Antes de que Aaron y Maddox llegaran al puente de hierro, Alana ya regresaba en el auto de alquiler.Aaron rugió al verla sola.—Maldición, ¿por qué viaja sola?—No tiene conciencia del peligro que corre ni de la importancia que representa para nuestra raza —respondió Maddox—. Ha vivido en esta isla toda su vida sin saber mucho de nuestra especie, por eso nunca aprendió a transformarse.—Es mucho lo que tendré que enseñarle —murmuró el lobo como para él mismo, pero Maddox logró escucharlo y lo calcinó con la mirada.—No te preocupes por las clasesitas informativas. De mi hembra me encargaré yo.Aaron los fulminó con una postura desafiante mientras se detenían y bajaban del auto. Los dos estaban dispuestos a conquistarla sin importarle las consecuencias.—¿Qué les pasó? —preguntó Alana al verlos a ambos sin camisa y con los pantalones manchados de sangre, aunque sus rostros y sus cuerpos ya se encontraban recuperados de sus heridas—. ¿Les resultó tan difícil controlar a ese humano?Aar
El camino de regreso no fue tan angustiante porque Alana sabía lo que hacía. Los lobos la miraban con admiración mientras ella llegaba en pocos minutos a su cabaña.Al entrar en la casa, ya Owen, Neris y Logan se habían marchado, solo estaba Ryan atendiendo a su padre en la habitación acompañado por su hermano Keenan.Alana enseguida se reunió con ellos para revisar la temperatura de su padre. Aaron veía lo que hacían desde la puerta mientras Maddox se cambiaba de ropa en el dormitorio de la loba.Cuando Alana pasó a la cocina y tomó algunas verduras para preparar la cena, Aaron se aproximó a ella.—¿Desde cuándo estás en esta isla con esa gente?—Desde antes de que tuviera noción de la vida.—¿Y qué pasó con tu manada?Ella alzó los hombros con indiferencia.—Ese hombre que está convaleciendo en esa cama y su esposa, que murió hace dos años, me encontraron en los brazos de mi madre moribunda en esta isla. Ella les pidió que me pusieran a salvo antes de morir. Desde ese momento estoy
Aaron se acercó a Ryan con actitud amenazante, odiaba que le hablaran con altanería. Alana iba a atravesarse en su camino, pero Maddox se adelantó.—Recuerda que ese tipo, por ahora, es nuestra mejor pista —dijo con una voz llena de desafío.Ambos lobos compartieron una mirada dura antes de que Aaron decidiera calmarse y retroceder.Cuando Maddox se aseguró que no haría nada, se giró para encarar al humano.—Estamos aquí para averiguar sobre Corbet Construcciones. Hace unos días vino un representante de nuestras empresas y habló con Rob Favre en el bar del restaurante. Él le aseguró que esa empresa presenta conflictos en la zona y nos prometió más información. A eso vinimos.—¿También los han estafado a ustedes? —quiso saber Ryan.—No. Ellos han atacado las empresas de nuestra manada en Portland, quemándolas hasta los cimientos. Y destruyeron los sembradíos de las empresas de su manada en Ashland —explicó señalando a Aaron—, pero además, están implicados en el asesinato de un lobo sol
Aaron se quedó un buen rato en el exterior de la cabaña comunicándose con Freddy, para notificarle sobre las empresas de Machiasport que denunciaban a Corbet Construcción por estafa.Ryan le había entregado los nombres y teléfonos de algunas que lograron contactarlos.Maddox también le pasó esa información a su hermano, luego buscó a Alana. Sabía que la loba había quedado muy afectada por la conversación que habían tenido minutos antes.La encontró en su habitación sentada en el borde de la cama, con la bufanda que había pertenecido a su madre sostenida entre sus manos, a la que veía con melancolía.Él se ubicó a su lado.—¿Estás bien?Ella respiró hondo antes de hablarle.—Siempre quise entender qué le había sucedido a mi madre, ahora tengo miedo —reveló entristecida.—Lo averiguaremos. Estoy seguro que el grupo de exterminadores tiene que ver en el asunto.Alana lo miró con pesar.—¿Ellos mataron a tu madre?Ahora fue Maddox quien respiró hondo antes de hablar.—Sí. Recuerdo con exa
Al caer la noche, todos se encontraban dentro de la pequeña cabaña algo inquietos. Aaron había recibido la orden de esperar, ya que lo ocurrido ese día con la muerte del informante y la desaparición de uno de los contrabandistas, se podía levantar en la isla un conflicto por la presencia de ellos.La policía ya los había visto cerca de Alana, la hermana de uno de los revoltosos del lugar, que había sido uno de los amigos del difunto y víctima del criminal eliminado. Era posible que los estuviesen buscando para averiguaciones, lo mejor era mantenerse con perfil bajo.Luego de cenar, Ryan y su hermana aseaban a su padre para prepararlo para la noche y a Keenan lo habían enviado con la señora Morris. La vecina era una maestra jubilada que aún se dedicaba a enseñar en su casa a los niños de los alrededores.Aceptó la petición de Alana de recibir esa noche al chico para así mantenerlo alejado de la visita. Keenan sentía gran curiosidad por los sujetos que estaban en su casa y los agobiaba
Aaron también quiso quedarse esa noche en la cabaña, a pesar de que tenía pagada una habitación cómoda en el hotel.Como Keenan se había quedado a dormir con la señora Morris, Alana le dio la habitación del chico a ese lobo y dejó a Maddox en la suya como lo habían acordado antes.Ella se acostó con su padre, igual iba a pasar la noche con él para velar su sueño luego de haberle dado la nueva medicina que le había facilitado Kurt. No sabía cómo iba a reaccionar el hombre.Ryan también estuvo muy cerca de ellos, vigilando las reacciones de su padre. Poco durmió. En realidad, nadie pudo pegar un ojo por más de dos horas. Se dormían de a ratos, pero igual se despertaban ante el más mínimo sonido.Alana veía que a George, su padre, le daban ocasionales espasmos de tos, aunque no tan agresivos como en otras ocasiones. El hombre se despertaba mirando desconcertado los alrededores, pero pronto volvía a dormirse, hasta que a la mañana siguiente logró levantarse de la cama por sus propios medi
Alana estaba encendida por la rabia, pero se esforzó por mantenerse serena sentada en el sillón mientras Maddox hacía una llamada, ubicado junto a ella.La mantenía vigilada para evitar que saliera de la casa en busca de su hermano. Estaba tan furiosa que, aunque le resultaba imposible transformarse en loba y sus garras y colmillos no se mostraban por completo, igual era un peligro para los humanos.—Es una provocación —aportó Aaron, quien ya se había curado del rasguño que la loba le había ocasionado en el rostro, tan solo le quedaban unas leves marcas—. Ese policía debe saber que Ryan no tiene nada que ver en ese asesinato. Si se lo llevó es por algo.Maddox había terminado de hablar, solicitó asesoría sobre aquel asunto a un amigo abogado que vivía en Augusta, la capital de Maine. Tenían planeado ir a la comisaría para responder por Ryan y ayudarlo a salir de allí, pero querían acudir con exigencias claras.Su amigo le aseguró que llamaría a la comisaría de la isla para notificar q
Para los alfas, la confesión de Kurt había sido inquietante. Casos como los de él se repetían cada vez más seguido, por eso aumentaba la cantidad de lobos solitarios y las manadas se debilitaban.El Consejo de lobos, buscando controlar la situación, dictaba órdenes inflexibles que muchos consideraban crueles, haciendo que algunas manadas decidieran alejarse, como la de Freddy Browner.En la actualidad, la raza no se encontraba en el mejor momento. La aparición de un grupo exterminador podría hacerles mucho daño.—¿Cómo es posible que en esta isla exista una cueva infectada de vampiros y tú no hayas enviado la alerta a las manadas de la región? —reclamó Maddox con enfado—. Aunque desees mantenerte al margen, hay situaciones que un lobo no puede ignorar. Si esos vampiros se fortalecen y escapan de esa cueva, toda la isla estará en peligro y tú mismo. Solo en manadas podemos controlarlos.—En esa cueva no hay más de una docena de vampiros, quizás menos —reconoció el lobo con nerviosismo—