Lorena se despertó y la fragancia de las flores todavía perfumaba la habitación, cuando vio su ramo de novia en un jarrón se dio cuenta que lo que había vivido el día anterior era real y se había casado con su héroe.
El ramo lo iba a ofrecer a la virgen de Atocha para que protegiera ese matrimonio y la ayudara a tener hijos. No creía mucho en esas cosas, pero tenía fe que alguien en algún lugar la había ayudado mandándola a Iker.
Vio el pergamino aún cerrado que le había escrito Iker, encendió la luz de la mesilla, lo abrió y empezó a leerlo:
"Mi amada Lorena:
Hoy hemos hecho realidad un sueño: El de unir nuestros corazones por siempre jamás.
Tenía pensado escribirte un poema, pero tendría que escribir mil versos y no conseguiría encontrar la rima perfecta, por lo que decidí escribirte esta carta.
Prometo ser como las águilas y volar junto a ti, protegiéndote y evitando que te caigas porque nunca lo permitiré.
Ahora no somos dos almas
Iker se levantó temprano, ya que quería terminar unas cosas antes de partir a su luna de miel. Cuando oyó que Lorena se estaba despertando, dejó lo que estaba haciendo y ultimó el desayuno para llevárselo a la cama.Llegó a la habitación y vio que ella estaba dando vueltas a su alianza, lo cual indicaba que estaba nerviosa.—Buenos días, amor, ¿qué te pasa? —preguntó Iker mientras le colocaba la bandeja.Ella le dió un beso y le respondió: «Buenos días cariño, que me han venido recuerdos de mi primera luna de miel y me he puesto un poco nerviosa».Iker, que sabía que en esos momentos las palabras de poco servían, simplemente le dio un abrazo de esos que dicen: "Siempre estaré a tu lado", el cual la alivió enormemente.—Siento muchísimo hacerte recordar tantas cosas —dijo él mientras entrelazaba sus dedos entre los de ella.—Tú no tienes culpa de nada, pobrecito, más bien al contrario, tan sólo tengo palabras de agradecimiento hacia ti. Siemp
Lorena se despertó y se asomó a la ventana para ver el amanecer en el puerto de Valencia, que le habían dicho que era espectacular. De repente, sintió un abrazo por la espalda y un beso en la mejilla que le hizo volver la cabeza buscando los labios de su amado.—Buenos días, amor. Ya casi he terminado el libro, pero me falta el prólogo, que me gustaría que me lo dijeras tú —le dijo Iker mientras la abrazaba más fuerte.—Buenos días, precioso. Luego me lo leo un poco por encima y te ayudo, cielito —contestó Lorena.Pidieron el desayuno y mientras lo esperaban ella, empezó a leer su historia. Estaba tan bien escrita y con tanto detalle, que podía revivir cada hecho, lo cual le helaba la sangre, pero al mismo tiempo se estaba dando cuenta que Iker la había escuchado y había tratado todo con un respeto y una delicadeza infinita y muy propia de él.Llamaron a la puerta y era el desayuno, por lo que ella dejó de leer el libro, pero tenía ganas de saber como hab
Las últimas preguntas de la presentación del libro habían dejado marcada a Lorena y habían despertado viejos fantasmas que se habían dormido, pero ahora era distinto, porque no le hacían daño a ella, era Lorena la que hacía daño o por lo menos así lo sentía ella.Tuvo una pesadilla horrible que le hizo despertarse sobresaltada y agitada, había soñado que le decía a Iker que no era bueno con ella y que haría lo mismo con él, mientras le daba un empujón y se caía por una escalera quedando inerte en el suelo y él en su último suspiro decía: «A pesar de todo, te amo», y le lanzaba un beso al aire y al recibirlo, ella, se transformaba en la madrastra de Blancanieves.Al despertar y verle a su lado, le dió una caricia. Se le quedó mirando e intentó volverse a dormir. No quería que sufriera, no se lo merecía, era tan generoso y bondadoso que lo único que se merecía era amor infinito.Por la mañana, estaba muy rara, distante y respondía a las muestras de cariño de Iker
Todo en la vida de Lorena parecía perfecto, tanto a nivel personal como profesional, era muy feliz y se veía preparada para dar el siguiente paso, pues últimamente sentía que tan sólo le faltaba ser madre para sentirse completamente realizada.No es que con Iker le hiciera falta nada, se lo daba todo, sin pedir nada a cambio, sin enfadarse o por lo menos, ella no lo notaba, pues ni perdía las formas ni dejaba de ser un caballero con ella, pero sentía un vacío que nunca antes había sentido y que no tenía nada que ver con Iker, ya que era un verdadero y bondadoso amigo, un confidente, siempre dispuesto para escucharla, un cómplice y un compañero de vida que siempre estaba a su lado, un esposo abnegado y un amante fiel y generoso, que era capaz de olvidarse de él, para que ella disfrutara.Se había levantado con un dolor tremendo en el estómago, ya le había pasado otras veces y era dolor premenstrual, por la fecha que era. Otras veces, se le había calmado masturbándose, y
Por fin, después de meses de trabajo, habían terminado la gama que querían que fuera su seña de identidad: "Los perfumes de los sentimientos".Constaba de cinco perfumes unisex que se vendían por separado en frasco grande o en un estuche de cinco más pequeños.Aunque Lorena estaba orgullosa con el resultado de sus fragancias, tenía que reconocer que Iker les había dado ese toque personal suyo tan especial, teniendo en cuenta todos los detalles.El primer perfume era "Alegría" cuyo frasco era un emoticono de carita feliz. Estaba compuesto por agua de rosas infusionada con romero y caléndula, con un toque de vainilla y de naranja. En la caja, explicaban porque esos olores y en este caso, querían que recordara a la alegría del olor del campo en primavera o el que se siente al entrar en una pastelería.El segundo era "Amor" y el frasco era una carita con dos corazones en los ojos. Su composición era agua de rosas y claveles infusionada con caña de azúcar, con
Aquel aniversario supuso un antes y un después para Lorena, empezó a cuidar de sí misma y se dejó querer por Iker, pues este se convirtió en una extensión de ella y llegaba hasta donde ella no era capaz, por lo que todo le era muy fácil y, aunque le costó darse cuenta, por fin había comprendido que cuando te aman de verdad siempre vas a encontrar unas manos que nunca te dejarán caer.Todo no era positivo, aunque Iker se lo ponía muy fácil, pero pasaban los meses y no se quedaba embarazada, por lo que habían decidido ir a una clínica especializada.En la primera visita, les hicieron unas pruebas tanto a ella como a él para ver si tenían problemas de fertilidad, pero a parte de eso le habían hecho una exploración muy exhaustiva por lo que había vivido y sufrido ella.Llegó el día de ir a por los resultados y mientras esperaban que les llamaran, tuvieron la siguiente conversación.—Si yo soy estéril, tendré que pedirte perdón por no haberme dado cuenta y hac
Lorena no sabía lo que le pasaba, pero desde que habían vuelto del campamento no había podido dejar de pensar en esa noche, en lo que había sentido, en como la había excitado, estar totalmente a su merced y como le había encantado, como le había hecho el amor esa noche, una mezcla perfecta entre dulce y salvaje, pero tan cariñoso preocupándose porque ella disfrutara, como hacía siempre.Cada vez que lo recordaba, su cuerpo se encendía y unas veces se podía controlar y otras debía calmar su deseo, por lo que decidió ir a ver a Teresa, su psicóloga, para ver si quería a Iker por lo que le hacía sentir al hacer el amor o era por todo lo demás por lo que disfrutaba tanto.A parte de lo anterior, tenía un retraso de quince días, pero no quería decir nada hasta la siguiente falta, pero ella sentía que esta vez sí que podría ser posible.Aprovechando que Iker había ido a cerrar un acuerdo con las perfumerías Juteko, ella fue a ver a Teresa.—Hola, Lorena, gracia
Lorena se levantó un poco antes para hacer el desayuno, tantas veces lo había hecho Iker que ella decidió hacerlo y dejar que durmiera un poco más.Cuando estuvo preparado, y como no se había levantado, lo colocó en una bandeja y lo llevó a la habitación, despertando a Iker con un beso.—Buenos días, princesa, así da gusto despertar.—Buenos días, principe, para mí si que es un gusto despertar a tu lado.Tras el saludo, se dieron un abrazo y otro beso y se pusieron a desayunar.—¿Eres feliz conmigo?, dime la verdad, tesoro —preguntó ella como si dudara de la respuesta.—Por supuesto que sí, te lo diré mil veces y no me cansaré de decírtelo, amor —respondió él sin casi dar tiempo de que ella terminase la pregunta.—Pero si has tenido que aguantarme muchas cosas y pocas alegrías te he dado.—Eres increíble y te amo, tu sonrisa me transmite felicidad, has decidido compartir tu vida conmigo y dentro de poco me harás muy feliz —dijo