Rahyra se despertó temprano es mañana, como si su cerebro entendiera que de ahí en adelante ya tenía nuevas e importantes obligaciones así que se puso de pie al tiempo que Maxwell, que estaba sentado en la cama con cara de vampiro, se la quedó mirando.—¿Qué haces? — le preguntó y ella se encogió de hombros mientras abría el armario de madera pulida para comenzar a buscar un vestido cómodo para el día.— ¿No se supone que hoy comienzo a ayudarte en las cosas del castillo? — le preguntó ella y él se encogió de hombros.Prácticamente ya estaba lista cuando Maxwell se levantó de la cama y lo tuvo que esperar un buen rato para que terminada de organizarse, ¿siempre era así de lento para vestirse? Se preguntó ella mientras, con impaciencia, sostenía la corona de piedra entre las manos.Cuando salieron de la habitación el sol apenas comenzaba a despuntar por detrás del horizonte, Sr Eliver estaba junto a la puerta y le lanzaba un cuchillo a una ventana de madera y dio un respingo cuando Rah
Raeyron estaba cansado y estresado, tenía mucha sed y tambien le ardían las plan tas de los pies. Llevaba un buen rato esperando a aquel Maiken decidiera detenerse a descansar, pro el guarida caminaba y caminaba sin detenerse.— ¿estás seguro que es al camino correcto? — le preguntó él y Maiken se encogió de hombros.— ¿Acaso ves otro? — le preguntó Maiken — solo hay un camino y tenemos que apresurarnos.— ¿No podemos descansar un poco? — le guardia negó con vehemencia.— Estábamos a un día de salir del desierto — le comentó Maiken — y ya llevamos al menos casi un día en esta cueva, debe faltar poco, pero no podemos detenernos, la antorcha está muy débil y se apagará en cualquier momento — Raeyron miró la flama, de verdad que estaba débil, el fuego había consumido casi todo el cebo que envolvía la tela y la flama ya era tan pequeña que apenas y podían ver por dónde estaban.— ¿Cómo es que llegamos aquí? — preguntó un poco derrotado, tenía la boca muy seca pero no se había atrevido a p
Cuando Rahyra salió al pasillo sintió una extraña sensación en el cuerpo, como si hubiera cometido un gran error y eso le asustó, pero cuando sr Maiken llegó con ella su pequeña sonrisa la alivió un poco.— No creo que le guste que le hubiera restado autoridad — le dijo ella y Eliver asintió con la cabeza.— Claro que le enojó, es el concejero del rey, la segunda persona más poderosa del primer mundo hasta que el rey Maxwell se casó con usted, creo que le dolerá perder su posición.— El concejero del rey es el que lleva el mensaje del rey, ¿enserio mi posición está por estima de él? — preguntó Rahyra cuando el hombre salió al pasillo y les dio una superficial mirada antes de desaparecer por las escaleras.— Tal vez antes de la reina Eylina — le dijo Cleo — pero ya no — Rahyra asintió con la cabeza y luego se volvió hacia los dos guardias que tenía en frente,s ambos se veían cabizbajos y enojados y ella se preguntó si tendría la sabiduría suficiente para hacer que dejaran, cuando menos
Rahyra desayunó con una inquietante sensación en el estómago, el rey y el concejero hablaban amenamente de varios temas a la vez y eso comenzó a estresarle, hasta que se aclaró la garganta después de un rato para que le prestaran atención, pero el concejero habló más fuerte y ella se vio obligada a golpear la copa con el tenedor para que le prestaran tención.— Llegó un mensaje hoy — dijo — es sobre el lord de las tierras de las praderas — Maxwell ahora sí la miró intrigado y ella le tendió el pergamino.— Máximo recuperó las dos ciudades del poder de Valyor — dijo y sonrió alegremente, los demás también lo hicieron, pero el concejero apenas si medio ladeó la cabeza.— ¿Cómo consiguió esa información, majestad? — le preguntó el concejero a Rahyra y ella le dio un largo trago al té caliente que tenía en frente.— Las viudas silenciosas trabajan para mi — le dijo ella — pensé que ya lo sabía.— Si, si — dijo — ese grupo de mujeres que rompen la ley y espían en nombre del mejor postor —
Raeyron se sentía mucho mejor, después de salir de las cuevas salieron directamente a un pequeño bosque de árboles altos y un poco más allá había una quebrada que les llenó las cantimploras, tambien había cocos y eso les sació el hambre. Antes de dejar el lugar en que pasaron la noche Raeyron miró hacia atrás, donde el agujero de la cueva apenas podía percibirse y lo miró con nostalgia.Allá dejaba no solo a su hermana Kaeira en brazos de un traidor, si no tambien a viento gris, el caballo que le había dado su padre y que lo más probables es que muriera en el desierto.— Allá está puerto lágrimas — le dijo Maiken después de un rato de caminata y Raeyron miró, estaban en la parte alta de la montaña y él logró ver el infinito mar que se extendía en todas direcciones. Junto a la orilla había una ciudad pequeña, pero aun a sí muchas personas pululaban por los alrededores, había movimiento y comercio y desde ahí él pudo oler el pescado que se exhibía en las incontables tiendas.A lo lejos,
Rahyra despertó esa mañana sobresaltada, había tenido una pesadilla de sangre y fuego que la atormentó toda la noche y cuando abrió los ojos el sol aún no había salido, y no logró volver a conciliar el sueño, así que se aferró al costado de su esposo para que el calor del hombre le ayudara con el frio que entraba por las ventanas abiertas de la habitación.Rahyra estaba más que acostumbrada al frio, el castillo de Belmonte estaba junto las montañas de niebla y el frio que bajaba de ellas era tan aterrador que a veces los patios del castillo se llenaban de una nieve espesa que cubría los caminos y los techos. Pero desde que había llegado a Emorne hacía ya casi cuatro meses no había tenido que volver a sentir frio.Las tierras de las praderas eran cálidas y primaverales, pero esa mañana la lluvia arreciaba sobre el castillo como si pensara derribarlo y Rahyra no quiso ni saber qué hora era, solo sabía que el sol apenas comenzaba a salir y se aferró al cuerpo de Maxwell que la miró levan
Esa mañana la tormenta azotaba la ciudad con fuerza, Raeyron apretó las riendas del caballo que le había comprado Maiken con otra bolsa de oro que se había robado de quien sabe dónde, pero no le importó realmente, tenían caballos y eso les quitó un día de viaje.En el barco, después de que Maiken saliera de la cabina y lo dejara solo, Maiken tuvo mucho tiempo para pensar antes de quedarse dormido, y cuando despertó, el guardia estaba acostado a su lado con la boca entre abierta y todo el cuerpo volteado hacia él. Raeyron aguantó el impulso de abrazarlo y se lo quedó mirando un largo rato, las facciones fuertes, la barba larga que comenzaba a cubrirle los labios y que era tan oscura como su cabello, las largas pestañas y esa cicatriz sobre la ceja poblada que le hacía lucir rudo. Raeyron quiso tocarlo, pero se aguantó.El resto del viaje, por mar y por tierra, la pasaron en un silencio un poco incómodo, el guardia parecía serio y Raeyron no quiso romper esa seriedad, y apenas ya faltan
Rahyra tomó a una de las doncellas que estaban merodeando el castillo y le ordenó que le llevara agua caliente y arrastró a Raeyron por todos los pasillos mientras él insultaba y pateaba todo lo que se encontraba y no descansó hasta que lo metió en la habitación de invitados más cercana a la torre del rey.— ¿Qué diablos está pasado? — preguntó él cuando Rahyra se aseguró que la puerta hubiera quedado bien cerrada.— Es el concejero del rey — le comentó ella — se empecinó en convencer a Maxwell que los Leroy estamos traicionando a la corona con Valyor — Raeyron blanqueó los ojos.— ¿Cómo se le ocurre? — bufó — fui prisionero de él por más de un mes y penas si escapé con vida — Rahyra se acercó a su hermano y lo abrazó de nuevo.— Todo comenzó por culpa de Aureliano Karristel — le dijo ella.— ¿El Lord de las tierras de hierro? — preguntó sorprendido y ella asintió.— Maxwell lo invitó a la capital para hacer un trato con él, como sabes, ellos son los que trabajan con el metal y él lo