La primera noche después de la operación, Lorena no pudo dormir. Estaba incómoda, no sabía como ponerse, ya que le molestaban las heridas, por lo que Iker llamó a una enfermera y pidió si le podían dar algo para el dolor, se hacía el duro, pero sufría tanto como ella, no podía verla sufrir y se sentía impotente de no poder hacer casi nada.
Llegó una enfermera y le dio un analgésico y un relajante para que pudiera dormir un rato. Lorena le dio las gracias y se quedó dormida, por lo que él también aprovechó para dormir.
A la mañana siguiente, cuando trajeron el desayuno, fue la madre de Iker para ver que tal estaba.
—Hola, sé que todo ha salido bien y ahora sólo queda recuperarte, pero, ¿cómo te sientes? —preguntó después de saludarles.
—Me duele y molesta un poco, pero por lo demás bien —contestó Lorena.
—No te preocupes, pronto pasará y te sentirás mejor —dijo la madre de Iker.
Llegó la doctora Rollers con una enfermera, para la revisión y l
Iker se despertó temprano y preparó un desayuno especial y se lo llevó a la cama a Lorena.—Gracias cariño, eres un verdadero tesoro —dijo Lorena antes de darle un beso eterno.Iker se sentó a su lado y desayunaron juntos.Cuando terminaron de desayunar, Iker recogió las bandejas y le dijo a Lorena que no se levantase, que quería darle una sorpresa antes.Apareció con una caja y dijo: «Un pequeño detalle para mi compañera especial».Al abrirlo, Lorena quedó alucinada, ya que era un vestido parecido al que llevaba el día que se conocieron.—Todavía te acuerdas, ay, eres adorable —le dijo mientras le daba un fuertísimo abrazo.Se vistieron y salieron marcha a Illescas, ya que querían llegar antes del anochecer.—¿Te puedo pedir una cosa, Iker? —preguntó Lorena durante el viaje.—Por supuesto, guapísima —respondió Iker.—Sé que los dos lo deseamos, posiblemente y surgirá, pero me gustaría que no hubiera penetración h
Lorena no podía dejar de pensar en lo que había pasado la noche anterior, nunca había estado tan libidinosa y no sabía si sería capaz de aguantar hasta la boda, porque quería sentir a Iker dentro de ella, quería saber si sería distinto cuando ella se entregara completamente a alguien, pero debía de ser fuerte y aguantar como lo era Iker. No entendía cómo era posible que Iker la hubiera convertido en una bella mariposa, en una nueva mujer, cuando ni ella misma creía que pudiera cambiar.—Buenos días, amor, ¿cómo has dormido? —preguntó Iker a Lorena.—Buenos dias, cariño mío, he dormido bien —contestó Lorena.Iker le dio un beso, lo cual hizo que ella temblara. No entendía lo que le pasaba, era como si se hubieran despertado sus instintos más básicos, algo que era nuevo para ella.—Te tengo que pedir perdón, pues ya he decidido la fecha de la boda y ya tengo la iglesia —dijo Iker.—Dímela, pero deberías haberme consultado —respondió Lorena fingiendo
Quedaban diez días para la boda y por fin Lorena había encontrado los perfumes perfectos para entregarlos ese día a sus invitados. Sólo les faltaba eso, ya que tenían las cajas y los frascos, para los hombres un rostro de novio y para las mujeres una cara de novia.Las cajas, en el frontal, su foto con la fecha de la boda y por detrás un acróstico de la palabra amor: “AMORAlmas que se encuentran y por siempre juntas volarán.Magia que nace de dos corazones que sincronizan su latir.Ornamento de pasión que mantiene viva la llama del amor.Rosal multicolor que llena de olor todo tu ser."Era un detalle muy original y eso es lo que querían los dos.Para los niños habían decidido darles un teléfono lleno de chucherías.Cuando faltaba una semana para la boda, fueron al parador para decir el número de comensales y cuantas habitaciones tenían que reservar.También hablaron con el DJ e hicieron un cambio de última hora
Lorena se despertó y la fragancia de las flores todavía perfumaba la habitación, cuando vio su ramo de novia en un jarrón se dio cuenta que lo que había vivido el día anterior era real y se había casado con su héroe.El ramo lo iba a ofrecer a la virgen de Atocha para que protegiera ese matrimonio y la ayudara a tener hijos. No creía mucho en esas cosas, pero tenía fe que alguien en algún lugar la había ayudado mandándola a Iker.Vio el pergamino aún cerrado que le había escrito Iker, encendió la luz de la mesilla, lo abrió y empezó a leerlo:"Mi amada Lorena:Hoy hemos hecho realidad un sueño: El de unir nuestros corazones por siempre jamás.Tenía pensado escribirte un poema, pero tendría que escribir mil versos y no conseguiría encontrar la rima perfecta, por lo que decidí escribirte esta carta.Prometo ser como las águilas y volar junto a ti, protegiéndote y evitando que te caigas porque nunca lo permitiré.Ahora no somos dos almas
Iker se levantó temprano, ya que quería terminar unas cosas antes de partir a su luna de miel. Cuando oyó que Lorena se estaba despertando, dejó lo que estaba haciendo y ultimó el desayuno para llevárselo a la cama.Llegó a la habitación y vio que ella estaba dando vueltas a su alianza, lo cual indicaba que estaba nerviosa.—Buenos días, amor, ¿qué te pasa? —preguntó Iker mientras le colocaba la bandeja.Ella le dió un beso y le respondió: «Buenos días cariño, que me han venido recuerdos de mi primera luna de miel y me he puesto un poco nerviosa».Iker, que sabía que en esos momentos las palabras de poco servían, simplemente le dio un abrazo de esos que dicen: "Siempre estaré a tu lado", el cual la alivió enormemente.—Siento muchísimo hacerte recordar tantas cosas —dijo él mientras entrelazaba sus dedos entre los de ella.—Tú no tienes culpa de nada, pobrecito, más bien al contrario, tan sólo tengo palabras de agradecimiento hacia ti. Siemp
Lorena se despertó y se asomó a la ventana para ver el amanecer en el puerto de Valencia, que le habían dicho que era espectacular. De repente, sintió un abrazo por la espalda y un beso en la mejilla que le hizo volver la cabeza buscando los labios de su amado.—Buenos días, amor. Ya casi he terminado el libro, pero me falta el prólogo, que me gustaría que me lo dijeras tú —le dijo Iker mientras la abrazaba más fuerte.—Buenos días, precioso. Luego me lo leo un poco por encima y te ayudo, cielito —contestó Lorena.Pidieron el desayuno y mientras lo esperaban ella, empezó a leer su historia. Estaba tan bien escrita y con tanto detalle, que podía revivir cada hecho, lo cual le helaba la sangre, pero al mismo tiempo se estaba dando cuenta que Iker la había escuchado y había tratado todo con un respeto y una delicadeza infinita y muy propia de él.Llamaron a la puerta y era el desayuno, por lo que ella dejó de leer el libro, pero tenía ganas de saber como hab
Las últimas preguntas de la presentación del libro habían dejado marcada a Lorena y habían despertado viejos fantasmas que se habían dormido, pero ahora era distinto, porque no le hacían daño a ella, era Lorena la que hacía daño o por lo menos así lo sentía ella.Tuvo una pesadilla horrible que le hizo despertarse sobresaltada y agitada, había soñado que le decía a Iker que no era bueno con ella y que haría lo mismo con él, mientras le daba un empujón y se caía por una escalera quedando inerte en el suelo y él en su último suspiro decía: «A pesar de todo, te amo», y le lanzaba un beso al aire y al recibirlo, ella, se transformaba en la madrastra de Blancanieves.Al despertar y verle a su lado, le dió una caricia. Se le quedó mirando e intentó volverse a dormir. No quería que sufriera, no se lo merecía, era tan generoso y bondadoso que lo único que se merecía era amor infinito.Por la mañana, estaba muy rara, distante y respondía a las muestras de cariño de Iker
Todo en la vida de Lorena parecía perfecto, tanto a nivel personal como profesional, era muy feliz y se veía preparada para dar el siguiente paso, pues últimamente sentía que tan sólo le faltaba ser madre para sentirse completamente realizada.No es que con Iker le hiciera falta nada, se lo daba todo, sin pedir nada a cambio, sin enfadarse o por lo menos, ella no lo notaba, pues ni perdía las formas ni dejaba de ser un caballero con ella, pero sentía un vacío que nunca antes había sentido y que no tenía nada que ver con Iker, ya que era un verdadero y bondadoso amigo, un confidente, siempre dispuesto para escucharla, un cómplice y un compañero de vida que siempre estaba a su lado, un esposo abnegado y un amante fiel y generoso, que era capaz de olvidarse de él, para que ella disfrutara.Se había levantado con un dolor tremendo en el estómago, ya le había pasado otras veces y era dolor premenstrual, por la fecha que era. Otras veces, se le había calmado masturbándose, y