A pesar de que vivo en la manada del norte desde hace una semana aproximadamente, no he tenido la oportunidad de salir por demasiado tiempo. Tal vez por que me he sentido muy indispuesta por el embarazo los últimos días, o simplemente por que les tengo un miedo bastante considerable a los hombres lobo de esta manada.De cualquier forma, esta es la primera vez que paso demasiado tiempo fuera del palacio, y se siente bien.Paseando de la mano por la manada, observo como en nuestro camino todas las personas a nuestro rededor se giran a mirarnos, luciendo entre curiosas y admiradas. Pero no nos observan de una mala manera, como con resentimiento o envidia, todos en la manada siempre tienen sonrisas en sus rostros y lucen muy amables.Se que no deberían darme miedo, por que son muy amables conmigo desde que llegué, pero aun así no puedo acercarme a ellos, no tengo claro el por qué, pero realmente no puedo hacerlo aun.Sin embargo los miro a la distancia, sonriéndoles amablemente, y admiran
Adan y yo mantenemos un rotundo silencio, mientras que de forma expectante esperamos oír un nuevo sonido o ver alguna cosa, pero nada ocurre, parece como un maldito espejismo o ilusión, y que yo estaba loca.—Tranquila, es la nieve —me asegura Adan, acercándose nuevamente a mi y abrazándome por la cintura, como comúnmente hace—. Se que no estas acostumbrada al clima, pero te lo aseguro, es la nieve, no hay nada mas de que preocuparse.—Si, yo… Yo creo —respondo dubitativa, intentando relajarme.¿Estoy imaginando cosas? No lo se, por un momento de verdad tuve un sentimiento horrible en mi pecho, como un tipo de opresión, un muy mal presentimiento de que algo terrible podría ocurrir.Aunque intento despejarme y volver a concentrarme en Adan, quien sigue abrazándome y aun tiene el anillo de compromiso en una de sus manos, ese mal sentimiento no me abandona, y no puedo apartar mi mirada de la nieve, de ese mismo lugar donde se había escuchado el sonido hace solo un minuto.—¿Quieres ver q
Mi corazón late con mucha fuerza, tanto que siento que va a salirse de mi pecho, es una completa locura.Observo a esa enorme cosa frente a nosotros, que parece un perro enorme y deforme, que gruñe y luce extremadamente peligroso. A pesar de que mi primer instinto es salir huyendo, lo que hago es poner a los niños detrás de mi, enfrentándome a esa cosa sin ningún escudo.Es extraño, por que a pesar de que al inicio cuando todo esto comenzó sentía miedo, al momento de encarar a esa criatura, siento una extraña fuerza que recorre todo mi cuerpo, y recuerdo todas las cosas que Claudette me dijo desde que llegué aquí, cuando comenzamos a entrenar y me hablaron del mundo de los hombres lobos y todo lo demás.Así que una extraña fuerza comienza a recorrer todo mi cuerpo, así que con la manos temblorosas, extendiendo mis brazos hacia esa criatura, haciendo esos “ejercicios” con los dedos que practicaba con Claudette, preparada para pelear.—Muere, maldita cosa horrible… —digo en un susurro.
Me quedo parada fuera de la habitación de Adan en silencio, atenta a cualquier sonido o cualquier persona que saliera para darme alguna noticia, la que sea, buena o mala, yo estoy desesperada por saber cualquier cosa.Después de que Adan fuera gravemente herido, solo esperamos por un par de minutos antes de que la ayuda llegara, en forma de un asustado grupo de curanderos de la manada, quienes de inmediato atendieron a Adan, notándose aterrados por ver a su alfa en un estado tan terrible.A diferencia del mundo humano, en esta manada no hay un “hospital”, los curanderos atienden a los miembros de las manadas en su propia casa, así que ellos trajeron a Adan a ese precioso castillo hecho de hielo, donde estaban curando sus heridas en la habitación principal, donde él y yo usualmente solemos dormir.Si me preguntan a mi, no se cuan higiénico puede ser atender a una persona en su propia cama, pero no me importa donde sea, solo quiero que salven a Adan y me lo regresen a salvo.—¿Has desca
Me quedo al lado de Adan toda la noche, no lo toco demasiado, por que esta herido, así que solo me acuesto a su lado en la cama y lo dejo dormir sobre mi pecho.No se queja ni por un momento, yo pude ver la gravedad de sus heridas y lo mucho que le dolió, pero mi Adan no dice ni una sola palabra. Eso me hace preguntarme, ¿A que se refería cuando dijo que estaba acostumbrado a las heridas?Yo lo he visto desnudo varias veces desde que nos conocimos, y me fue imposible no notar que tiene varios rasguños y cicatrices en el pecho que parecen provenir de peleas pasadas, de alguien o algo que le hizo mucho daño hace tiempo.Eso me hace notar que no se demasiado sobre Adan, le he contado toda mi trágica y aburrida vida, pero de él, que es un hombre lobo que tiene mas de 100 años de edad, saber sobre su vida siempre es complicado. A lo mucho se que sus padres murieron hace tiempo, no tiene hermanos, estuvo “casado” 3 veces antes de conocerme, y tiene un hijo llamado Andrei. Pero o demás… Son
Soltando un jadeo de dolor, no puedo impedir que Brandon me empuje a los asientos traseros de mi coche, y esposo mis manos detrás de mi espalda, dejándome completamente indefensa.—¡Oye! —repito molesta, intentando forcejear— ¿Qué mierda crees que haces?—Fuiste muy inteligente, huir y esconderte en medio de las montañas a acampar, creíste que no te encontraría, ¿No es verdad?Brandon entra en el coche por la puerta del conductor y se gira hacia mi, llevando sus manos a mi cuerpo para comenzar a registrar mi ropa y mis bolsillos. Aunque yo sigo gritando y pataleando por quitármelo de encima, no puedo evitar que tome las llaves del coche y mi teléfono, quitándome todas mis cosas personales.—¡No estaba huyendo! —me rehúso sintiéndome molesta— Solo es… Es…Mis palabras se cortan en el aire, ya que no puedo decirle sobre la manada del norte o los hombres lobo, por que él pensaría que estoy loca, y en el desafortunado caso de que me crea, eso pondría en riesgo a Adan y su manada. Así que
Mi familia no siempre fue un desastre, y mi padre no siempre fue un alcohólico. Aunque los recuerdos son vagos, se que cuando era una niña pequeña mi padre me llevaba al kindergarten en sus hombros y tenia una vida relativamente normal, nunca fui rica y he vivido en la zona pobre de Filadelfia toda mi vida, pero la vida no era verdaderamente mala, hasta que ocurrió…Cuando tenia casi 7 años y mi hermanita Leslie ya había nacido, en una revisión de rutina detectaron que mi madre tenia cáncer. Eso obviamente causó una gran conmoción en casa, el seguro no cubría el tratamiento, y el trabajo de mi padre tampoco podía pagarlo. Fue así que terminamos recurriendo a él, un prestamista de mala reputación pero que daba dinero fácil, su nombre era Chuck Reyes.Al inicio papá solo se prestaba dinero para los tratamientos de mamá, pero cuando mamá se fue… Papá comenzó a prestarse dinero para el alcohol.No tengo demasiados recuerdos de mi madre, me dejó cuando yo era muy pequeña, y lo poco que rec
Miro las palmas de mis manos de forma incrédula, sintiendo mi piel caliente, pero nada duele, me siento… Poderosa.Por un instante creo que estoy alucinando o que perdí la cabeza, ya que lo que pasó es… Irreal. Pero cuando aparto la mirada de mis manos, veo a Brandon al otro lado de la habitación, retorciéndose de dolor y sin dejar que lloriquear, luciendo gravemente herido por lo que parecen ser serias quemaduras.—Brandon, dios, ¿Estás bien? —pregunto asustada, acercándome a él corriendo.—¡No! —grita él visiblemente asustado— ¡Mantente lejos de mi! ¡Monstruo! Es la primera vez que veo esa expresión en el rostro de Brandon un masculino y duro hombre que ha visto muchas cosas en su vida. Pero cuando Brandon me mira, veo el absoluto pánico en sus ojos, así como yo, Brandon jamás ha observado a una persona sacar un haz de luz de sus manos para atacar a otra.Apartándome de un salto con su grito, yo levanto las manos intentando mostrar que soy inofensiva, pensando en como ayudarlo sin