Luego de conversar con la madre de Gerald, empezaron a acercarse varios hombres para conversar con Samantha, su apariencia estaba atrayendo las miradas de todos, cosa que al CEO no le gustó mucho.Se sintió un poco incomoda así que los evadió alejándose hacia el bosque, se escapó del cúmulo de personas sin decirle a Gerald. Quiso tomar un poco de aire fresco entre los distintos tipos de árboles que la rodeaban, los pinos eran los que más abundaban, su esencia le causaba paz, gozaba realmente de ese olor, su pasión por los aromas a pino la complacían. Observó a dos parejas cuchicheando y teniendo intimidad a escondidas, hizo caso omiso de ello y siguió hasta un grupo de personas reunidas alrededor de una fogata asando malvaviscos y conversando, mientras que otros estaban recostados de un tronco que usaban como asiento mirando las estrellas. De repente se acercó un chico muy carismático y encantador.— Me encanta el resplandor de las llamas, se puede decir que soy piromaníaco, pero es a
Gerald estaba bailando horrible, no se movía al ritmo de la música y pisaba a la chica, él solo estaba pendiente de lo que Samantha estaba haciendo, no le importaba realmente si la acompañante de Andrew lo disfrutaba o no.Sonaron varias melodías, en un instante el animador de la fiesta propone un juego, sonarán varias canciones y a medida que cambien la tonada, cada persona tenía que cambiar de pareja. Los que se quedaran sin pareja durante unos segundos eran los perdedores, todos estaban entusiasmados, enseguida Gerald esperó la oportunidad.Apenas cambiaron la música, Gerald corrió como un león que caza a su presa sobre Samantha, la tomó del brazo y se la arrebató a Andrew.— ¡Vámonos a la casa a dormir! No quiero que estemos aquí — Le dijo tartamudeando con la lengua trabada de la borrachera.— ¿Gerald por favor? No hagas una escena, estás ebrio — Expresó Samantha con temor.— Tengo sueño, solo quiero que nos vayamos ¡es una orden! — Le contestó con los ojos entrecerrados.En ese
Amaneció y se despertaron temprano todos para planificar el día. Como la mañana estaba bastante calurosa, Connie propuso ir a la piscina a jugar y bañarse. A Samantha le pareció una excelente idea, así que se alistó para ir con la niña y llevarla, le dio igual si Gerald iría o no. La piscina quedaba en la misma casa de campo, pero un poco más alejada, era como una especie de club dentro del mismo terreno. Le pidió a la mamá de Gerald que la ayudara con algún atuendo para ella poder meterse al agua, por lo que buscó entre sus gavetas de ropa y encontró un bikini que pensó le quedaría perfecto. Se lo probó enseguida y vio lo bien que le quedaba, hasta ella misma se sintió sexy.— Volverás locos a todos los hombres con eso — Le comentó la madre de Gerald en tono de broma.— ¡Espero que no! — Expresó Samantha entre risas.Buscó un traje de baño para la pequeña y bajaron enseguida para decirle a un chofer del lugar que las llevara hasta el club, en lo que están llegando a la puerta para sa
Al amanecer, ya la mayoría de las personas se habían ido del lugar, por fin la fiesta había terminado y estaban llegando cuadrillas de trabajadores para recoger todo como las mesas y tarimas y también para limpiar los jardines, podar los árboles, recoger la basura, limpiar la piscina entre otras cosas de campo que tenían que hacer. Todo estaba muy bien organizado, los padres de Gerald no dejaban pasar nada por alto y eran maniáticos con la perfección.Samantha acomodó las cosas y se dispuso a empacar los bolsos. Al terminar bajaron de la habitación hacia la sala principal para despedirse de todos, tenía a la pequeña Connie cargada, pero esta se le zafó para ir a abrazar a su abuela, sabía que se irían pronto. Samantha les dio las gracias a los padres de Gerald por toda su atención.— Gracias señor y señora White, espero que nos veamos pronto — Expresó.— Gracias a ti, mi niña, cuida muy bien de la pequeña Connie. También cuida del malhumorado de nuestro hijo, espero que cambien su hum
Gerald se fue a la ducha y dejó que el agua fría le quitara la pesadez de su cuerpo y se le fuera el alcohol de su sistema. Estaba lloviendo fuerte con estruendosos relámpagos, Samantha salió corriendo en un instante a la ducha donde estaba él. Abrió el baño y lo abrazó, apenas estaba terminando de bañarse cuando sorprendido vio que Samantha lo abrazó atemorizada. Al momento de escuchar los truenos, a Samantha le vino un recuerdo tenebroso de su infancia. Algo que la habría marcado para siempre. Cuando estaba pequeña, Samantha se encontraba jugando en el patio de su casa, el cielo estaba grisáceo y había destellos de relámpagos, ella por su inocencia no le dio importancia del peligro que esto podría ocasionar, solamente quería jugar con su pelota. Al cabo de unos segundos, comenzó a lloviznar muy suavemente, casi como un rocío mañanero, el clima se puso frio en un instante, la brisa empezó a sacudir los árboles y hacerse más fuerte en cada segundo. Vio que las personas que estaban e
Pasó la tormenta, ese fin de semana fue bastante largo. El domingo pasaron casi todo el día durmiendo y Samantha prepararía las cosas del siguiente día para llevar a Connie a la escuela. Tenía clases, por lo que debía dejarle el uniforme listo y levantarse temprano para preparar el desayuno. Hizo todos los oficios del hogar y dejó la casa impecable con ayuda del ama de llaves y otro personal de limpieza que contrataron.Temprano, a la mañana siguiente, se levantó Samantha para ver qué le preparaba a Connie para su desayuno, decidió hacerle lo que más le gustaba comer, wafles con crema y miel, le dejó una manzana roja, un jugo de cajita y una galleta para que llevara de merienda.Gerald se levantó temprano también y no desayunó lo que preparó Samantha. Le mencionó que comería en la calle, quería llegar temprano a resolver unos asuntos de la empresa.Samantha lo entendió y le pidió cómo hacer para llevar a Connie.— ¿Quién llevará a Connie a la escuela? — Preguntó.— Llama a mi chófer p
El teléfono repicó varias veces, pero Samantha nada que contestaba, Gerald decidió llamar a su ama de llaves para que le pasara a Samantha y pudiera hablar con ella.— Señora Keane, el señor White quiere conversar con usted — Exclamó el ama de llaves.— ¡No! Dile que estoy dormida o invéntale alguna otra excusa. No quiero hablar con nadie — Exclamó en voz alta.Samantha no quería conversar ni siquiera con el CEO, estaba muy triste y deprimida. Gerald había escuchado lo que había dicho, así que le pidió al ama de llaves que lo pusiera en altavoz. Enseguida hizo lo que le pidió el jefe, colocó el teléfono cerca de la puerta para que Gerald pudiera hablar y fuera escuchado.— Samantha, escuché lo que acabas de decir, sé que estas allí, por favor toma el teléfono para que hablemos, te lo pido, sé que estas molesta y triste, pero quiero saber cuál es el motivo de que estés así — Exclamó por el parlante del teléfono.Al cabo de unos minutos de silencio, Samantha se levantó de la cama y se
Samantha no pudo evitar ruborizarse, pero no quería caer en el error de malinterpretar las cosas. Gerald fue muy directo con cada cláusula del contrato, no podía enamorarse de él, no lo tenía permitido. Prefirió reemplazar ese pensamiento por otro, se enfocaría en lo malo que le había hecho pasar y así evitaría sentirse aún más atraída hacia su jefe. En cierta parte, no se sentía cómoda fingiendo frente a Connie, la niña no merecía ser engañada de esa manera, pero era lo mejor, así estaría feliz y no pelearía más por los comentarios malsanos que escuchaba de los demás. Tal vez Gerald también estaba actuando, para que Connie mantuviera dibujada una sonrisa en su rostro, él haría lo que fuera por verla sonreír siempre.Quizás no fue una buena manera de terminar la conversación, poner como excusa el baño, sin embargo, sabía que el tema no quedaría allí. A él no le gustaban las cosas a medias, y por esa razón, en cualquier momento volvería a tocar el tema.Para Samantha, el amor no debía