◢ Justin ◤El viernes se presentó ante mí como un lienzo en blanco, listo para ser llenado con las pinceladas de un día que parecía prometedor y desafiante al mismo tiempo. La cita con Layla Jefferson seguía presente en mi mente, una sombra que oscurecía la perspectiva de un nuevo encuentro.Desde que dejé la oficina hasta que llegué a casa, la incomodidad se apoderó de mí. Layla era una mujer hermosa, sin duda, pero nuestra conexión se desvaneció entre la ostentación de su mundo y sus estándares inalcanzables. La riqueza no podía ser el único criterio para construir un vínculo genuino, y Layla parecía haber olvidado eso. Seguía sin comprender cómo es que con sus exigencias, nuestros perfiles lograron coincidir, y la sensación de decepción se instaló en mi pecho. Una pregunta daba vueltas en mi mente: «¿realmente valía la pena comprometer mi autenticidad por alguien que solo buscaba aparentar?».La transición hacia la cita con Maya Stirling en "Le Bernardin" se convirtió en una especi
◢ Justin ◤Dos semanas habían transcurrido desde mi cita con Maya en "Le Bernardin", y las experiencias posteriores no hicieron más que subrayar lo esquivo que es el amor. Cuatro citas nuevas, ninguna capaz de encender la chispa romántica que anhelaba. Algunas fueron para el olvido, otras no tan malas. Pero ninguna dejó una impresión duradera en mi corazón.Con la desgastante rutina de citas que no me llevaban a ninguna parte, me pregunté: «¿estaré haciendo lo correcto? o¿había algo intrínsecamente erróneo en la búsqueda del amor a través de aplicaciones y citas programadas?». Alcé la mirada y observé a mi eficiente asistente, Sunmi, concentrada en el trabajo. «¿Será que para ella es algo común encontrar pareja en el mundo virtual?¿Cómo saber si la elección en el “método” de búsqueda es el correcto?». Me cuestioné si lo que necesitaba era un enfoque más orgánico, más natural.La búsqueda del amor a través de citas parecía un laberinto sin salida. Reflexioné sobre las noches compartid
◢ Justin ◤La oferta inesperada de Maya resonó en el aire, envuelta en un misterio intrigante. Mis ojos se encontraron con los suyos, buscando respuestas en esa mirada que parecía esconder más de lo que revelaba.—¿Cómo podrías ayudarme? —pregunté con curiosidad, consciente de que sus palabras tenían un peso que iba más allá de la casualidad de nuestro encuentro. Su sonrisa sugería conocimiento y determinación.—No soy ajena al mundo de las decisiones difíciles y las responsabilidades que parecen inquebrantables, Justin —respondió con una seguridad que no dejaba dudas—. Puedo ofrecerte una perspectiva diferente, un enfoque que quizás no hayas considerado —propuso—. A veces, una mirada fresca desde fuera, puede revelar soluciones inesperadas.La conversación con Max resonó en mi memoria, cuando propuso involucrar a Sunmi en todo este proceso, con el propósito de tener la perspectiva de una mujer que me conociera bien. Y, ahora, la idea de recibir orientación por parte de Maya era tenta
◢ Sunmi ◤Dos semanas habían pasado desde aquella última vez que me atreví a seguir a Justin en sus citas. Cada día pesaba en mi pecho como una carga constante que se negaba a desvanecerse. Fueron dos semanas que transcurrieron suavemente, como susurros en el viento, testigos silenciosos de la metamorfosis en mi mundo. Aunque mi corazón aún latía con cierta melancolía, había tomado una decisión crucial para proteger mi bienestar mental: ya no sería espectadora en las citas de Justin.Mi mente se llenó de imágenes, rostros efímeros de mujeres que compartieron cenas con Justin. Cenas que yo orquesté, pero que me negué a presenciar, ya que verlo con otra persona, especialmente con alguien como Maya Stirling, rompió mi corazón y lo dejó hecho trizas al ver la química que hubo entre ellos.Para preservar mi cordura, decidí enfocarme en mi rol de asistente y poner distancia. Distancia física de las citas y, lo más difícil, distancia emocional. No podía soportar más el espectáculo de verlo b
◢ Sunmi ◤El viernes fue apenas perceptible en mi memoria, marcado por el inesperado y agradable encuentro con Joshua. Ese día, regresé a casa con un atisbo de esperanza, como si ese breve paréntesis en mi vida hubiera cambiado algo, o al menos, eso era lo que quería pensar.El fin de semana, como hace tiempo no ocurría, mis ánimos vibraban en otra sintonía, y la visita a K-Market, el mini mercado coreano de mis tíos Hayun y Yongsu, fue la guinda de la torta, entregándome el reconfortante y anhelado cariño que mi familia me podía dar. Aunque la rutina del mercado ofrecía un respiro de los pensamientos no gratos, las sombras de los sucesos que han marcado estas últimas semanas de mi vida se cernían sobre mí.El lunes, una nueva energía me impulsó a enfrentar la semana, siguiendo mis rutinas en la oficina. Había pasado a la cafetería por el espresso de Justin y me había tentado con un pastel de chocolate, el que a todas luces me gritaba: ¡cómeme!Tras revisar la agenda y marcar los cor
◢ Sunmi ◤El día transcurrió entre la neblina de mi propia confusión. Las revelaciones sobre la relación entre Justin y Maya persistían en mi mente como fantasmas indeseados. La molestia ante su silencio no me dejaba concentrar, y a pesar de mis intentos por enfocarme en el trabajo, la sombra de la incertidumbre se cernía sobre mi jornada laboral.«¿Por qué no puede ser honesto conmigo?», me preguntaba internamente mientras organizaba los papeles sobre mi escritorio. «Cada vez que intento acercarme, una barrera invisible se interpone entre nosotros».Al finalizar el día, con la oficina sumida en un atardecer nebuloso que se desplegaba sobre la ciudad, tiñendo de grises y azules que se fundían con la paleta otoñal, me armé de valor y me acerqué a la oficina de Justin. Mi admiración por él y mi respeto a su posición como mi jefe, me impedían cuestionar directamente su vida personal. En su lugar, pregunté como de costumbre, si necesitaría de mi presencia por más tiempo. Ante la negativa
◢ Justin ◤La oscuridad del elevador envolvía nuestras figuras como un velo, y a pesar de la tensión palpable, mis sentidos se agudizaron. Sunmi, normalmente tan serena, mostraba señales evidentes de malestar. La penumbra resaltaba el temblor de sus manos y la rigidez en sus hombros, revelando una vulnerabilidad que rara vez dejaba asomar.Mis ojos, de manera casi instintiva, se desviaron hacia el celular en mi bolsillo. Con disimulo, revisé el dispositivo en busca de señal. La pantalla iluminada reveló un desolador "Sin servicio". Un nudo se formó en mi estómago. La incomodidad de la situación se intensificó al darme cuenta de que estábamos atrapados no solo físicamente, sino también fuera del alcance del mundo exterior.Intenté ocultar mi preocupación, mi mirada se encontró con la de Sunmi, quien buscaba consuelo en medio de la penumbra. A pesar de la tensión que amenazaba con romper la frágil barrera entre nosotros, me esforcé por ofrecerle un atisbo de serenidad.Su respiración se
◢ Justin ◤A pesar de lo tarde que llegué a casa la noche anterior, me había levantado tan temprano como de costumbre. Mientras corría en la trotadora de mi apartamento, el recuerdo de lo sucedido resonaba en mi mente. Reflexioné sobre la nueva conexión que se estaba tejiendo entre Sunmi y yo. «¿Cómo habíamos pasado de ser colegas a compartir nuestras vulnerabilidades en un espacio tan reducido?».Tras treinta minutos de cardio, decidí enviar un mensaje a Sunmi, preocupado por su bienestar ante la crisis de anoche."Buenos días, Sunmi. Tómate el día. Lo de anoche no fue fácil para ti. Avísame si necesitas algo". Quizás era hora de reconocer que esta relación iba más allá de la típica dinámica jefe-asistente.Al llegar a la oficina, no me sorprendió encontrar a Sunmi ya inmersa en su trabajo. Su eficiencia nunca dejaba de impresionarme. Sin embargo, algo había cambiado. Compartimos algo íntimo durante el encierro, y eso alteró el ritmo de nuestra relación laboral. La barrera que solí