Tras un fin de semana «familiar», de ir con Hannah, Alisson y Justin al parque, a hacer un picnic y divertirse en los juegos, teatro y a comer helado, Andy llegó a casa de su madre para dejar a Justin, que venía más dormido que despierto. Se ocupo de acompañarlo a bañarse, y ya cuando se estaba vistiendo cabeceaba y tenía los ojos cerrados. Se durmió apenas pegar la cabeza de la almohada.Él ya tenía claro lo que debía hacer con el pequeño, que sería su sobrino sin importar nada, y al verlo dormir de lo más tranquilo en su cama en esta casa lo tuvo más claro.Bajó las escaleras a paso lento. Tras pasar todo el día correteando con dos niños pequeños hiperactivos, porque Justin ya no era el niño tímido que acostumbraba a esconderse detrás de su madre o a suprimir sus emociones, estaba agotado pero contento.Su sobrino se había comportado como un niño normal sin la influencia de la desquiciada de Lenna, reía y correteaba con Alisson por acá y por allá, casi como si ambos se conocieran de
La mañana en la empresa fue más o menos normal: reunión con los ejecutivos para discutir los pendientes del mes, y al salir Andrew recibió una llamada que, a pesar de venir de un número no guardado en su agenda, conocía bastante bien.—Señor Cook, la solicitud de exhumación que realizó ha sido aprobada, ¿cómo deberíamos proceder ahora?Frunció un poco el ceño y se detuvo en medio del pasillo, con Hannah mirándolo curiosa.—Lo más prudente sería hacerlo esta noche —murmuró y soltó un respingo.—De acuerdo. Le estaré avisando cualquier novedad.Él colgó, y la castaña cerca suyo lo miró curiosa.—¿Pasó algo?—No, solo algunas cosas por ahí —respondió él.Hannah sabía que debía ser importante; sin embargo, como no quería hablar al respecto, decidió ser prudente y guardar silencio.No obstante, Andrew pasó todo el día distraído dentro de su «concentración», aunque fue perfectamente capaz de ocuparse de sus compromisos.Por la tarde, ambos fueron a buscar a Alisson a la escuela. La niña cor
Estar juntos por siempre era complicado, ¿no? Y se sentía aún peor cuando se trataba de tu otra mitad.Sin importar dinero o poder, la realidad era que tenía que esperar al menos un par de semanas para obtener los resultados de los exámenes realizados al cuerpo de su hermano para saber la verdad, y esa ansia comenzaba a carcomerlo.Sin embargo, ahora era oficialmente un padre, y estaba intentando asumir un papel más presente como tío de Justin, aprovechando que Lenna lo dejaba a su suerte, por lo que también debía centrarse en eso.Esa tarde de miércoles, luego del trabajo, sabiendo que Hannah debía acompañar a sus padres a una consulta médica muy importante y complicada, decidió hacerse cargo de los dos niños, pues tenía a Justin en su casa desde la noche anterior como una «pijamada con el tío Andy» para darle descanso a su madre. Fue a buscar a su sobrino y luego a su hija, y terminaron en el MyZeil.—¡Papi, vamos a la tienda de arte! —chilló Alisson y, antes de darse cuenta, tanto
—Esta chiquilla espantosa y fastidiosa… ¿cómo es posible que tenga que volver a encontrarme contigo después de tanto? ¡Eres como una plaga! —increpó Emma.A Edward se le iluminaron los ojos, ignorándola, y se dirigió a una Alisson temerosa.—Alisson, soy tu papá. ¿Con quién estás aquí? ¿Qué tal si vienes conmigo y recuperamos el tiempo perdido?Él se acercó un paso y ella salió corriendo y se refugió en la pierna de otro hombre que se acercaba, abrazándola con fuerza.—¡Papi, ese hombre feo me está molestando y no me gusta!Ante esas palabras, Edward frunció el ceño, mucho más al darse cuenta de quién estaba ahí y la forma en la que Alisson lo llamaba.—¿Por qué no estás con tu madre? ¿Cómo es que Hannah hace que un cualquiera tenga a nuestra hija? ¡Entrégamela! —Dio un paso al frente, desafiante—. Tú no eres nadie, no tienes derecho a estar con ella. ¡Llevaré esto a los tribunales! Esa es una clara violación a las leyes de custodia.Él proclamaba sus cosas y se echó hacia adelante co
Andrew, Alisson y Justin llegaron al complejo de apartamentos del primero, donde el vigilante los vio curioso, pero poco más y, tras subir al piso correspondiente, entraron al departamento.—¡Papi, ¿podemos hacer una pijamada hoy?! ¡Di que sí, di que sí! —espetó Alisson apenas dar unos pasos dentro, contemplando la inmensidad del espacio.—¡Sí, tío, pijamada! ¡Veamos películas! —secundó Justin, animado.—¡Pregúntale a mami, papi, dile, anda!Los dos empezaron a mangonearlo, en perfecta sintonía, y Andrew soltó una risita.—Ustedes son muy traviesos.—Anda, papi. Mami dirá que sí, anda, anda…La verdad vinieron aquí porque Hannah y sus padres aún no llegaban a casa para llevar a Ali, y Justin se quedaría con él esa noche. Se suponía que pasarían el rato y luego llevaría a la niña a su casa, pero, siendo franco, tampoco le molestaba la idea.Se había perdido tanto de ella, que cualquier momento con su compañía le parecía esplendoroso.Entonces, siendo las ocho de la noche pasadas, llamó
La noche estuvo más tranquila de lo esperado, y a la mañana siguiente Andrew llevó a Alisson a la casa de los Roth en compañía de Justin.—Mami, ¡fue muy divertido! ¡Hay que hacer pijamadas con papi más seguido! —dijo la niña, más que emocionada, y se puso a contarle a su mamá y abuelos, junto a Justin, lo que hicieron en la noche de pijamada.Todos desayunaron, y luego llevaron a Justin a la escuela y se encaminaron al colegio de Alisson.Al llegar, fue imposible no darse cuenta de las miradas curiosas de algunos padres apenas percatarse de la presencia de Andrew Cook, pero, a pesar de que fue raro, no le prestaron mucha atención, dejaron a la pequeña y partieron al trabajo.No habían avanzado ni cien metros cuando el celular de Hannah comenzó a sonar. Ella lo sacó y sintió curiosidad al ver el nombre de Shirley, de relaciones públicas, como la remitente de un simple mensaje: «Señorita Roth, no sé si lo sabe, pero lea esto, por favor. Es importantísimo».La castaña frunció el ceño y
Al ver que colgaba, Alisson, sentada en la pequeña sala dibujando, le preguntó:—Papi, ¿encontraste a la persona mala?—Sí, cariño —respondió él, un poco sorprendido por su pregunta tan asertiva.—¿La castigarás?—Algo así. —Él le dio una sonrisa—. Ya no volverá a molestarnos, te lo aseguro.Una sonrisita pintó los labios de la niña.—¿Puedo abrazarte, papi?—Claro, ven aquí.Ella se levantó sin esperar más y caminó a su escritorio, lo rodeó y se paró a su lado. Andrew la levantó, la sentó en su regazo, y la nena lo abrazó con cariño.—Papi, ¿sabes? Te quiero mucho. Eres el mejor papi del mundo —dijo en medio de su abrazo, acurrucándose en su pecho—. ¿Mañana sí puedo ir a la escuela? Quiero recibir mi nota y luego ir al parque contigo. —Se separó y lo miró, a la expectativa.—También quiero ir contigo —contestó el castaño y le sonrió.Lo volvió a abrazar y, tras la segunda separación, echó un ojo a la computadora e inquirió, como niña curiosa que era:—¿Qué haces en la computadora? ¿P
Fue subir al auto y conducir al complejo donde vivía Andrew.Ambos cruzaron el pasillo tras salir del elevador entre risas, como si fueran unos pubertos en medio de una travesura de su adolescencia y, al llegar a la puerta del apartamento, Hannah lo detuvo, lo agarró del cuello de la camisa para llevarlo a su altura y le plantó un beso en los labios que lo obligó a corresponder, y se dejó ir contra la puerta con una sonrisita traviesa.—Señorita Roth, ¿no está un poco ansiosa?Los afilados y hermosos ojos de Hannah lo contemplaron con picardía tras separarse, y metió la mano en el bolsillo de su pantalón para sacar las llaves con una sonrisa socarrona.—Podría decirse, sí.—¿Y no se suponía que era yo el ansioso?Ella se encogió de hombros y él le quitó la llave para abrir la puerta de un plumazo, la agarró de la mano y entraron.Una vez cerrada la puerta, Andrew no perdió el tiempo y la encerró entre su cuerpo y el pesado madero reforzado, para justo después atacar sus labios con una