Pasado el susto con la aparición de su exnovio, la madre de Gerald llamó para comentarle a Samantha que había pautado una reunión con la planificadora de la boda, debían asistir para elegir el vestido y demás cosas para la celebración. Se sentía más aliviada gracias a la compañía de su prometido. No quiso imaginar cómo hubiera sido si se hubiese encontrado sola en casa.De igual forma, Gerald le aseguró que sus empleados estarían atentos a cualquier seña o eventualidad que pueda surgir si aquel hombre decidiera regresar.—Querida, si quieres puedo enviarte con uno de los escoltas, para que no te sientas temerosa al salir de casa. Aunque estarás con mi madre, nada malo podría pasarte. — sugirió Gerald.—Gracias por preocuparte, cariño mío. Pero, no será necesario. Como dices, estaré con tu mamá y no creo que él quiera o sepa dónde me encuentro. Sabes que te mantendré al tanto si llegase a surgir alguna eventualidad que me haga peligrar o sentir incómoda. — afirmó.—¿Estás segura? Bueno
Samantha descansó largo rato mientras Gerald se encargaba de algunos asuntos de trabajo, estaba en su laptop cuando despertó. Connie también había tomado una siesta, pues ya era costumbre dormir unas horas en la tarde. Sin embargo, se levantó más activa que de costumbre, como si las horas de sueño le hicieron obtener un descanso extremadamente reparador.—¡Mami, papi! Vayamos a jugar futbol ¿sí? Quiero hacer algo con ustedes hoy. — insistió.Ambos se miraron y decidieron salir a jugar, pues hacía rato que no compartían un momento en familia junto con la pequeña, y seguramente extrañaba distraerse con ellos. Ya Samantha se sentía mejor de salud, hacer un poco de deporte no le vendría mal.—De acuerdo, muñeca. ¿Qué tal si vamos por la ropa deportiva? — sugirió su madre.—¡Sí, sí! Quiero colocarme el conjunto que me compró mi papá para la competencia de atletismo del colegio. — aclaró.—Claro, por supuesto. Vayamos. — asintió Samantha tomándola por la mano, saliendo de la habitación.Ger
La felicidad de Samantha era inmensurable por su vestido personalizado, era algo mágico vérselo puesto.— De acuerdo, me parece una idea genial, solo espero que Gerald no se moleste, usted sabe cómo es el cuando salgo sin notificarle antes.— Descuida, eres mi yerna ya, así que, si estás conmigo, no tendría por qué tener ningún problema con mi hijo — Afirmo la madre de Gerald.— Muy bien, vayamos entonces — Confirmo Samantha.Ambas chicas pasearon por la ciudad un rato dando vueltas en las diferentes tiendas que se atravesaban en su camino, luego de recorrer largo rato por fin se meten a un club muy lujoso y elegante donde servían todo tipo de bebidas y comidas también, había una pista de baile muy moderna con muchas luces y ambiente nocturno.Samantha y la madre de Gerald beben y conversan de todo tipo de temas, sobre la vida, sobre sus aventuras del pasado, aunque Samantha no podía recordar casi su vieja vida, en ocasiones, sentía sen| sanciones extrañas como si el patrón se repitie
— Gracias chicas, por esta noche tan maravillosa y llena de entretenimiento, hacía tiempo que no me divertía tanto — Expresó la madre de Gerald.— No se preocupe madrecita, usted es mi madre ahora y merece divertirse — Exclamó Samantha trabando su lengua.— Nos comunicamos en la mañana amiga — Mencionó Isabel.Las chicas se despidieron y dieron por concluida su noche.Samantha llegó a su casa a altas horas de la madrugada bastante ebria, Gerald estaba aun despierto esperando que llegara, pero Samantha pasó de largo a la habitación a dormir y descansar para que se le quitara toda la borrachera que tenía encima.Gerald estaba furioso, pero no dijo nada, simplemente se quedó callado para no entrar en conflictos con Samantha en esa condición. Le avisó al padre de ella que ya había llegado, pues esté, también estaba preocupado por Samantha. Esperó durante varias horas en la casa del CEO, pero al final se fue y le pidió a su futuro yerno que le notificara cualquier novedad.Samantha se tumb
Luego de que las chicas pasaron la tarde en el parque de atracciones, decidieron darle fin a la tarde de diversión para marcharse, ya estaba oscuro, pero no era tan tarde como para preocupar al CEO.Samantha miró su teléfono y no tenía ninguna llamada de Gerald, le pareció extraño de no haber hablado casi con él en todo el día, pensó en llegar para conversar con él y poner las cosas claras.Samantha y su hija regresaron a la casa. Al llegar, Connie al bajarse sale corriendo para entrar en ella y dirigirse al baño.— ¡Hija! Ten cuidado — Comentó Samantha reprendiendo a su hija.— Estoy orinándome mami, tengo prisa — Exclamó Connie en voz alta mientras corría.Samantha apagó el vehículo, sacó su bolso y se bajó de él para entrar a la casa también. Estaba cansada del día tan agotador que tuvo, no había descansado lo suficiente la noche anterior y en el día estuvo atendiendo a la niña. Al entrar, Gerald se encontraba sentado en el sillón.— Hola Gerald ¿Por qué la cara? — Preguntó Samant
Isabel entró al hospital y preguntó por Samantha, la recepcionista buscó en la lista de personas internadas y visitantes, pero no consiguió el nombre de Samantha Keane por ningún lado, Isabel salió frustrada del lugar.«¿Dónde rayos estás, amiga?» — Pensó Isabel angustiada.Isabel imaginó todos los lugares posibles de donde se pudiera encontrar Samantha, pero ninguno era demasiado cerca para encontrarla de inmediato. Sabía que a Samantha le gustaba la playa, así que condujo en dirección a la costa y mientras manejaba llamó a Samantha para ver si podía contactarse con ella.Isabel condujo por un par de minutos, estaba de noche y la carretera oscura, en el camino había un mirador donde podían estacionar los vehículos y comprar comidas en los camiones de comida. Por no ser temporada de vacaciones, no estaban los camiones de comida y, por ende, no había nadie en el lugar excepto el vehículo de Samantha.— ¡Samantha! — Exclamó sorprendida Isabel.Rápidamente giró y entró al mirador, bajó a
Isabel y Samantha llegaron al hospital y enseguida fueron atendidas por los enfermeros, revisaron la lesión de Samantha y la llevaron de emergencia para que le hicieran una pequeña cirugía.— Debo aplicarte puntos para que sanes bien y no te quede una cicatriz — Comentó el doctor a Samantha.— De acuerdo doctor, hagámoslo — Respondió Samantha.— Gracias a Dios no te quedará alguna marca, amiga. Aguanta solo un poquito para que estés bien — Exclamó Isabel.Isabel se sintió aliviada de que a Samantha no le quedaría ninguna marca, con la mini cirugía que le harían a Samantha y el tratamiento que le recetarían sanaría rápido y estaría bien.En el hospital, había un doctor que curiosamente era amigo de Gerald, él había asistido a ciertas reuniones que habían organizado los White, siempre conversaba con el CEO y a veces le recetaba complejos vitamínicos entre otras cosas. El doctor al ver que Samantha se encontraba sola y estaba siendo operada de una herida, llamó a Gerald por teléfono pens
Isabel por otro lado estaba hasta el tope, cogió su teléfono con el fin de amenazar a Gerald con llamar a la policía. Gerald al ver que Samantha no tenía intenciones de interactuar con él, se levantó rendido y caminó hasta su vehículo para marcharse. Les abrió paso con su camioneta para que ellas pudieran pasar, Isabel se montó en su coche nuevamente y se marchó con su amiga Samantha.En el camino, Samantha estaba muy pensativa, no mencionó ninguna palabra al respecto, estaba imaginando como sería lo próximo de su relación, se le salían las lágrimas de imaginar tantas desgracias en su vida y lo único bueno que pensó que le había pasado resultó ser un completo desastre.Gerald llegó a su casa sin Samantha, Connie estaba dormida, era bastante tarde, por lo que decidió irse a descansar y tratar de resolver las cosas al día siguiente, aunque fuera difícil él lo seguiría intentando.Muy temprano por la mañana, se despertó el CEO para darse una ducha y pedirle al ama de llaves que mandara a