Envuelta en el cariñoso abrazo del castaño, y por el cansancio del día, Alisson pronto empezó a cabecear.—Papi, ¿me puedes llevar arriba a dormir, por favor? —preguntó inocente la pequeña, aunque aquello era algo muy íntimo.Él frunció el ceño y miró a Hannah y a sus padres, que aceptaron sin decir mucho.La levantó y ella apoyó la cabeza en su hombro, se despidió de sus abuelos y el muchacho la llevó escaleras arriba en compañía de Hannah.Una vez en el cuarto, la recostó y arropó, tal como lo haría un padre real, y le acarició la cabeza al verla bostezar y con los párpados pesados.—Hoy tuviste un día ajetreado, ¿eh? —bromeó Andrew y se sonrió.La nena correspondió a esa sonrisa con un ligero asentimiento y, aferrándose a la colcha, quizá un poco nerviosa, le dijo:—Gracias por ayudarme hoy, papi, te quiero mucho. Tú eres mi único papi, nadie más, ¿entiendes?La impresión y una inmensa calidez se regaron a partes iguales en el interior del castaño, seguida de una auténtica emoción
El grito le heló la sangre a una Hannah que salió a toda prisa casi sin pensarlo hacia la cocina, que se encontraba al fondo. Al llegar, vio una bandeja rota en el suelo; Justin estaba ahí con cara de espanto y había sangre, Lenna tenía también cara de susto y sostenía una galleta, como pasmada, y el brazo de Alisson, de su pequeñita, rezumaba sangre mientras ella se removía y gritaba.—¡Aaaaaah, me duele, me dueleee!A Hannah se le paralizó todo y fue incapaz de moverse.—¡Qué pasó aquí, qué hiciste! —gritó de pronto, sintiendo que todo se le revolvía por dentro y las entrañas se le volvían ácidas.—¡Yo no hice nada, ella quiso agarrar la bandeja y se le cayó! —protestó la rubia, indignada.Andrew enseguida se arrodilló cerca de la nena y miró la herida, preocupado por la cantidad de sangre que brotaba.—Ali, vas a estar bien, ¿de acuerdo? Solo no te muevas mucho.—¡Papiii! —La niña lloró, aferrándose a él con su otro brazo.—Hannah, dame uno de los paños que está en esa gaveta —Seña
Pero aquello no era posible, para nada…Hannah miró a todas partes y luego se fijó en el médico.—Doctor, eso es imposible. Mi exesposo tenía un conteo de esperma bajo, así que para tener un hijo tuvimos que recurrir a tratamientos de fertilidad, y Alisson fue concebida por fertilización in vitro. Mi exesposo y yo decidimos hacer el procedimiento aquí en Alemania tras tomar una licencia de vacaciones, pero él es su padre, fue el donante.Sin embargo, el doctor negó categóricamente con la cabeza.—El señor es el padre de la niña, señorita. El ADN no miente, y ya fue confirmado por dos pruebas.La realidad les cayó como un mazazo; sin embargo, el médico, al ver la incertidumbre y el pequeño revuelo que él mismo creó, decidió seguir indagando. Se dirigió a Andrew y le preguntó:—Señor Cook, ¿alguna vez donó esperma?El castaño frunció el ceño, yendo al pasado en un segundo, y asintió con la cabeza.—No fue exactamente una donación. Mi esposa y yo siempre quisimos tener hijos, pero ella n
Tras salir del bar, los caminos de Dominik y Andrew se separaron, y el segundo fue directo al hospital, pues Alisson sería dada de alta, aunque tendría que guardar reposo por algunos días.Cerca de las nueve, llegó con su chofer al centro médico, y no tardaron en emprender el camino de regreso a casa de los Roth.Ali iba inusualmente silenciosa, pero eso no incomodó a nadie y, al llegar a casa, le pidió a sus abuelos que la ayudaran a cambiarse y acomodarse, dejando abajo a un Andrew y una Hannah que la sentían diferente; sin embargo, como los últimos días habían girado en torno a la pequeña, con poco o ningún tiempo para ellos mismos, y en el caso del castaño también ocupado con la empresa, cualquier momento era bienvenido.—¿Te apetece ir afuera? —inquirió el muchacho—. Tomemos aire en el jardín.Eran casi las nueve de la noche, así que afuera estaba fresco, y al salir los recibió la ligera brisa del otoño.—Por fin volvimos a casa —murmuró la castaña y se recostó en la baranda—. Me
El shock se extendió por la sala y se apoderó de cada uno de ellos.Hannah miró a Andrew, que tenía los ojos bien abiertos, perplejo, y luego se volvió a su hija con cierta premura.—Espera, Ali, ¿qué dices? ¿Estás segura de lo que hablas?Ella nunca le había contado a su hija sobre la antigua esposa de Andrew, mucho menos decirle su nombre, y era algo que sus padres sabían, por lo que también se sorprendieron. En ese momento recordó la vez en la casa de Alana, un instante que pasó por alto. Justo antes de tener aquel berrinche, Ali le preguntó a Lenna que qué sabía ella de Rose.—Alisson, ¿cómo conoces ese nombre? —inquirió Alana con tacto, consciente de que se enfrentaban a algo que carecía de explicación lógica.La niña se volvió hacia ella como si nada y le contestó afable:—Es porque ella me lo dijo, abuelita. La escucho desde hace mucho tiempo. Creo que vivimos juntas, ¿saben? Yo conocía la cara de papi porque la veía en mi cabeza, así que apenas verlo supe que era él.Andrew y
Un rato más tarde, con los ánimos más serenos, Alana se marchó y Ali subió con su madre y su abuela, presta para dormir y feliz por su nueva pulsera familiar, dejando a un Andrew que aún contemplaba el vacío de a ratos junto a Trevor, que le echaba un ojo de vez en cuando.—Andrew, después de todo lo que dijiste hoy, y teniendo en cuenta que eres el padre biológico de Ali y estás saliendo con mi hija, espero que puedas protegerla de ese mundo de estratagemas y desastre que expusiste. Si esa tal Lenna de verdad pudo arremeter contra tu hermano…—Voy a cuidar de ellas, señor Roth, aunque tenga que poner mi vida de por medio. —Lo miró a los ojos con inmensa resolución—. No estoy dispuesto a perder a nadie más por culpa de esta locura.El señor asintió con la cabeza y, sin más, se levantó.Arriba, Alisson se dejó arropar por las sábanas con evidente cansancio.—Mami, papi debe sentirse raro, así que tienes que cuidarlo, ¿sí? No lo dejes solito, por favor —balbuceó la nena, llamando la ate
Esa noche, Ali durmió a pierna suelta. Siempre solía tener mucho en mente, recuerdos de un pasado que sabía no era suyo, pero también los suyos propios.Tenía muchos recuerdos, incluso desde antes de saber que era ella. Recordaba flotar en un lugar cálido y ver una lucecita brillante y más cálida, tocarla y sentir su abrazo. Desde entonces, supo que no estaba sola, y empezó a ver a través de los ojos de alguien más.Sin embargo, era una niña, muy inteligente, pero niña en fin, por lo que resultaba normal que a veces se perdiera en esas imágenes curiosas y los momentos divertidos. Aunque los tristes le crearon un inmenso dolor.Pero aquella persona, aquella señora bonita y dulce, le decía que se mantuviera en silencio, que debía esperar, y que cuando llegara el momento ella sabría qué hacer.Una mañana vio a su padre apenas salir del ascensor, y lo supo.Todo estaba llegando al puerto.Al abrir los ojos, sintió su mente mucho más despejada, vio el reloj y tuvo una idea. Eran menos de l
Lenna Peters se presentaba como Lenna Cook allá donde iba. Estuvo casada con Antony Cook por poco tiempo antes de que él muriera por el cáncer, pero fue capaz de darle un heredero que nació unos meses antes de su partida; desde entonces, como la madre del futuro heredero del imperio de los Cook, gozaba de muchas ventajas que iban más allá de la pensión de viudez y la manutención de Justin: influencias en las altas esferas, codearse con gente de la élite y formar lazos. Ser la viuda de un Cook tenía muchos beneficios.Esa mañana, tras una noche de relajación, salió acompañada de un rubio a quien conocía bastante bien, y que no dudó en adelantarse al auto para abrirle la puerta. Era un tipo guapo, vaya que sí, y le gustaba bastante.—¿A dónde quieres ir ahora?—Bueno… le dije a Alana que me tomaría unas pequeñas vacaciones, a pesar de que no saldría de la ciudad, porque necesitaba tiempo para mí, así que podemos ir a cualquier parte.—¿Tienes hambre? No desayunamos en el hotel. ¿Te pare