Fue subir al auto y conducir al complejo donde vivía Andrew.Ambos cruzaron el pasillo tras salir del elevador entre risas, como si fueran unos pubertos en medio de una travesura de su adolescencia y, al llegar a la puerta del apartamento, Hannah lo detuvo, lo agarró del cuello de la camisa para llevarlo a su altura y le plantó un beso en los labios que lo obligó a corresponder, y se dejó ir contra la puerta con una sonrisita traviesa.—Señorita Roth, ¿no está un poco ansiosa?Los afilados y hermosos ojos de Hannah lo contemplaron con picardía tras separarse, y metió la mano en el bolsillo de su pantalón para sacar las llaves con una sonrisa socarrona.—Podría decirse, sí.—¿Y no se suponía que era yo el ansioso?Ella se encogió de hombros y él le quitó la llave para abrir la puerta de un plumazo, la agarró de la mano y entraron.Una vez cerrada la puerta, Andrew no perdió el tiempo y la encerró entre su cuerpo y el pesado madero reforzado, para justo después atacar sus labios con una
Hoy Norman tenía el día libre, o al menos eso era lo que Andrew quería.Esa mañana, mientras se arreglaba para salir con Alisson, su celular comenzó a sonar y, al ver la pantalla, se dio cuenta de que era de su madre. Como se estaba vistiendo, contestó y puso el altavoz.—Ma, buenos días.—Andy, buenos días, ¿aún estás en casa?—Sí, me arreglo para ir a buscar a Alisson. ¿Pasa algo?Hubo un momento de silencio mientras sacaba sus aretes y se los colocaba. Debía admitir que al principio la idea de perforarse las orejas fue un impulso, pero ahora tenía un significado muy especial.—No sé exactamente cómo decirlo, pero he oído rumores sobre los Becker. Al parecer Emma está desaparecida. ¿Sabes algo?Andrew detuvo su tarea de ponerse el arete y frunció el ceño. Sus hombres la buscaban, pero ella seguía escondida.—No. La verdad también me gustaría saber dónde está. Creo que tenemos cuentas pendientes.Alana suspiró al otro lado, conocedora de todo.—Su madre me llamó y casi llora al decir
En el auto, Alisson empezó a cabecear, y cuando llegó a casa, a pesar de sus ánimos contándole todo a sus abuelos, al bañarse con agua tibia cayó rendida a los brazos de Morfeo, agotada por todo el ajetreo del día.Tras arroparla en la cama y apagar la luz, Andrew sintió como si el día más perfecto de su vida acabara de llegar a esa suave planicie de calma y anhelo, y esa calidez, a pesar del ligero dolor que seguía en su espalda tras cambiarse de chaqueta, lo inundó por completo.Hannah y Andrew bajaron, tomados de la mano y entre sonrisas, y se encontraron con Martha y Trevor, que veían videos en el salón.—Andrew, ¿estás cansado? Andar por ahí corriendo con Ali todo el día no debió ser sencillo.Trevor fue quien habló. Él ahora parecía más confiado con el novio de su hija, y actuaba de manera más amena y familiar a su alrededor. Andrew se dejaba querer también, a pesar de su serenidad.—Estoy cansado —admitió el muchacho, sentándose con Hannah en el sofá—. Ali es como un dinamo, in
Tras salir de la casa de los Roth, Andrew entró a su auto y llamó a Tyler, con un auricular en una oreja mientras miraba el camino.—¿Ella está en el Centro?—Sí, señor. La trajimos aquí directamente tras capturarla.—Perfecto. Denle una lección. Iré mañana, quizá por la noche, tengo otras cosas que hacer por el momento.—Por supuesto, señor. Me encargaré de que la señorita se dé cuenta del error que cometió.Aquella voz sonó con ligera suficiencia; sin embargo, Andrew no sentía nada. No había placer en lastimar a alguien, al menos no para él. Solo era algo que debía hacerse y ya, y la vida le enseñó que la gente muchas veces no solía entender por las buenas.Soltó un respingo y siguió con su camino a casa.Al llegar a su apartamento, se dio un baño y fue a trabajar a su computadora. Un par de minutos más tarde, su celular sonó con una llamada de un gran amigo al que conocía bastante bien.—Ya recibí las muestras. Solo con verlas me doy cuenta de que hay algo, pero en unos días te ten
Y porque era la vida que eligió, sabía a lo que se atenía. Su maestro una vez le dijo que el hombre podía fabricar mil armas, pero ninguna jamás sería tan efectiva como la inteligencia porque, de hecho, era esa misma inteligencia la artífice de tales artefactos.La inteligencia del hombre era capaz de destruir y construir a partes iguales. Un hombre inteligente sabía hasta dónde llevar las cosas por la paz, y también cuándo asestar un golpe mortal.Era de sabios dar oportunidades. Era de tontos dejarse doblegar.Temprano esa tarde condujo su auto con calma hasta los bordes de la ciudad y, tras entrar al Centro y ser escoltado por el personal, terminó en uno de los sótanos, donde un hombre reposaba acurrucado en una esquina. El lugar olía a heces, orín y otros fluidos, pero resaltaba la figura delgada del hombre, otrora bien tornado, que había perdido bastante músculo en unos pocos días.—¿Así que aún no quieres hablar? —preguntó desde la entrada, no queriendo ir mucho más lejos.El s
A media tarde de aquel lunes, el Grupo Seele vivió una cierta conmoción al recibir la noticia de que dos pesos pesados visitarían la sede administrativa de la empresa. Uno de ellos era el conocido Dominik Engel, que venía desde Berlín, y el otro era Ulrik Jantzen, quien actualmente fungía como CEO del Grupo Empresarial Frantid, de Dinamarca, una figura que hacía bastante no veían.El primero en llegar fue Ulrik, un moreno con el pelo poco rapado que exhibía una elegancia tremenda al caminar, de piernas largas y físico portentoso que se notaba bien trabajado incluso con un traje de dos piezas encima.Apenas atravesar la entrada de la empresa junto a su secretaria, se detuvo al ver llegar a un auto, y una sonrisa de contentura pintó su expresión cuando un pelirrojo igual de alto que él se acercó.—¡Rik, qué bueno verte! —saludó Dominik, también en traje y con su secretario siguiéndole los pasos.—¡Hermano, de verdad tenía mucho sin pasarme por aquí!Ambos se dieron un apretón y luego un
—¿Qué vas a hacer con la perra? —inquirió Ulrik, un poco molesto.—Matarla, por supuesto. Haré que mi gente la encuentre y me la traigan. ¿Crees que puedas conseguirme un poco de talio? Deberías tener más facilidades que yo.Los ojos de Ulrik brillaron con la revelación de lo que su amigo planeaba, y una sonrisa plena pintó sus labios.—Por supuesto, hermano. Llamaré a alguien y lo tendrá para ti mañana mismo.—Perfecto… —Soltó un respingo, sintiendo un ligero dolor de cabeza.—¿Qué hay del tipo? ¿Aún lo tienes? —Aquellas preguntas de Dominik hacían referencia a Marlon.—Lo tengo, ¿quieres jugar con él?Un brillo siniestro parpadeó en los iris del pelirrojo, justo cuando una sardónica sonrisa pintó sus labios.—Me gustaría, claro.—Yo también quiero —intervino Ulrik—, también me gustaría darle su merecido a la perra, pero creo que eso es algo que tienes que hacer tú para terminar con esto… y deberías hacerlo tan pronto como te sea posible.—Lo sé. No hay tiempo que perder. No puedo pe
Decir que no le preocupaba Andrew con el alcohol sería mentir, pero Hannah era muy consciente de que él debía haber bebido muchas veces con sus amigos antes. Entre ellos y ella, la presencia más reciente en su vida era la suya, y tenía que controlar esos pequeños impulsos de protegerlo cuando no era necesario.En su mente también bailaban los hechos de más temprano, sus palabras y, cómo no, sus secretos.Mientras acomodaba la cama de Ali para que se fuera a dormir, poco después de las nueve de la noche, sus pensamientos se desenfocaron por unos segundos.—Mami, ¿estás pensando en papi?La vocecita de su hija la sacó de su ensoñación, y bajó la vista a la nena, que se cobijaba tranquila bajo el edredón a tonos pastel.—¿Crees que lo hago? —Hannah le dio un toquecito en la nariz y se sonrió.—¿Es porque quieres que papi te abrace mucho siempre, como en las películas?Su inocencia era destacable, y la mayor amaba que siguiera siendo así a pesar de todas las cosas que le había tocado vivi