La felicidad de Samantha era inmensurable por su vestido personalizado, era algo mágico vérselo puesto.— De acuerdo, me parece una idea genial, solo espero que Gerald no se moleste, usted sabe cómo es el cuando salgo sin notificarle antes.— Descuida, eres mi yerna ya, así que, si estás conmigo, no tendría por qué tener ningún problema con mi hijo — Afirmo la madre de Gerald.— Muy bien, vayamos entonces — Confirmo Samantha.Ambas chicas pasearon por la ciudad un rato dando vueltas en las diferentes tiendas que se atravesaban en su camino, luego de recorrer largo rato por fin se meten a un club muy lujoso y elegante donde servían todo tipo de bebidas y comidas también, había una pista de baile muy moderna con muchas luces y ambiente nocturno.Samantha y la madre de Gerald beben y conversan de todo tipo de temas, sobre la vida, sobre sus aventuras del pasado, aunque Samantha no podía recordar casi su vieja vida, en ocasiones, sentía sen| sanciones extrañas como si el patrón se repitie
— Gracias chicas, por esta noche tan maravillosa y llena de entretenimiento, hacía tiempo que no me divertía tanto — Expresó la madre de Gerald.— No se preocupe madrecita, usted es mi madre ahora y merece divertirse — Exclamó Samantha trabando su lengua.— Nos comunicamos en la mañana amiga — Mencionó Isabel.Las chicas se despidieron y dieron por concluida su noche.Samantha llegó a su casa a altas horas de la madrugada bastante ebria, Gerald estaba aun despierto esperando que llegara, pero Samantha pasó de largo a la habitación a dormir y descansar para que se le quitara toda la borrachera que tenía encima.Gerald estaba furioso, pero no dijo nada, simplemente se quedó callado para no entrar en conflictos con Samantha en esa condición. Le avisó al padre de ella que ya había llegado, pues esté, también estaba preocupado por Samantha. Esperó durante varias horas en la casa del CEO, pero al final se fue y le pidió a su futuro yerno que le notificara cualquier novedad.Samantha se tumb
Luego de que las chicas pasaron la tarde en el parque de atracciones, decidieron darle fin a la tarde de diversión para marcharse, ya estaba oscuro, pero no era tan tarde como para preocupar al CEO.Samantha miró su teléfono y no tenía ninguna llamada de Gerald, le pareció extraño de no haber hablado casi con él en todo el día, pensó en llegar para conversar con él y poner las cosas claras.Samantha y su hija regresaron a la casa. Al llegar, Connie al bajarse sale corriendo para entrar en ella y dirigirse al baño.— ¡Hija! Ten cuidado — Comentó Samantha reprendiendo a su hija.— Estoy orinándome mami, tengo prisa — Exclamó Connie en voz alta mientras corría.Samantha apagó el vehículo, sacó su bolso y se bajó de él para entrar a la casa también. Estaba cansada del día tan agotador que tuvo, no había descansado lo suficiente la noche anterior y en el día estuvo atendiendo a la niña. Al entrar, Gerald se encontraba sentado en el sillón.— Hola Gerald ¿Por qué la cara? — Preguntó Samant
Isabel entró al hospital y preguntó por Samantha, la recepcionista buscó en la lista de personas internadas y visitantes, pero no consiguió el nombre de Samantha Keane por ningún lado, Isabel salió frustrada del lugar.«¿Dónde rayos estás, amiga?» — Pensó Isabel angustiada.Isabel imaginó todos los lugares posibles de donde se pudiera encontrar Samantha, pero ninguno era demasiado cerca para encontrarla de inmediato. Sabía que a Samantha le gustaba la playa, así que condujo en dirección a la costa y mientras manejaba llamó a Samantha para ver si podía contactarse con ella.Isabel condujo por un par de minutos, estaba de noche y la carretera oscura, en el camino había un mirador donde podían estacionar los vehículos y comprar comidas en los camiones de comida. Por no ser temporada de vacaciones, no estaban los camiones de comida y, por ende, no había nadie en el lugar excepto el vehículo de Samantha.— ¡Samantha! — Exclamó sorprendida Isabel.Rápidamente giró y entró al mirador, bajó a
Isabel y Samantha llegaron al hospital y enseguida fueron atendidas por los enfermeros, revisaron la lesión de Samantha y la llevaron de emergencia para que le hicieran una pequeña cirugía.— Debo aplicarte puntos para que sanes bien y no te quede una cicatriz — Comentó el doctor a Samantha.— De acuerdo doctor, hagámoslo — Respondió Samantha.— Gracias a Dios no te quedará alguna marca, amiga. Aguanta solo un poquito para que estés bien — Exclamó Isabel.Isabel se sintió aliviada de que a Samantha no le quedaría ninguna marca, con la mini cirugía que le harían a Samantha y el tratamiento que le recetarían sanaría rápido y estaría bien.En el hospital, había un doctor que curiosamente era amigo de Gerald, él había asistido a ciertas reuniones que habían organizado los White, siempre conversaba con el CEO y a veces le recetaba complejos vitamínicos entre otras cosas. El doctor al ver que Samantha se encontraba sola y estaba siendo operada de una herida, llamó a Gerald por teléfono pens
Isabel por otro lado estaba hasta el tope, cogió su teléfono con el fin de amenazar a Gerald con llamar a la policía. Gerald al ver que Samantha no tenía intenciones de interactuar con él, se levantó rendido y caminó hasta su vehículo para marcharse. Les abrió paso con su camioneta para que ellas pudieran pasar, Isabel se montó en su coche nuevamente y se marchó con su amiga Samantha.En el camino, Samantha estaba muy pensativa, no mencionó ninguna palabra al respecto, estaba imaginando como sería lo próximo de su relación, se le salían las lágrimas de imaginar tantas desgracias en su vida y lo único bueno que pensó que le había pasado resultó ser un completo desastre.Gerald llegó a su casa sin Samantha, Connie estaba dormida, era bastante tarde, por lo que decidió irse a descansar y tratar de resolver las cosas al día siguiente, aunque fuera difícil él lo seguiría intentando.Muy temprano por la mañana, se despertó el CEO para darse una ducha y pedirle al ama de llaves que mandara a
Era una obra maestra, por supuesto Gerald no se llevó todos los créditos, también mencionó a Samantha diciendo que ella había sido parte fundamental de la obra maestra que acababa de presentar, pero que no había podido asistir porque se encontraba muy ocupada.Gerald decidió ir a la casa de Isabel para tratar de conversar con Samantha, condujo su vehículo de la fábrica hasta la casa de Isabel. Condujo con cautela y por el camino pensó en que, por lo menos, Samantha le dirija la palabra.«Por favor Samantha, sé que me equivoque, pero necesito que me respondas y me digas qué hacer, no quiero perderte, maldición»Gerald llegó a la casa de Isabel donde ella lo recibió, pero no le permitió hablar con Samantha.— Isabel por favor, no te interpongas más entre Samantha y yo, se que me equivoqué, pero necesito conversar con ella, necesito saber qué es lo que va a pasar — Comentó Gerald.— No es que yo sea la que se esté interponiendo, admito que al principio si lo hice, pero fue para defenderl
Samantha decidió ocupar su mente en los asuntos del trabajo, creía que mientras la mantuviera enfocada en otras cosas, no le jugaría una mala pasada. También seguía con sus obligaciones como madre, a fin de cuentas, Connie no tenía la culpa de las malas decisiones y actitudes de su padre.En momentos así, recordaba el día de la firma de contrato, al principio lo había hecho por necesidad, y sin notarlo, ya estaba hasta la cabeza de involucrada con esa familia. Los acontecimientos no fueron del todo negativos, había experimentado otro tipo de felicidad. Nunca se había imaginado asumiendo el papel de madre por contrato, aunque se le daba fácil lidiar con los caprichos y malcriadez de la pequeña. Tenía muchos rasgos parecidos a Gerald, pero también, al verla, le recordaba un poco a ella misma.Se ocupaba de atender a Connie cuando lo necesitaba, la llevaba a la escuela y la recogía, jugaba con ella y pasaban tiempo juntas. Para la niña, era como una amiga y una mamá, todo en una misma pe