rodeos.Richard miró a ambos alternat
Marfil levantó la vista con cierta sorpresa cuando la joven frente a ella le preguntó su nombre.—¿Y cómo te llamas? —quiso saber la chica, con un tono amistoso y curioso.Marfil dudó por un instante, pero finalmente respondió con naturalidad.—Mi nombre es Marfil Maidana.La otra joven sonrió levemente y extendió la mano con confianza.—Mucho gusto, Marfil. Yo me llamo Abigail... —hizo una pequeña pausa—. Abigail Gonzaga. Y, por cierto, no deberías hablar así de ti misma. Eso de que no eres nada ni nadie...Marfil suspiró, sintiendo un peso en el pecho.—Pero es la verdad —declaró con amargura—. No lo sé... En esta universidad, no sé cómo me va a ir. No sé cómo me van a tratar los demás. No pertenezco a este mundo, no vengo de la misma posición social que ustedes. Tal vez cuando se enteren de que mi cuñado es quien está pagando mis estudios porque no tengo ni en dónde caerme muerta, me marginen, me hagan a un lado y me traten como si no existiera.Luego, se encogió de hombros con ind
Marfil mantuvo su postura altiva, aunque en el fondo su estómago se encogía. Se negaba a ceder, a permitir que él se sintiera en lo correcto.—Al menos todo lo que yo te dije fue verdad —agregó Lucas—. Te mentí acerca de mi identidad, sí. Te oculté mi verdadero nombre y mi carrera, lo admito. Pero todo lo demás, Marfil... todo lo que compartí contigo fue genuino. Mis sueños, mi infancia, mis pensamientos... nada de eso fue una mentira. Pero tú... —apretó los labios antes de continuar—. Tú no fuiste capaz de ser honesta conmigo. Solo querías verme humillado. No solo me reprochaste por haberte ocultado mi nombre real, sino que me despreciaste por lo que soy. Me miraste por encima del hombro, como si fueras superior a mí. Me trataste como si no valiera nada, como si fuera menos que tú.Marfil lo contempló con una mirada fría, sin demostrar emoción alguna. No iba a permitir que él la hiciera sentir culpable. Pero entonces, Lucas siguió hablando, y sus siguientes palabras hicieron que su c
—Me emborrachaste. Me embaucaste. Me llevaste hasta ese registro civil porque pensaste que estabas atrapando a un hombre rico en tus redes —agregó Lucas—. No me querías a mí. Querías a Richard. Siempre fue tu propósito, ¿verdad? —sus ojos se oscurecieron—. Desde el principio, tu intención era conquistar al hombre millonario para casarte con él y asegurarte la vida de lujos que tanto deseas. No lo hiciste por amor. Lo hiciste por interés. Solo querías dinero, estabilidad, una vida asegurada. No a mí. Jamás me quisiste a mí.Marfil estaba pasmada por dentro, pero trató de disimularlo. No era que le sorprendiera la acusación en sí, sino el hecho de que Lucas hubiese llegado a esa conclusión con tanta rapidez.Lo subestimó. Creyó que podría mantenerlo enredado en su juego, pero algo en su interior le advertía que el Lucas que tenía enfrente ya no era el mismo que había caído en sus encantos al inicio.—¿De dónde sacas todo eso? —preguntó, fingiendo desconcierto.Lucas esbozó una sonrisa a
Lucas sostuvo la mirada por un instante más. En sus ojos se reflejaba el enojo y la decepción, pero también un dolor profundo que no podía ocultar, por mucho que quisiera aparentar indiferencia. No importaba cuánto se hirieran con palabras llenas de resentimiento, la verdad era que aún había algo entre ellos, una conexión que no se desvanecía con facilidad. Sin embargo, en ese momento, el orgullo y el rencor pesaban más que cualquier sentimiento de amor que pudieran haber compartido. Finalmente, sin decir una palabra más, Lucas dio media vuelta y se marchó, dejándola ahí, sin siquiera dignarse a despedirse.Marfil se quedó inmóvil, observando cómo se alejaba. Luego, dejó escapar un largo suspiro, exhalando el aire con pesadez mientras intentaba recomponerse de aquella confrontación. Pero antes de que pudiera reunir sus pensamientos, escuchó su nombre ser pronunciado con firmeza por alguien más.—Marfil.La voz le resultó familiar al instante. Reconoció el tono, y al girar la cabeza en
De pronto, Marfil frunció el ceño y miró a Vanya con recelo. —¿Tú le dijiste a Lucas que yo estaba buscando a un millonario para casarme con él? —preguntó, pero Vanya negó rápidamente con la cabeza.—No, claro que no. Por supuesto que no le dije eso, Marfil —aseguró con seriedad—. Como ya te expliqué, lo que pasó fue que Richard y Lucas se encontraron conmigo y, bueno… tuve que decirles lo que nosotras también habíamos hecho. Mencioné tu nombre real, sí, pero solo eso. Jamás te eché de cabeza ni te delaté. Nunca te traicionaría de esa manera, ¿me entiendes? Sin embargo, tú… —continuó Vanya, mirándola con algo de reproche—. Tú no me contaste nada de lo que pasó entre ustedes dos. No me dijiste ni una sola palabra.Marfil suspiró y desvió la mirada, incapaz de sostener la de su amiga.—Tal vez no me lo dijiste porque sabías que no estaría de acuerdo con lo que hiciste —añadió Vanya con un deje de decepción en su tono—. Y bueno, eso ya me lo habías dicho cuando mencionaste que querías c
La tarde caía sobre la ciudad cuando los cuatro se reunieron en una cafetería. La cafetería en la que se encontraban no era parte del campus universitario. Era un lugar apartado, con un ambiente más tranquilo y alejado del bullicio estudiantil, lo que hacía más propicio el momento para una conversación seria. Marfil y Vanya estaban sentadas juntas, una al lado de la otra, mientras que frente a ellas, ocupando los asientos opuestos, estaban Lucas y Richard. La disposición de los cuatro creaba una confrontación inevitable, una línea invisible que separaba a los dos bandos.El silencio entre ellos era agobiante, pero después de varios minutos, Vanya fue la primera en tomar la palabra.—Bueno, ya que estamos los cuatro reunidos aquí, creo que lo más adecuado es comenzar por presentarnos con nuestros verdaderos nombres —articuló, lanzando una mirada cómplice a Marfil, aunque su amiga no la correspondió de la misma manera. Traía un semblante de fastidio, más bien—. Mi nombre es Vanya Fankh