Raeyron se miró el cuerpo, aún no había salido de la celda y ahí había tenido que cambiarse y bañarse con el gua más fría del mundo mientras los hombres de Valyor los miraban atentamente.Se preguntó como un imperio tan grande y poderoso como las estirpes que vivían en el desierto de Zorba habían decidido servir a un hombre como Valyor, incluso a los Lévesque les costó hacerlos arrodillar aunque ellos los liberaron y abolieron su esclavitud, eran orgullosos y fuertes, inquebrantables, y ahí estaban, sirviendo al que traicionó a la familia que, cientos de años atrás, los había hecho hombres y mujeres libres.— ¿Estás listo? — le preguntó Maiken y Raeyron lo miró, le habían puesto una armadura antigua de la guardia real con el emblema de la serpiente bien marcada en el pecho y él no pudo evitar notar que se veía tremendamente atractivo.— Lo estoy — le dijo y no puedo evitar que un tono molesto y preocupado se le escapara.— Esto no es tu culpa — le dijo Maiken, aunque Raeyron creyó que
Esa noche Rahyra estaba sentada en la cama mirando las luces tenues de la ciudad por la ventana cuando Maxwell entró por la puerta, dejó la corona sobre el pedestal y se tiró a la cama boca abajo, lucia más cansado y estresado si eso podía ser posible.Ese día apenas se habían marchado los líderes de las estirpes de las tierras de hierro y por suerte para el reino habían jurado pelear con Maxwell cuando llegara el momento. Eso ponía las cosas a favor de ellos, tenían todo el poder de tres de los cuatro países del primer mundo. Pero Rahyra no tenía buenas noticias, para nada, y en cuanto llegó el vencejo con un mensaje de las viudas silenciosas supo que no dormiría.Maxwell se levantó y se apoyó en su codo al ver que Rahyra estaba estática como una estatua y luego estiró la mano hacia ella para tocarle el hombro y ella dio un respingo, casi como si hubiera olvidado que el rey llevaba un rato echado junto a ella.— ¿Qué pasó? — preguntó incorporándose y Rahyra no tuvo fuerzas ni de tend
Durante el camino a su habitación, a Rahyra comenzó a entrarle un mareo incómodo, había rodado por las escaleras como una pelota de tela y eso a dejó mareada y un poco somnolienta.— La reina tiene razón — dijo Maiken mientras caminaban — ese hombre debió de estar escondido en el castillo durante todo este tiempo esperando la oportunidad perfecta para escapar, por suerte aun no me había dormido — luego miró a Rahyra — por eso quiero estar a su lado todo el tiempo, hay riesgos en cada momento — Rahyra se agarró al brazo de Maxwell.— Lo sé, pero no puedes trabajar de día y de noche durante toda la semana.— Si puedo, mi reina.— No lo harás, si un hombre no duerme no puede defenderse ni así mismo — lo regañó ella y él agachó la cabeza.— Aumentaré la protección para mi esposa, no se preocupe, Sr Maiken — dijo Maxwell y cuando llegaron a la puerta un grupo de diez hombres custodiaba la entrada y Maiken se vio, bien obligado, a ir a descansar mientras Cleo se lo llevaba arrastrado.Cuand
Raeyron tenía frio, e incluso el estar sentado en el suelo al lado de la hoguera bajo la arena caliente le era insuficiente para conservar el calor.Maiken estaba unos metros más allá y juntaba las provisiones que habían robado antes de salir del castillo de Valyor, parecía que no tenía buenas noticias.Cuando llegó con él, se sentó a su lago y la piel del brazo del guardia rozó la suya, estaba tan cálida que Raeyron tuvo el impuso de acercarse más, pero se quedó quieto.Ya era casi media noche y ninguno de los dos había logrado conciliar el suelo, la luz de la luna le daba una muy buena vista a todo alrededor ya que estaban sobren una duna arenosa y estable por la que subieron.— ¿Y ahora? — le preguntó el menor y el guardia ladeó la cabeza.— Las provisiones no nos alcanzarán para salir del desierto — le dijo y Raeyron pateó un tronquito de madera — tendremos que aguantar al menos dos días sin nada, pero creo que lo lograremos, lo único que me preocupan son los caballos — Raeyron mi
Cuando Rahyra despertó el rey no estaba con ella, parecía que debería acostumbrarse a aquello, pero siempre le quedaba un desazón en el estómago despertar sola en una habitación tan enorme y fría, pero ya no estaba sola, y no lo estaría por mucho tiempo. Se acarició el vientre y se preguntó cuanto tiempo tomaría para comenzar a notársele la panza.No sabía cómo sentirse al respecto, su madre le había dicho que amaría más a sus hijos de lo que una persona era capaz de llegar a imaginar y eso la asustó, ¿y si no era una buena madre? Nadie la había entrenado para aquello y lo primero que quiso hacer cuando se levantó esa mañana fue enviarle un vencejo a su madre para hablar con ella, tenía tantas cosas por preguntarle que tenerlas atrancadas en la garganta le estaba resultando abrumador.Cuando Cleo entró esa mañana para ayudarla a organizar para el desayuno notó algo extraño en ella, pero no dijo nada y Rahyra tampoco comentó, pero supo que eventualmente tendría que contale tarde que te
Rahyra esperó esa noche a que Maxwell llegara, había pasado el resto del día por ahí en los pasillos acompañada de Sr Eliver y Cleo para intentar a averiguar qué era lo que planeaba el consejero del rey, pro entre los tres no fueron capaz de llegar a ninguna conclusión.— Tal vez solo quiere proteger al rey — dijo Eliver — le comunica los rumores de la gente y él tambien los cree.— La verdad yo creo que le tiene miedo a su majestad —dijo Cleo mientras le robaba una uva a Rahyra del plato lleno que tenía en frente. Rahyra le ofreció una a Sr Eliver que la tomó con timidez — él debe saber que lo escuchaste anoche en la torre de los vencejos y por eso quiere envenenar al rey en tu contra para que cuando tú le cuetes sobre lo que escuchaste él no te crea — Rahyra ladeó la cabeza llena de frustración. Nunca imaginó que el ser reina sería tener que enfrentar la muerte una vez al mes más las traiciones de todos los que a rodean.— Puede ser — dijo ella — ¿qué opina, Sr Eliver? – el hombre s
Raeyron apenas si pudo recoger un par de las cosas que tenía tiradas en la arena, la avanzada que había enviado Valyor se acercaba cada vez más y a Maiken le tomó varios minutos recoger las monturas de los caballos y ensillarlos.Cuando Raeyron subió a su caballo y lo espoleó, la avanzada estaba tan cerca que se podía escuchar los cascos de los caballos por el piso seco y cuarteado.Ambos salieron corriendo a toda velocidad, pero Raeyron sabía que no tenía mucha oportunidad en contra de aquellos hombres, a menos de que Maiken le ayudara a matarlos a todos y por lo menos eran una docena y de seguro bien armados. Según lo que había escuchado, los zorbanos eran personas hábiles en el campo de batalla y ellos conocían esos desiertos mejor que cualquier persona.— ¡Qué hacemos? — le gritó a Maiken mientras bajaban de la duna y regresaban al camino de suelo duro donde los caballos podían acelerar con más facilidad.— Ellos nos van a alcanzar — le dijo el guardia, no tenían más oportunidad q
Rahyra se despertó temprano es mañana, como si su cerebro entendiera que de ahí en adelante ya tenía nuevas e importantes obligaciones así que se puso de pie al tiempo que Maxwell, que estaba sentado en la cama con cara de vampiro, se la quedó mirando.—¿Qué haces? — le preguntó y ella se encogió de hombros mientras abría el armario de madera pulida para comenzar a buscar un vestido cómodo para el día.— ¿No se supone que hoy comienzo a ayudarte en las cosas del castillo? — le preguntó ella y él se encogió de hombros.Prácticamente ya estaba lista cuando Maxwell se levantó de la cama y lo tuvo que esperar un buen rato para que terminada de organizarse, ¿siempre era así de lento para vestirse? Se preguntó ella mientras, con impaciencia, sostenía la corona de piedra entre las manos.Cuando salieron de la habitación el sol apenas comenzaba a despuntar por detrás del horizonte, Sr Eliver estaba junto a la puerta y le lanzaba un cuchillo a una ventana de madera y dio un respingo cuando Rah