◢ Sunmi ◤El día transcurrió entre la neblina de mi propia confusión. Las revelaciones sobre la relación entre Justin y Maya persistían en mi mente como fantasmas indeseados. La molestia ante su silencio no me dejaba concentrar, y a pesar de mis intentos por enfocarme en el trabajo, la sombra de la incertidumbre se cernía sobre mi jornada laboral.«¿Por qué no puede ser honesto conmigo?», me preguntaba internamente mientras organizaba los papeles sobre mi escritorio. «Cada vez que intento acercarme, una barrera invisible se interpone entre nosotros».Al finalizar el día, con la oficina sumida en un atardecer nebuloso que se desplegaba sobre la ciudad, tiñendo de grises y azules que se fundían con la paleta otoñal, me armé de valor y me acerqué a la oficina de Justin. Mi admiración por él y mi respeto a su posición como mi jefe, me impedían cuestionar directamente su vida personal. En su lugar, pregunté como de costumbre, si necesitaría de mi presencia por más tiempo. Ante la negativa
◢ Justin ◤La oscuridad del elevador envolvía nuestras figuras como un velo, y a pesar de la tensión palpable, mis sentidos se agudizaron. Sunmi, normalmente tan serena, mostraba señales evidentes de malestar. La penumbra resaltaba el temblor de sus manos y la rigidez en sus hombros, revelando una vulnerabilidad que rara vez dejaba asomar.Mis ojos, de manera casi instintiva, se desviaron hacia el celular en mi bolsillo. Con disimulo, revisé el dispositivo en busca de señal. La pantalla iluminada reveló un desolador "Sin servicio". Un nudo se formó en mi estómago. La incomodidad de la situación se intensificó al darme cuenta de que estábamos atrapados no solo físicamente, sino también fuera del alcance del mundo exterior.Intenté ocultar mi preocupación, mi mirada se encontró con la de Sunmi, quien buscaba consuelo en medio de la penumbra. A pesar de la tensión que amenazaba con romper la frágil barrera entre nosotros, me esforcé por ofrecerle un atisbo de serenidad.Su respiración se
◢ Justin ◤A pesar de lo tarde que llegué a casa la noche anterior, me había levantado tan temprano como de costumbre. Mientras corría en la trotadora de mi apartamento, el recuerdo de lo sucedido resonaba en mi mente. Reflexioné sobre la nueva conexión que se estaba tejiendo entre Sunmi y yo. «¿Cómo habíamos pasado de ser colegas a compartir nuestras vulnerabilidades en un espacio tan reducido?».Tras treinta minutos de cardio, decidí enviar un mensaje a Sunmi, preocupado por su bienestar ante la crisis de anoche."Buenos días, Sunmi. Tómate el día. Lo de anoche no fue fácil para ti. Avísame si necesitas algo". Quizás era hora de reconocer que esta relación iba más allá de la típica dinámica jefe-asistente.Al llegar a la oficina, no me sorprendió encontrar a Sunmi ya inmersa en su trabajo. Su eficiencia nunca dejaba de impresionarme. Sin embargo, algo había cambiado. Compartimos algo íntimo durante el encierro, y eso alteró el ritmo de nuestra relación laboral. La barrera que solí
◢ Sunmi ◤La alarma del despertador resonó en la habitación, rompiendo el silencio matutino y anunciando el inicio de otro día de trabajo. Abrí los ojos lentamente, luchando contra la somnolencia persistente que se aferraba a mi mente. A medida que mis neuronas comenzaban a funcionar, mi primer pensamiento fue dedicado a Justin. Recordé cada palabra compartida, la manera en que nuestras miradas se encontraron tras el incidente en el ascensor, y cómo la barrera entre jefe y asistente se ha ido desvaneciendo como la niebla al sol.En este último tiempo, Justin había sido más que un simple superior; se había convertido en alguien con quien compartía algo más profundo que informes legales y documentos. Habíamos trascendido la típica relación laboral, y eso había cambiado el juego. Reflexioné sobre la nueva conexión que se había formado entre los dos. Un lazo que, aunque había nacido en un momento de vulnerabilidad compartida, se veía eclipsado por la sombra de una relación amorosa entre é
◢ Sunmi ◤Un par de días transcurrieron desde aquel punto de inflexión en la relación con Justin. Mi rutina en la oficina continuaba, y debo confesar que creí que nuestra relación volvería a ser netamente profesional, pero los cambios que pensaba en la dinámica entre nosotros no se manifestaron. La conexión que se había forjado, aunque palpable, no alteraba la realidad de mi amor no correspondido. Seguía siendo su asistente, su confidente inadvertido, y cada sonrisa compartida solo profundizaba la brecha entre lo que anhelaba y lo que podía tener.Mi escritorio era un campo de batalla silencioso, donde luchaba contra la dualidad de mis emociones. A medida que revisaba documentos y respondía correos electrónicos, mi mente divagaba hacia los momentos compartidos en la oficina. Cada intercambio de palabras y gestos de complicidad eran recuerdos que atesoraba, aunque fueran como espinas que se clavaban con cada suspiro no expresado.Estaba concentrada en mis deberes, hasta que una llamad
◢ Sunmi ◤La tarde se deslizaba lentamente mientras regresaba al trabajo después del almuerzo con Maya. A pesar de la extrañeza inicial de la invitación que me hizo, el encuentro resultó ser más placentero de lo que anticipaba. Ella, con su encanto y sofisticación, se mostró genuinamente interesada en conocerme, y su energía positiva era contagiosa.Al cruzar la puerta del elevador y caminar a mi puesto de trabajo, me enfrenté nuevamente a la realidad. Mi escritorio estaba tal como lo dejé, pero algo en el ambiente había cambiado. La nueva conexión con Justin, que sumaba chispas a en mi rutina laboral, ahora estaba teñida de una nueva complejidad. Nuestras miradas se encontraron por breves segundos en un gesto amistoso, los que se volvían un recordatorio agudo de la dualidad de mis sentimientos.Mi mente, a menudo inquieta, se sumió en reflexiones mientras revisaba informes y documentos. Maya, la mujer perfecta para Justin, y su actual novia, era una presencia constante en mi concien
◢ Justin ◤Sunmi se había ido minutos atrás avisándome que tomaría su hora de almuerzo, insistiendo en que si la necesitaba para algo, la llamara sin importar el qué. Dejé escapar un suspiro, con los ojos fijos en la nada. Estaba inmerso en mis pensamientos sobre la dirección que estaba tomando mi vida, cuando mi celular vibró, anunciando una llamada. Sonreí al ver que era de Max, y me extrañó no recibir una llamada suya unos días atrás.—Todavía estoy esperando que mi mejor amigo se digne en contarme “algunas cosas” —dijo, haciendo énfasis en las dos últimas palabras—. Pero en vista que no es capaz de llamarme, tengo que rebajarme y hacerlo yo —bufó indignado.—¿Se te pasaron los cinco minutos? —pregunté, haciendo alusión al berrinche que me estaba montando por no llamarlo antes—. ¿Cómo estás, Max? ¿Cómo va todo con Chloe y el bebé?—Ni preguntes, nos hemos amanecido con las náuseas… Chloe no lo está pasando nada bien —comentó y pude sentir la preocupación en su voz.—Lo siento mucho
◢ Justin ◤El restaurante que habíamos elegido para almorzar era un lugar acogedor, lleno de aromas tentadores que despertaban el apetito. Nos sentamos en una mesa redonda, y mientras revisábamos el menú, noté la tensión ligeramente palpable en Sunmi. Era comprensible; no todos los días se compartía un almuerzo con el jefe y su novia.Maya, siempre efervescente, rompía el hielo con su energía contagiosa.—Estoy emocionada por este almuerzo, chicos. Es la primera vez que salgo con mi novio y mi nueva amiga. —Su sonrisa irradiaba entusiasmo, contagiándonos a todos.Sunmi respondió con una tímida sonrisa, relajándose gradualmente ante la amistosa actitud de Maya.—Les agradezco la invitación. —Sunmi asintió con suavidad, y decidí intervenir para aliviar cualquier incomodidad.—Bien, ¿qué les parece si pedimos algo para compartir? Así probamos un poco de todo —propuse, tratando de aliviar cualquier tensión.La conversación fluyó de manera natural mientras esperábamos la comida. Maya, con s