—Cariño, se me ha ocurrido una idea. Espera aquí, ya vuelvo. — dijo Gerald dejando a Samantha recostada en la cama.—¿A dónde vas? — preguntó, pero ya el CEO se había ido de la habitación.«¿Qué se le habrá ocurrido ahora? Ese Gerald inventa demasiado» pensó Samantha esperando ansiosa que volviera para saber de qué se trataba.El cotilleo entre las demás mujeres de la sala había cesado por un momento, pero no se confiaba. Por lo general no era celosa, sin embargo, ella sabía que él era un hombre muy atractivo y llamaba la atención de cualquier mujer. Aunque confiaba en Gerald, al final, siempre cometían errores. A veces se preguntaba si es que su amor por ella era tan real. Había pasado varios tragos amargos a su lado, así como buenos momentos que recordaba con mucho cariño.No era fácil entregarse por completo a una persona sin tener la certeza de que estaría con él por el resto de su vida. En algunas ocasiones le aterraba que pasaran los años y la relación fracasara. No quería parec
Gerald y Samantha salieron del hospital a la hora acordada, ya todo estaba listo para marcharse. Él estaba ideándose un plan, que por supuesto, ella desconocía. Ambos se encontraban muy contentos, pues en cuestión de días todo volvería a la normalidad y regresarían cada uno a sus ocupaciones en la empresa. Samantha echaba de menos su trabajo, por lo sucedido, tuvieron que detener las demás creaciones de las fragancias que estaban próximas a realizarse y estaba ansiosa por reintegrarse.En cuanto llegaron a la casa, Connie salió a recibirla con los brazos abiertos y casi entre lágrimas, pues la había extrañado mucho, le hacía falta estar con ella. Samantha la abrazó, pero no la cargó, pues aún tenía que guardar reposo y no sobre exigirse demasiado.El ama de llaves también salió a recibirlos, muy feliz de ver nuevamente a la familia en la villa.—¡Hijita mía! Cuánto te extrañé ¿cómo has estado? ¿has hecho todos tus deberes? — preguntó Samantha a Connie mientras acariciaba su cabello.—
Luego del paseo, Samantha y Gerald se sintieron más unidos. Ella extrañaba salir juntos, se había acostumbrado a pasar tiempo de calidad como pareja, tomar algo de aire libre le hacía bien. Después de caminar por largos minutos, ir por un helado y ver el panorama en el parque, Gerald recibió otra llamada, pero esta vez se alejó para contestar, cosa que a Samantha le causó ruido.Se quedó sentada en un banco mientras veía a los lejos a su prometido hablar y mirarla de vez en cuando, no notó expresión alguna en su rostro. «¿Se tratará de una llamada de trabajo?» pensó mientras lo observaba de manera disimulada, para que no malinterpretara que estaba sintiendo algún tipo de desconfianza.Al cabo de unos minutos, el CEO volvió a donde se encontraba su amada y la tomó de la mano.—Hace frío ¿no? — preguntó Gerald.—Sí, un poco. — contestó Samantha de forma muy breve.—¿Continuamos caminando un rato más y regresamos a casa? Connie ya debe estar de vuelta, el ama de llaves quedó en ir a busc
Ambos despertaron en la cama, Connie durmió en su habitación para darle más espacio a su mamá, y poder estar más cómoda. Gerald bajó primero para atender a Samantha, había preparado unos deliciosos sándwiches para desayunar, quería sorprenderla también siendo atento en los oficios de la casa que sabía eran bastante duros, y más para ella que seguía recuperándose.—Cariño, el desayuno está servido. — dijo dándole en la frente un beso de buenos días.Samantha se sintió atendida y consentida, le gustaba la atención que le propinaba su prometido, sonrió y al ver semejante comida se le hizo agua la boca enseguida.—Estos sándwiches huelen muy bien, tengo que probarlos. — dijo tomando uno para darle un mordisco.—Te aseguro que están deliciosos. — afirmó Gerald.Efectivamente, el sabor era exquisito. En definitiva, el CEO se había esforzado bastante en aprender para que ella estuviera feliz y se diera cuenta que él también podía hacer bien muchas cosas.Disfrutaron los emparedados, sonreían
Pasado el susto con la aparición de su exnovio, la madre de Gerald llamó para comentarle a Samantha que había pautado una reunión con la planificadora de la boda, debían asistir para elegir el vestido y demás cosas para la celebración. Se sentía más aliviada gracias a la compañía de su prometido. No quiso imaginar cómo hubiera sido si se hubiese encontrado sola en casa.De igual forma, Gerald le aseguró que sus empleados estarían atentos a cualquier seña o eventualidad que pueda surgir si aquel hombre decidiera regresar.—Querida, si quieres puedo enviarte con uno de los escoltas, para que no te sientas temerosa al salir de casa. Aunque estarás con mi madre, nada malo podría pasarte. — sugirió Gerald.—Gracias por preocuparte, cariño mío. Pero, no será necesario. Como dices, estaré con tu mamá y no creo que él quiera o sepa dónde me encuentro. Sabes que te mantendré al tanto si llegase a surgir alguna eventualidad que me haga peligrar o sentir incómoda. — afirmó.—¿Estás segura? Bueno
Samantha descansó largo rato mientras Gerald se encargaba de algunos asuntos de trabajo, estaba en su laptop cuando despertó. Connie también había tomado una siesta, pues ya era costumbre dormir unas horas en la tarde. Sin embargo, se levantó más activa que de costumbre, como si las horas de sueño le hicieron obtener un descanso extremadamente reparador.—¡Mami, papi! Vayamos a jugar futbol ¿sí? Quiero hacer algo con ustedes hoy. — insistió.Ambos se miraron y decidieron salir a jugar, pues hacía rato que no compartían un momento en familia junto con la pequeña, y seguramente extrañaba distraerse con ellos. Ya Samantha se sentía mejor de salud, hacer un poco de deporte no le vendría mal.—De acuerdo, muñeca. ¿Qué tal si vamos por la ropa deportiva? — sugirió su madre.—¡Sí, sí! Quiero colocarme el conjunto que me compró mi papá para la competencia de atletismo del colegio. — aclaró.—Claro, por supuesto. Vayamos. — asintió Samantha tomándola por la mano, saliendo de la habitación.Ger
La felicidad de Samantha era inmensurable por su vestido personalizado, era algo mágico vérselo puesto.— De acuerdo, me parece una idea genial, solo espero que Gerald no se moleste, usted sabe cómo es el cuando salgo sin notificarle antes.— Descuida, eres mi yerna ya, así que, si estás conmigo, no tendría por qué tener ningún problema con mi hijo — Afirmo la madre de Gerald.— Muy bien, vayamos entonces — Confirmo Samantha.Ambas chicas pasearon por la ciudad un rato dando vueltas en las diferentes tiendas que se atravesaban en su camino, luego de recorrer largo rato por fin se meten a un club muy lujoso y elegante donde servían todo tipo de bebidas y comidas también, había una pista de baile muy moderna con muchas luces y ambiente nocturno.Samantha y la madre de Gerald beben y conversan de todo tipo de temas, sobre la vida, sobre sus aventuras del pasado, aunque Samantha no podía recordar casi su vieja vida, en ocasiones, sentía sen| sanciones extrañas como si el patrón se repitie
— Gracias chicas, por esta noche tan maravillosa y llena de entretenimiento, hacía tiempo que no me divertía tanto — Expresó la madre de Gerald.— No se preocupe madrecita, usted es mi madre ahora y merece divertirse — Exclamó Samantha trabando su lengua.— Nos comunicamos en la mañana amiga — Mencionó Isabel.Las chicas se despidieron y dieron por concluida su noche.Samantha llegó a su casa a altas horas de la madrugada bastante ebria, Gerald estaba aun despierto esperando que llegara, pero Samantha pasó de largo a la habitación a dormir y descansar para que se le quitara toda la borrachera que tenía encima.Gerald estaba furioso, pero no dijo nada, simplemente se quedó callado para no entrar en conflictos con Samantha en esa condición. Le avisó al padre de ella que ya había llegado, pues esté, también estaba preocupado por Samantha. Esperó durante varias horas en la casa del CEO, pero al final se fue y le pidió a su futuro yerno que le notificara cualquier novedad.Samantha se tumb