El temor me invade cuando he visto cosas extrañas y lo peor, que estén relacionado con una persona tan importante, por lo que, temerosa de que nos hagan algo, tomo a mi pequeño en brazos y pienso en alguna ruta de escape.— Señor… yo no le he hecho nada malo, por favor, déjenos ir. — susurro con miedo.— Charlotte, no vine a hacerte daño. Como te dije, vine a recogerlos, porque quiero que seamos una familia.— Lo siento señor Holftmann, pero yo ya tengo mi familia. No necesita hacerme parte de su extraña familia de la que no tengo deseos de preguntar.— Charlotte, te he escogido como mi Luna y Lowell te ve como su madre, si no soy lo suficientemente atractivo o adinerado para tu gusto, dímelo, pero, no puedo irme de tu lado sin un argumento.Bueno, feo evidentemente no es y si hablamos del dinero que maneja, es claro que es cien veces más adinerado de lo que creí que sería una pareja mía. Pero, ¿Cómo puedo aceptar ser su esposa? — me digo mentalmente, mientras veo como el niño se acer
Era evidente que estaba en un gran problema del que no sabía cómo podría escapar. Evidentemente, daba miedo irme con ellos a cualquier lado e incluso quedarme con el pequeño lobo. Pero, ¿Qué puedo hacer? Además de ser el señor Holftmann un hombre lobo que seguramente además de ser veloz, tiene más fuerza que yo y eso no puedo ignorarlo, cuando mi vida podría estar en riesgo si hago algo que no debí hacer. Sobre todo, porque no puedo siquiera pedir ayuda a los humanos, cuando el señor Holftmann entre los humanos tiene poder y dinero, cosas con las que no puedo enfrentarlo. Solo me queda ganar tiempo y al menor descuido, desaparecer con mi hermana y sobrino a alguna parte del mundo donde no pueda encontrarme, es lo único que puedo hacer, huir del señor Holftmann, un hombre lobo que quiere hacerme su esposa. Vaya, por más que lo piense me parece tan ilógico.— Me gustaría tener un poder para saber qué es lo que tanto piensas que te impide subir al auto frente a ti— dice el señor Holftm
El miedo me invadía, no era capaz de entrar al apartamento y mucho menos huir de allí. No sabía que hacer, me sentía en un camino sin salida con un pequeño en brazos que temblaba y lloraba desconsolado.Estaba perdida y no sabía si quien me estaba tendiendo la mano, era alguien bueno o malo. Angustiada, dejo caer las primeras lágrimas mientras me esfuerzo porque las piernas me respondan. Pero, solo logro tambalearme, por lo que, alguien con rapidez, me toma en sus brazos antes que caiga al suelo.— Charlotte… por favor, reacciona — dice el señor Holftmann, mientras yo comienzo a hiperventilar como lo hacía de pequeña. Los ataques de pánico que creí parte del olvido, me atacan con fuerzas, mientras yo me aferro al pequeño que se aleja de mí observándome con preocupación, mientras a mí se me olvida respirar. — Charlotte, respira profundo, estas a salvo. Necesito que estes bien, por favor — implora el señor Holftmann mientras grita por ayuda.Al poco tiempo, varios hombres aparecen, un
Estaba en problemas. Era evidente por su rostro serio y sus manos sujetando las mías contra la pared, de que estaba ofendido por lo que había dicho, pero, ¿Cómo más puedo decirle que no es posible que un hombre lobo y una humana hayan nacido para “conectarse”?— Dime, Charlotte. Demuestra que eres inteligente para justificar lo que acabas de decir — me reta el señor Holftmann con seriedad.— Seamos realistas.— Y tú deja de ser racista— ¿Racista? ¿Así se llama resaltar que somos de mundos tan distintos que es imposible que hayamos nacido para ser el amor de la vida del otro? — pregunto indignada.Cuando creo que he podido hacerlo entrar en razón, al ver que se aleja de mí. Pasa algo extraño y es que comienza a quitarse la chaqueta empapada que tenía y su corbata, sin dejar de mirarme fijamente.— ¿Qué estás haciendo?— Creí que había confirmado que soy un hombre cuando me transformo en uno. Pensé que habías confirmado que tengo físicamente todo lo que un hombre normal tiene. Pero veo
Sabiendo que la persona frente a mí como humano puede darme una vida llena de comodidades sin siquiera trabajar y que físicamente, esta super bien. Decido recurrir a mi razón y alejarlo lentamente.— Lo siento, señor Holftmann, pero usted no es mi tipo.— ¿No soy tu tipo? — pregunta el señor Holftmann ofendido—¿No te gustan los hombres ricos, apuestos o qué?— Lo siento, pero, así como usted tiene el derecho de decirme que me quiere, yo también tengo el derecho y puedo rechazarlo. Así que, vístase por favor y olvide que en algún momento vamos a tener sexo, porque eso sería tan imposible como si el sol les diera más poder a ustedes que la luna llena— digo decidida y él retrocede con la boca abierta.Sorprendido, lleva su mano a la boca y ríe después de varios segundos mirándome sorprendido.— Bien, voy a vestirme. Pero, déjeme dejarle claro, me gustan los retos tanto como usted. Así que, no descansaré hasta que usted misma me pida que la haga única y exclusivamente mía. — Espere ese d
Narrador omnipresente La angustia invadía por completo a Curthwulf, los niños le preguntaban a cada rato como estaba Charlotte, mientras Curthwulf luchaba con la culpa de cómo había terminado todo y cuan incompetente seria si no capturaba a la persona que había hecho esto.— Chicos, necesito que se mantengan tranquilos. Mamá estará bien y ustedes podrán cuidarlas. Además, necesito que sean cuidadosos, hay alguien que quiere hacernos daños y por eso, debemos cuidarnos mutuamente, ¿lo entienden?Los niños empiezan a prometer, mientras Curthwulf comienza a buscar información de los helicópteros y el personal que estuvo a cargo del cuidado de Charlotte. Apenas llegan al edificio con el helicóptero listo para el trasporte de Charlotte, todos se mueven tan rápidos que quienes lo vieran, notarían que no son humanos.Sin embargo, en un edificio tan grande y propiedad de los Holftmann, nadie que no tenga conocimiento de su identidad, se encuentra allí. Por lo que, podían moverse rápidamente,
Curthwulf no sabía qué hacer y solo podía recibir la información de la salud de Charlotte, mientras pensaba en lo que debía hacer para ocultarla, aunque no era eso exactamente lo que deseaba.Preocupado, salió de la habitación donde dormía Charlotte que apenas se estaba recuperando de la herida, para encontrarse con Retmus quien lo esperaba fuera de la misma con mucha preocupación por la declaración de hace poco.— ¿Me ha mandado a llamar?— Vayamos al estudio. — dice Curthwulf y los dos se dirigen hasta el lugar.— Debe ser algo bastante problemático desde que no dice algo.— Charlotte tiene la esencia “Supreme” — informa Curthwulf causando que Retmus abra sus ojos sorprendido.— ¿Estás seguro?— Park estaba bien, hasta que los doctores que atendieron a Charlotte, salieron. Sus manos estaban limpias y sus ropas también, pero seguían teniendo el aroma de su sangre en sus ropas. Por lo que, volvió loco a Park de inmediato. — anuncia Curthwulf.— Pero, no es posible. Si así fuera, usted
Retmus quería desaparecer en ese momento. Anteriormente, había estado al lado de Curthwulf riendo porque un lobo actuara así. Pero ahora que su jefe había conectado con una mujer y esta le hacía hablar así, no podía burlarse o moriría en el acto. Por lo que, solo evitaba el contacto de Charlotte al escuchar la pregunta que no pudo evitar y con una excusa, se marchó de la habitación que había adquirido un ambiente bastante incómodo.— ¿Qué acabas de decir, señor Holftmann?— He dicho que me gustas, que quiero que seas mi esposa y madre de mi hijo, pero tu respuesta fue que no soy tu tipo. Así que, quiero saber porque no soy tu tipo, antes que más ideas inunden mi cabeza. — comenta Curthwulf decidido.— Señor Holftmann, acabo de sufrir un ataque de una persona que no conozco y según usted, es muy peligrosa, ¿no debería estar buscando a esa persona en vez de estar preguntándome si usted va a satisfacerme sexualmente? — pregunta Charlotte molesta y ello avergüenza a Curthwulf.— Lamento