Un grito desgarrador sale de mis labios cuando veo a mi amado Daniel, mi alfa, siendo destruido de esa forma.

Mis piernas se mueven rápido, corriendo más rápido de lo que lo hice en algún momento de mi vida, llegando finalmente al lado de Daniel para intentar ayudarlo. Y aunque al principio creí que mi alfa estaba muerto por el gran daño que había recibido en una parte tan vulnerable de su cuerpo, me sentí aliviada al ver que seguía con vida, y aun tenía la voluntad de seguir peleando.

Ni siquiera se en lo que estoy pensando en el pasado jamás me habría atrevido a intervenir en una pelea, mucho menos enfrentar a un alfa tan poderoso como Adan, pero Daniel me ha cambiado de muchas formas, dándome el valor que nunca tuve en la vida. Y este cambio también es notado por Adan, que me mira extrañado.

Lo más rápido que puedo tomo el hocico de Adan y lo obligo a soltar el cuello de Daniel, me importa poco si él me muerde o cualquier otra tontería, quiero procurar el bienestar de mi alfa. Adan