Gerald White llamó a sus escoltas que lo acompañaran y se dirigió hacia donde estaba la criada.— Eres una mentirosa ¿Estás loca o qué? Le mentiste a Samantha diciéndole que tuvimos una relación, ahora se fue y no sé dónde carajos puedan estar. Te quedarás aquí hasta que regrese. Muchachos vigilen de que no se vaya de la casa — Le exclamó Gerald a la criada y le dio órdenes a los escoltas.Rápidamente empezó a llamar a todo el mundo, Samantha estaba perdida y él estaba entrando en desesperación. Le marcó a su amiga Isabel, a su padre, a algunos empleados que trabajaban directamente con ella en los perfumes, pero todos le dieron la misma respuesta, no sabían nada de Samantha, a Gerald no le queda más opción que llamar a la policía.— Por favor quiero reportar a una persona desaparecida, su nombre es Samantha Keane, lleva varias horas sin ser localizada.— Hola, le habla el cuerpo de investigaciones, enseguida atenderemos el caso.Luego de que Gerald contestara varias preguntas que le h
Samantha pidió que Gerald entrara para conversar con él, su amiga Isabel la había convencido de que hablaran y solucionaran las cosas.Gerald entró con la cara deprimida, levantó la mirada y miró a Samantha triste al igual que él.— Samantha, perdóname, todo fue un mal entendido — Exclamó Gerald entre lágrimas.— Estoy muy triste Gerald, no puedo vivir con alguien que no confío — Comentó Samantha llorando.— La criada está loca, ella inventó todo, escuché las grabaciones de los vídeos de seguridad.— Pero ¿cómo explicas que sabe lo del lunar? — Preguntó Samantha.— Fueron los vídeos de seguridad, ella robo los vídeos para verme desnudo, eso fue lo que pasó, tienes que creerme Samantha, yo no haría nada para lastimarte cuando te prometí mi amor. Quiero que seas mi esposa y no quiero perderte.Samantha no se encontraba del todo bien, había desarrollado una neumonía producto del agua que entró a sus pulmones, también estaba intoxicada por el salitre, su piel estaba irritada y tenía un pa
Las cosas se habían tornado color de hormiga desde lo que ocurrió con la criada y su persecución, todo esto para intentar separarlos, pero Gerald tenía que demostrarle a Samantha que él estaba diciendo la verdad. Iba a ser su futura esposa y lo último que quería era perder su confianza. «¿Por qué todos se empeñaban en separarnos?» se preguntaba Gerald mientras se alistaba para ir por Connie a la guardería.El ama de llaves estuvo cuidando de la niña por esos días en los que la casa estaba de cabeza, el CEO se sentía solo sin la presencia de su prometida. Ya estaba acostumbrado a ella, pero debía recuperarse bien para poder volver. Por ahora, los planes de la boda se habían dejado en pausa, no tenían mente para eso, y mucho menos después del malentendido.Gerald pensó darle un incentivo por agradecimiento al ama de llaves, que estaba haciendo su trabajo sin chistar, de por sí, siempre se encontraba dispuesta. Era una de las pocas personas en las que podía confiar a la pequeña, debido a
Así como Samantha, Connie también sintió una gran felicidad al verla, solo imaginaba lo terrible que se habría sentido al enterarse de lo que había pasado. Estaba dispuesta a protegerla, pero tenía que protegerse a sí misma primero, por lo que llegó a sentir un poco de culpa, pues en ese momento solo se cegó de ira y no pensó en lo que podría sufrir la pequeña si las cosas hubieran resultado mucho más graves.Solo quería ser feliz junto a Gerald y a la niña, pero todo se tornaba cada vez más difícil para ambos, como si la vida nos los quisiera ver juntos, y eso la entristecía. A pesar del amor que sentían mutuamente, llegó a pasar por su mente que el destino no era estar juntos.Pasaron los días y Gerald cada vez estaba más ansioso por ver la mejora en Samantha en su totalidad, el sentimiento de culpa lo carcomía por dentro, no quería imaginar lo peor. Todos los días se dirigía al hospital a cuidar de ella sin importar el tiempo que se mantuviera a su lado, tenía el apoyo del ama de l
En horas de la tarde, ya casi escondiéndose los últimos rayos de sol, Gerald se encontraba de vuelta en el hospital, lucía distinto, había cortado y acicalado su cabello y barba, se perfumó y vistió como de costumbre para dar a entender a su madre y a Samantha que todo estaba bien con él. Comió la comida que preparó el ama de llaves, compartió un rato con Connie, descansó y ya estaba como nuevo para cuidar a su prometida esa noche.—¡Hijo qué bueno volver a verte así! Me contenta que hayas podido sacar un tiempo para ocuparte de ti. — mencionó su madre dándole un abrazo.—¿Cómo estás? Mamá. ¿Cómo te sientes, cariño? — preguntó a ambas al entrar y acercarse.—Estoy bien, he conversado mucho con tu madre y me ha hecho sentir mejor. — confesó Samantha.—Vine para quedarme esta noche contigo, pero creo que mañana temprano debo salir a resolver un asunto de suma importancia en la empresa… — dijo preocupado.—No le des tantas vueltas, hijo mío. Tu padre se encargará de dirigir todo lo relac
Una vez todo en orden, trasladaron a Samantha a la sala general tal como había indicado la enfermera hace un momento.—Me agrada poder salir de la habitación, pero ¿tantos enfermos han ingresado? Eso sí me desanima. Parece que muchas personas han estado pasándolo mal estos días. — dijo Samantha.—Sí, también se me hace sorprendente, pero tranquila, debes preocuparte por sentirte bien y así poder volver a casa con nuestra pequeña. — comentó Gerald aliviando su angustia.—Amiga, Gerald… Yo me iré ya, debo realizar unos asuntos y ya se me ha ido el tiempo. Prometo volver, mejora rápido ¿está bien? Eres una mujer fuerte, recuérdalo siempre. — mencionó Isabel animándola.—Me encantó verte, Isa. Gracias por venir, cuídate mucho también, por favor. — contestó Samantha.Terminó de despedirse con un abrazo para ambos y se marchó.La pareja se dirigió a la sala, Gerald llevaba a su prometida en la silla de ruedas para evitar que se fatigara caminando.Al entrar al nuevo espacio donde Samantha p
—Cariño, se me ha ocurrido una idea. Espera aquí, ya vuelvo. — dijo Gerald dejando a Samantha recostada en la cama.—¿A dónde vas? — preguntó, pero ya el CEO se había ido de la habitación.«¿Qué se le habrá ocurrido ahora? Ese Gerald inventa demasiado» pensó Samantha esperando ansiosa que volviera para saber de qué se trataba.El cotilleo entre las demás mujeres de la sala había cesado por un momento, pero no se confiaba. Por lo general no era celosa, sin embargo, ella sabía que él era un hombre muy atractivo y llamaba la atención de cualquier mujer. Aunque confiaba en Gerald, al final, siempre cometían errores. A veces se preguntaba si es que su amor por ella era tan real. Había pasado varios tragos amargos a su lado, así como buenos momentos que recordaba con mucho cariño.No era fácil entregarse por completo a una persona sin tener la certeza de que estaría con él por el resto de su vida. En algunas ocasiones le aterraba que pasaran los años y la relación fracasara. No quería parec
Gerald y Samantha salieron del hospital a la hora acordada, ya todo estaba listo para marcharse. Él estaba ideándose un plan, que por supuesto, ella desconocía. Ambos se encontraban muy contentos, pues en cuestión de días todo volvería a la normalidad y regresarían cada uno a sus ocupaciones en la empresa. Samantha echaba de menos su trabajo, por lo sucedido, tuvieron que detener las demás creaciones de las fragancias que estaban próximas a realizarse y estaba ansiosa por reintegrarse.En cuanto llegaron a la casa, Connie salió a recibirla con los brazos abiertos y casi entre lágrimas, pues la había extrañado mucho, le hacía falta estar con ella. Samantha la abrazó, pero no la cargó, pues aún tenía que guardar reposo y no sobre exigirse demasiado.El ama de llaves también salió a recibirlos, muy feliz de ver nuevamente a la familia en la villa.—¡Hijita mía! Cuánto te extrañé ¿cómo has estado? ¿has hecho todos tus deberes? — preguntó Samantha a Connie mientras acariciaba su cabello.—