Una vez en el parque de diversiones, Connie salió corriendo junto a su pequeño amigo Louis, esperaban divertirse muchísimo esa tarde. Había gran cantidad de atracciones y juegos para pasar el rato.—¡Niños espérenme! — gritó Samantha al ver que ya ellos estaban por entrar solos al lugar.Gerald aparcó la camioneta en el estacionamiento del mismo parque y saludó de lejos al vigilante para que estuviera alerta si algo sucedía con su auto. El trabajador le regresó el gesto, por lo cual se sintió tranquilo.—Voy por los boletos mientras tú te encargas de los niños ¿está bien? Nos vemos dentro. — notificó Gerald.—De acuerdo, procura no demorar. — dijo Samantha.—Espero que no, aunque se ve que hay una lista larga de personas en la taquilla. De igual forma, trataré de que sea rápido.Samantha asintió y fue tras los niños para conocer juntos el parque.Ofrecían atracciones destinadas a atender específicamente a ciertos grupos de edad, así como algunos que estaban dirigidos a todas las edade
—No esperé hacer esto hoy, pero gracias a ti ya le he perdido el temor, y te agradezco por eso. — confesó Samantha al bajarse de la atracción.Fueron a encontrarse con los niños, respiraron aliviados al ver que aún estaban donde los dejaron. No fue sino hasta pasados diez minutos más que se acercaron los pequeños. Connie abrazó a sus padres.—¿Cómo estuvo? ¿se divirtieron mucho? — preguntó Gerald.—Si — contestaron al mismo tiempo.—Pero papá, tenemos hambre. — comentó Connie.—Vamos a ver qué podemos comer aquí ¿sí? Creo que alcancé a ver perros calientes, palomitas de maíz y algodones de azúcar, pero podríamos ir por algo más… sano, no sé qué piensas, Gerald. — sugirió Samantha.—No creo que por comer algo aquí Connie vuelva a enfermarse. — mencionó Gerald.—Bueno, está bien, comamos y regresemos a casa. Debemos llevar temprano a Louis, su padre fue muy claro con la hora.A Gerald le parecía tierna y cordial la actitud de Samantha, realmente se esmeraba por hacer las cosas bien y es
Gerald notó que Samantha se había disgustado, pero hizo caso omiso, ella sabía lo mucho que le molestaba el trato que le estaba dando su amigo a la mujer con la que él quería tener una familia. Esperó que saliera del baño para comunicarle que saldrían en horas de la mañana a visitar a su abuela, para aprovechar el fin de semana.—Saldremos mañana a primera hora a visitar a tu abuela.— ¿De verdad? Pensé que era broma, o solo lo decías para molestar a Andrew. —respondió Samantha con duda.—Para nada, es un hecho.—Quisiera llevarle un presente, pero aún no se me ocurre nada. — mencionó pensativa.Ambos se quedaron callados por un momento hasta que Samantha rompió el silencio.— ¡Ya sé! Le haré un perfume. Aunque no pueda disfrutarlo como se espera, quiero hacerlo por ella.Gerald la miró asombrado, admiraba su gentileza y su buen corazón.—Me parece un detalle muy hermoso de tu parte, sé que, aunque no te lo diga, le gustará mucho. —A Samantha le pareció un comentario sincero y genuin
Al cabo de unos 15 minutos llegó el chofer de Gerald, subieron a la abuela de Samantha y partieron hacia el parque. Al llegar, caminaron por todo el lugar, Connie estaba encantada y feliz de estar compartiendo con sus padres y su abuela en el parque. Había mucha vegetación y lagos, el día estaba brillante y soleado. Gerald ve en el rostro de Samantha la felicidad que le producía estar con su abuela, era la única familia que tenía. Se sentaro por un momento a descansar mientras Connie jugaba en el césped con las mariposas y un envase para hacer burbujas que le había comprado Gerald. De repente Samantha sacó un perfume de su bolso y lo abrió.— Te aplicaré esto abuela, es una nueva fragancia que elaboró, espero que te guste — Exclamó en voz alta.Ella le roció un poco de perfume en sus manos y enseguida alcanzó el olfato de Gerald, escuchó lo que dijo Samantha que era una creación nueva y realmente le fascinó el olor.— ¿Cuándo lo hiciste? Huele realmente bien — Exclamó Gerald.— Hace u
Al día siguiente Samantha se levantó temprano como de costumbre, hizo los oficios del hogar y preparó el desayuno para llevar a Connie a la escuela, le preparó su comida favorita, wafles con frutas y miel y le dejó un jugo de cajita para que lleve en la lonchera. Samantha se alistó y también para llevar a Connie, le deja el desayuno listo a Gerald para llevar a su trabajo. Samantha partió con Connie a su colegio al finalizar todas las actividades del hogar. Al llegar, Samantha dejó a la niña en la escuela y su maestra que las recibía se acercó hasta ella.— Hola Samantha, te comento que los niños tendrán una actividad de verano, toda la escuela participará, por lo que los padres estarán invitados al evento.— Muchas gracias maestra, allí estaremos.Samantha regresó a casa para ocuparse de los asuntos del perfume, dedicaba gran parte del tiempo en ello. Cuando Gerald llegó del trabajo, Samantha le comentó cómo estuvo su día y le hizo mención del evento que tendrá Connie en su escuela.
Gerald al mirar a Samantha con el vestido se sintió atraído, se veía realmente hermosa y fascinante, el atuendo exaltaba toda la silueta de sus curvas y en la espalda era abierto donde se podía admirar su contorno. Gerald no pudo evitar pensar sentirse atraído, besó su espalda lentamente hasta su cuello. Ella sintió los besos de Gerald e hizo un gesto como de cosquilla, pero placer al mismo tiempo, le gustó sentir los labios carnosos de él en su espalda y cuello. Pero, así como Gerald sintió atracción, también pensó en las demás miradas que ella obtendría, como el día de la piscina, Samantha era demasiado llamativa y todos no dejarían de observarla.«Seguro todos esos padres babosos estarán mirando a Samantha, de ninguna manera permitiré que use algo tan llamativo»— No quiero que uses eso, Samantha — Exclamó Gerald en tono autoritario.— ¿Qué? ¿Por qué no, acaso no te gusta? — Preguntó ella confusa.— Claro que me gusta, solo que habrá muchas personas y muchos hombres que de seguro n
Luego de un par de días después del evento de Connie, Samantha se encontraba en su habitación cuando recibió una llamada.— Hola Sam, ¿Cómo estás? — Exclamó con entusiasmo.— ¡Isabel! Qué sorpresa, estoy muy bien. ¿Tú cómo estás? — Respondió Samantha con alegría.— Amiga excelente, te extraño mucho, tengo muchas cosas que contarte, quiero que nos veamos.— Amiga también te extraño. ¿Cuándo nos podemos ver?— Bueno, estaba pensando que nos viéramos en la casa de playa de Leonardo y que pasaras las vacaciones junto con nosotros, ya sabes, estamos en verano y qué mejor momento para disfrutar de la playa.— Ya va. ¿Leonardo? ¿Quién es él? — Preguntó confundida.— Leonardo es mi novio, de verdad tengo que contarte muchas cosas que sucedieron amiga — Comentó entre risas.— No te lo creo, nunca lo mencionaste, pero vale, acepto tu invitación, quiero que vacacionemos en la playa — Exclamó Samantha con entusiasmo.— Está bien Sam, te dejo entonces, te enviaré la dirección por el celular y esta
Layla no estaba para nada alegre al haber escuchado eso, sintió envidia e impotencia, ella era la que debía estar al lado de ella y no Samantha, además, tenía un acuerdo con Gerald que no se lo había comentado a nadie, por más que suponían que habían terminado su relación, ellos realmente no podían terminar, estaban bajo un contrato sexual, así que ella aun podía estar con Gerald. Su objetivo era casarse con él, pero Samantha la obstaculizaba. Tampoco se imaginó que Gerald estuviera allí en la playa, fue muy extraño verlo en otro sitio que no fuera su casa y su trabajo, esto era producto de la influencia de Samantha hacia él, lo estaba abarcando con su tiempo y esto hacia enojar a Layla.«Gerald nunca tuvo tiempo para mí, jamás fuimos de viaje y mucho menos vinimos a vacacionar a una playa, ahora llega esta y cambia de la noche a la mañana, es una manipuladora, de seguro lo está haciendo perder el tiempo con sus caprichos, no lo permitiré, el será mío nuevamente» Pensó Layla despiadad