Cuando Rahyra salió al pasillo sintió una extraña sensación en el cuerpo, como si hubiera cometido un gran error y eso le asustó, pero cuando sr Maiken llegó con ella su pequeña sonrisa la alivió un poco.— No creo que le guste que le hubiera restado autoridad — le dijo ella y Eliver asintió con la cabeza.— Claro que le enojó, es el concejero del rey, la segunda persona más poderosa del primer mundo hasta que el rey Maxwell se casó con usted, creo que le dolerá perder su posición.— El concejero del rey es el que lleva el mensaje del rey, ¿enserio mi posición está por estima de él? — preguntó Rahyra cuando el hombre salió al pasillo y les dio una superficial mirada antes de desaparecer por las escaleras.— Tal vez antes de la reina Eylina — le dijo Cleo — pero ya no — Rahyra asintió con la cabeza y luego se volvió hacia los dos guardias que tenía en frente,s ambos se veían cabizbajos y enojados y ella se preguntó si tendría la sabiduría suficiente para hacer que dejaran, cuando menos
Rahyra desayunó con una inquietante sensación en el estómago, el rey y el concejero hablaban amenamente de varios temas a la vez y eso comenzó a estresarle, hasta que se aclaró la garganta después de un rato para que le prestaran atención, pero el concejero habló más fuerte y ella se vio obligada a golpear la copa con el tenedor para que le prestaran tención.— Llegó un mensaje hoy — dijo — es sobre el lord de las tierras de las praderas — Maxwell ahora sí la miró intrigado y ella le tendió el pergamino.— Máximo recuperó las dos ciudades del poder de Valyor — dijo y sonrió alegremente, los demás también lo hicieron, pero el concejero apenas si medio ladeó la cabeza.— ¿Cómo consiguió esa información, majestad? — le preguntó el concejero a Rahyra y ella le dio un largo trago al té caliente que tenía en frente.— Las viudas silenciosas trabajan para mi — le dijo ella — pensé que ya lo sabía.— Si, si — dijo — ese grupo de mujeres que rompen la ley y espían en nombre del mejor postor —
Raeyron se sentía mucho mejor, después de salir de las cuevas salieron directamente a un pequeño bosque de árboles altos y un poco más allá había una quebrada que les llenó las cantimploras, tambien había cocos y eso les sació el hambre. Antes de dejar el lugar en que pasaron la noche Raeyron miró hacia atrás, donde el agujero de la cueva apenas podía percibirse y lo miró con nostalgia.Allá dejaba no solo a su hermana Kaeira en brazos de un traidor, si no tambien a viento gris, el caballo que le había dado su padre y que lo más probables es que muriera en el desierto.— Allá está puerto lágrimas — le dijo Maiken después de un rato de caminata y Raeyron miró, estaban en la parte alta de la montaña y él logró ver el infinito mar que se extendía en todas direcciones. Junto a la orilla había una ciudad pequeña, pero aun a sí muchas personas pululaban por los alrededores, había movimiento y comercio y desde ahí él pudo oler el pescado que se exhibía en las incontables tiendas.A lo lejos,
Rahyra despertó esa mañana sobresaltada, había tenido una pesadilla de sangre y fuego que la atormentó toda la noche y cuando abrió los ojos el sol aún no había salido, y no logró volver a conciliar el sueño, así que se aferró al costado de su esposo para que el calor del hombre le ayudara con el frio que entraba por las ventanas abiertas de la habitación.Rahyra estaba más que acostumbrada al frio, el castillo de Belmonte estaba junto las montañas de niebla y el frio que bajaba de ellas era tan aterrador que a veces los patios del castillo se llenaban de una nieve espesa que cubría los caminos y los techos. Pero desde que había llegado a Emorne hacía ya casi cuatro meses no había tenido que volver a sentir frio.Las tierras de las praderas eran cálidas y primaverales, pero esa mañana la lluvia arreciaba sobre el castillo como si pensara derribarlo y Rahyra no quiso ni saber qué hora era, solo sabía que el sol apenas comenzaba a salir y se aferró al cuerpo de Maxwell que la miró levan
Esa mañana la tormenta azotaba la ciudad con fuerza, Raeyron apretó las riendas del caballo que le había comprado Maiken con otra bolsa de oro que se había robado de quien sabe dónde, pero no le importó realmente, tenían caballos y eso les quitó un día de viaje.En el barco, después de que Maiken saliera de la cabina y lo dejara solo, Maiken tuvo mucho tiempo para pensar antes de quedarse dormido, y cuando despertó, el guardia estaba acostado a su lado con la boca entre abierta y todo el cuerpo volteado hacia él. Raeyron aguantó el impulso de abrazarlo y se lo quedó mirando un largo rato, las facciones fuertes, la barba larga que comenzaba a cubrirle los labios y que era tan oscura como su cabello, las largas pestañas y esa cicatriz sobre la ceja poblada que le hacía lucir rudo. Raeyron quiso tocarlo, pero se aguantó.El resto del viaje, por mar y por tierra, la pasaron en un silencio un poco incómodo, el guardia parecía serio y Raeyron no quiso romper esa seriedad, y apenas ya faltan
Rahyra tomó a una de las doncellas que estaban merodeando el castillo y le ordenó que le llevara agua caliente y arrastró a Raeyron por todos los pasillos mientras él insultaba y pateaba todo lo que se encontraba y no descansó hasta que lo metió en la habitación de invitados más cercana a la torre del rey.— ¿Qué diablos está pasado? — preguntó él cuando Rahyra se aseguró que la puerta hubiera quedado bien cerrada.— Es el concejero del rey — le comentó ella — se empecinó en convencer a Maxwell que los Leroy estamos traicionando a la corona con Valyor — Raeyron blanqueó los ojos.— ¿Cómo se le ocurre? — bufó — fui prisionero de él por más de un mes y penas si escapé con vida — Rahyra se acercó a su hermano y lo abrazó de nuevo.— Todo comenzó por culpa de Aureliano Karristel — le dijo ella.— ¿El Lord de las tierras de hierro? — preguntó sorprendido y ella asintió.— Maxwell lo invitó a la capital para hacer un trato con él, como sabes, ellos son los que trabajan con el metal y él lo
Los espías del rey le llevaron el mensaje a Maxwell, Myrto Leroy marchaba a la capital con todo el ejército de las tierras altas para rendirlos ante él y demostrarle, acabando así, los rumores de que él y su familia estaban del lado de Valyor y él se alegró extrañamente por eso.Pero los rumores seguían, y Haraldt, su concejero, seguía insistiendo que aquello era muy sospechoso, así que esa tarde, cuando las lluvias habían acabado y el sol comenzaba a brillar sobre el cielo un poco antes de desaparecer por el horizonte, bajó a las celdas del castillo completamente solo y caminó donde Maiken estaba.Había un traga luz lateral que dejaba entrar bastante luz y el guardia miraba por la estrecha ventana de la celda hacia el exterior y cuando reparó en la presencia de Maxwell lo miró y no hizo ni un ápice de intento por saludarlo.— La reina intercedió por ti — le dijo el rey — y dijo que tenías algo que decirme sobre el ejército de Valyor — Maiken se alejó de la ventana y caminó hacia los
Raeyron se lavó y se aseó lo mejor que pudo, se deshizo de la barba con la rasuradora, pero se dejó el cabello largo, él solo no podía cortarlo y le gustó como se vio después de haberse peinado medianamente bien.Se asustó cuando se vio en el espejo, llevaba meses sin ver su rostro en uno y le costó reconocerse, con las mejillas hundidas y un poco de ojeras.Cuando levantó la camisa de la ropa cara y nueva que le habían traído notó que sus abdominales ya estaba muy marcados, así que sí, había bajado de peso.Se sentó en la blanda cama y contempló la tina de agua en al que se había bañado, había usado únicamente la mitad del agua caliente que le habían traído, la verdad él no era muy amante al calor, y deseó en ese momento salir a refrescarse un poco, pero esa habitación apenas y tenía una pequeña ventana y Rahyra le pidió que no saliera de ahí, así que se acostó en la cama y se quedó mirando hacia el techo por un largo rato, hasta que tocaron a la puerta.— ¿Sí? — preguntó y un miembr