Era una obra maestra, por supuesto Gerald no se llevó todos los créditos, también mencionó a Samantha diciendo que ella había sido parte fundamental de la obra maestra que acababa de presentar, pero que no había podido asistir porque se encontraba muy ocupada.Gerald decidió ir a la casa de Isabel para tratar de conversar con Samantha, condujo su vehículo de la fábrica hasta la casa de Isabel. Condujo con cautela y por el camino pensó en que, por lo menos, Samantha le dirija la palabra.«Por favor Samantha, sé que me equivoque, pero necesito que me respondas y me digas qué hacer, no quiero perderte, maldición»Gerald llegó a la casa de Isabel donde ella lo recibió, pero no le permitió hablar con Samantha.— Isabel por favor, no te interpongas más entre Samantha y yo, se que me equivoqué, pero necesito conversar con ella, necesito saber qué es lo que va a pasar — Comentó Gerald.— No es que yo sea la que se esté interponiendo, admito que al principio si lo hice, pero fue para defenderl
Samantha decidió ocupar su mente en los asuntos del trabajo, creía que mientras la mantuviera enfocada en otras cosas, no le jugaría una mala pasada. También seguía con sus obligaciones como madre, a fin de cuentas, Connie no tenía la culpa de las malas decisiones y actitudes de su padre.En momentos así, recordaba el día de la firma de contrato, al principio lo había hecho por necesidad, y sin notarlo, ya estaba hasta la cabeza de involucrada con esa familia. Los acontecimientos no fueron del todo negativos, había experimentado otro tipo de felicidad. Nunca se había imaginado asumiendo el papel de madre por contrato, aunque se le daba fácil lidiar con los caprichos y malcriadez de la pequeña. Tenía muchos rasgos parecidos a Gerald, pero también, al verla, le recordaba un poco a ella misma.Se ocupaba de atender a Connie cuando lo necesitaba, la llevaba a la escuela y la recogía, jugaba con ella y pasaban tiempo juntas. Para la niña, era como una amiga y una mamá, todo en una misma pe
Se sintió temeroso, nunca antes había sentido y demostrado tanto amor por una mujer. Samantha llegó a lo más profundo de su corazón e iluminó todos los rincones que habían permanecido en la oscuridad por largo tiempo. Sabía que nadie más podría hacer lo que ella hizo, y aunque le costaba dar su brazo a torcer, se propuso arreglar las cosas con ella.Los padres de Gerald se despidieron, no tan alegres como de costumbre, pues también les preocupaba el futuro de su hijo. “¿Algún día formará una familia? ¿Cuándo mejorará su carácter? ¿Conseguirá otra buena mujer?” eran las preguntas que rondaban sus cabezas, querían lo mejor para él, por ser su hijo, sin embargo, comprendían la posición de Samantha, y no podían obligarla a nada.Después de la velada, Samantha se quedó un rato más recogiendo y limpiando el espacio, no se había ensuciado mucho, pero no tenía demasiado sueño como para irse a la cama, lavó los platos y vasos utilizados, Gerald había subido a la habitación y ella asumió que ya
Gerald miró a Samantha después de lo que hizo, lo hirió al lanzar la sortija sin detenerse a pensar cómo le afectaría emocionalmente el hecho de deshacerse de un símbolo que representaba el compromiso que ambos tenían después de haber demostrado el amor que se tenían.Samantha se fue a dormir y dejó al CEO allí solo. Él al ver que a ella no le importaba cómo pudiera sentirse, se lanzó a la alberca a buscar el anillo. Estaba desesperado y ansioso por encontrarlo, le costaba fijarse bien dónde había caído, y a esa hora de la noche la luz impedía aún más lograr su objetivo.Después de varias horas, al fin lo encontró. En ese momento, se dio cuenta de lo mucho que le había costado encontrarlo, tal como se le estaba haciendo cuesta arriba volver a verse feliz junto con Samantha, pero debido al rechazo que estaba recibiendo de su parte, no sabía si insistir era la mejor opción para que volviera a su lado.Salió de la piscina y subió rápidamente a cambiarse de ropa, hacía frío afuera y no qu
Gerald se entusiasmó, tal vez esa salida lograría que cambiara un poco sus pensamientos negativos. ¿Desde cuándo dejó de divertirse? ¿Cuándo dejó a sus amistades de lado? Eran preguntas que pasaban por su cabeza. Le hubiese gustado ir en compañía de Samantha, sin embargo, debía asumir que ya no habría nada entre los dos.Se dio una ducha, se vistió y salió al encuentro con su amigo. El perfume que usaba Gerald tenía un aroma muy agradable y exquisito, cualquier mujer caería rendida a sus pies de solo olfatear un poco el cuello de su camisa. Al llegar al bar, observó que su amigo ya se encontraba sentado en una mesa, iba acompañado de dos chicas muy agradables a la vista, ya sabía por dónde venían las intenciones.—¡Por aquí Gerald! — gritó el sujeto haciendo un gesto con su mano.Caminó hasta la mesa y lo saludó con un apretón de manos y un abrazo.—¡Amigo! Tiempo sin compartir contigo. — mencionó.—Te presento a mis dos amigas, quisieron acompañarnos un rato. Ya sabes, mejor acompaña
Gerald no se creyó el cuento de Randy, no podía creer ni una sola palabra de lo que ella le comentó, pero Randy le insistía a Gerald que le creyera, todo lo que había hecho ella había sido por amor.Randy lloró en frente de Gerald, las palabras del CEO la hirieron, aunque la mayoría de las veces Randy actuaba para conseguir lo que quería, esta vez no, le dolió el hecho que Gerald le dijera que no se había casado por amor, fue como decirle que nunca la quiso, ni siquiera un poco.Gerald trató de consolar a Randy, la calmó para que dejara de llorar, pero él no le creía ni una palabra de lo que decía, confiaba más en su familia, por lo que decidió llamar a sus padres para que fueran a su casa luego de que Randy se marchara y él poder averiguar bien qué fue lo que sucedió hace años. Si era cierto de que su abuelo la había corrido y que no la quería.Luego de que Randy estuviera calmada, Gerald le pidió que se fuera para luego conversar.— Por favor Randy, te prometo que hablaremos de esto
Luego de alistarse, salió de la casa para subirse a su camioneta y conducir al lugar donde se encontraba el mayordomo de su abuelo. Al alejarse de la ciudad, Gerald reflexionó y pensó en Samantha, en cómo había decaído por ella y cómo le afectaba el hecho de saber que ya no tenía ninguna oportunidad con ella. Se cuestionó muchas cosas e incluso pensó que podría darle una oportunidad a Randy de perdonarla.«Si mi abuelo te echó por una tontería, entonces mereces que te dé una oportunidad, no para que regreses, sino para que al menos trates a la hija que abandonaste» Pensó Gerald mientras conducía.Gerald condujo en silencio, no llevaba música en el reproductor ni nada, lo estaba matando la incertidumbre y solo esperaba encontrar alguna respuesta. Al cabo de una hora y media justo como lo había dicho su padre que demoraría en el recorrido, llegó a la casa del mayordomo. Gerald no le avisó antes que se dirigía hasta allá, simplemente quiso llegar de sorpresa y conversar con él.La casa d
Pasaron los días y las cosas iban de mal en peor, a Gerald le estaba yendo mal en su vida amorosa y en laboral, había estado tan ausente los últimos días que no se percató que el desarrollo del nuevo perfume no había salido bien, las ventas no estaban siendo buenas y no le hicieron seguimiento en cuanto al control de calidad, el marketing publicitario no era el adecuado y fue un total fracaso, la depresión de Gerald llega a tal punto que se culpa de todo lo que estaba pasando en su vida.— No merezco ser feliz, soy un perdedor, un inútil bueno para nada — Exclamo Gerald en voz baja para sí mismo.El CEO se echaba la culpa de todas las desgracias que le estaban pasando en su vida. Poe otro lado estaba Randy interfiriendo en su vida de nuevo, está vez quería la custodia de Connie, amenazando a Gerald con quitársela, eso lo desmoronaba, él no quería perder a la niña, Connie significaba todo para Gerald.Samantha siente lastima por el CEO, había intentado hacer las paces con él, pero Gera