Hace algunos años...
Reviso desesperadamente la gaveta de mi mesa de noche, he sacado y guardado todo lo que se encuentra en ella unas tres veces, como si esperara a que mágicamente apareciera mi placa de trabajo en ella. Volteo a ver quién ha abierto la puerta de mi cuarto, o mejor dicho, me aseguro que sea Lydia, ya que es la única que tiene derecho a entrar de esa forma.
—¿Qué haces?— Dice la rubia mientras me observa revisar mis cosas por enésima vez.
—Estoy buscando mi placa— Respondo mientras devuelvo todo a la gaveta —Estoy completamente segura que la dejé aquí anoche.
Lydia hace una mueca mientras inspecciona la habitación con su mirada: —¿Estás segura? ¿No la habrás dejado en otro lado?
Tampoco es que tengo mucho espacio como para dejarla olvidada en otro lugar. Mi habitació
Las cosas no han sucedido exactamente cómo esperaba -gracias al cielo. Luca no me ha tenido cautiva en una oscura habitación llena de ratas, amordazada, y buscando alguna forma de torturarme físicamente. Lejos de todo ello, desde que llegué he tenido libre acceso a toda la mansión, por supuesto, con ciertas prohibiciones: la primera y más obvia, me quitó el teléfono móvil y se aseguró que no cargara otro conmigo o algún micrófono escondido bajo mi vestido; y lo segundo que me dejó muy claro fue que tenía prohibido escapar «¡ni que fuera tonta!». La casa está llena de personal de seguridad, algunos destacados en las puertas de salida y otros simplemente deambulando de aquí para allá; también he visto cámaras, muchas, así que no me sorprendería que Luca tenga alguna habitación en la cuál me est&eacut
Tan pronto el coche que nos trajo se detuvo frente a la casa, supe a dónde habíamos llegado: una de los lugares donde Luca y yo nos reuníamos cuando empezamos a salir. Recuerdo que al comienzo de nuestra relación, sólo nos veíamos en hoteles de lujo. En un día libre, él enviaba a su chófera por mí y me llevaba al lugar acordado, pasábamos el día allí, él disfrutando de mí y yo de él pero también disfrutaba del idílico romance que, como una chica de un pueblo remoto, jamás pensé vivir. Después del encuentro mi vida volvía a la normalidad por unos quince días hasta el próximo encuentro.Pero un día, recuerdo muy bien haber llegado a él molesta, sabía que una relación como la nuestra no tenía mucho futuro. Siempre a escondidas, como si estuviésemos haciendo algo malo
Hace algunos años...—Okey— Me digo más a mí misma que al hombre que tengo al frente. Necesito armarme de valor. Así que para darme un subidón de valentía, acabo con el último sorbo de champán que queda en mi copa y digo: —Estaba pensando ¿y si te presento ante mis papás? O al menos ante mi mamá — Digo haciendo una mueca. Pero Luca entiende mi situación.Hace un par de semanas le comenté mi situación con mi papá, bueno, solo le hice saber que mi relación con él no es fácil, porque no quise entrar en detalles. Especialmente no después que él me habló acerca de lo bien que se la lleva con el suyo. Al parecer, Luca viene de una dinastía italiana que ha vivido muchísimas generaciones y el negocio familiar ha recaído en los hombros de los hombres de la familia
La verdad me golpea como nada ni nadie lo había hecho antes. Es increíble el descaro de Luca, en diferentes niveles. No solo se regodea al decir que yo arruiné lo nuestro al huir de él cuando claramente nuestra relación estaba destinada al fracaso; es que además tiene la desfachatez de llamarme mentirosa cuando todo el tiempo que estuvimos juntos, él no hizo otra cosa más que mentirme. Nunca estuvo dispuesto a cambiar por mí, nunca estuvo dispuesto a darme todo lo que yo quería a su lado. Desde un principio su deseo era utilizarme, aprovecharse de mí a toda costa. No lo consiguió porque me fui antes de que él me dejara cuando se cansara de mí, así que ahora quiere tenerme de la forma que mejor se le da: a la mala.Para su sorpresa, y también para su desgracia, ya no soy la misma tonta ilusa que cayó rendida ante sus palabras bonitas y todas sus falsas atencio
En la aplicación está el circuito cerrado de toda la casa «¡bingo!», abro entonces la configuración y empiezo a apagar todas las cámaras. Continuo revisando las aplicaciones hasta toparme con la de seguridad, después de varios intentos fallidos, cuando estoy a punto de perder la poca paciencia que me queda, consigo desbloquear las salidas. Es ahora o nunca. Salgo de la habitación, antes paso el seguro por dentro y con el teléfono en una mano y la lámpara en otra, empiezo a caminar de prisa por el pasillo, cuando cruzo para tomar las escaleras, uno de los hombres de de seguridad se encuentra conmigo frente a frente y cuando veo que él lleva su mano a la cintura, directo a su revolver, le recomiendo la lámpara por la cabeza con tanta fuerza que pierde la pantalla; el hombre cae al suelo pero el ruido alerta a dos hombres en el piso de abajo, que alzan la mirada y empiezan a trepar las escaleras de dos en dos escalones. Corro hasta la primera puerta que encuentro y me
Abro mis ojos lentamente y lo primero que percibo es el impoluto blanco techo, excesivamente iluminado, de la habitación donde me encuentro; aunado a ello, el olor a yodo y medicamentos me hace saber donde me encuentro. Intento alzar mi mano pero está atada a una vía así que trato de ver qué demonios está corriendo ahora mismo hacia mi torrente sanguíneo.—Vivian— Escucho nuevamente la voz de Archie.Y todos los recuerdos vienen a mí como una avalancha de nieve.Recuerdo haber herido a Luca, recuerdo verlo tirado en un charco de sangre, recuerdo las luces y el sonido de la sirena, recuerdo la grave voz de Archie diciendo mi nombre y sus fuertes brazos sosteniendo mi cuerpo mientras todo se volvía negro. Recuerdo haber despertado en una ambulancia y recuerdo la voz de alguien diciendo que estaría bien, que no era nada grave, mientras Archie sostenía mi mano de la forma que lo
Hay lugares que siempre están evolucionando, parecen diferente cada día, cada vez que estás en ellos. Otros parecen estar destinados a permanecer intactos, siempre iguales como una vieja postal de viaje. La ciudad en la que ahora vivo es definitivamente del primer tipo, Nueva York está repleto de lugares icónicos y aún así siempre es cambiante; luces diferentes, anuncios y letrerosdiferentes, personas diferentes. Por otra parte, la ciudad en la que nací parece no tener intenciones de cambiar en lo absoluto. Ha transcurrido casi un año desde que me fui pero parece que ni siquiera me he ido. Las casas siguen pintadas con los mismos colores, las cercas tienen la misma apariencia y veo rostros familiares en cada rincón.—¿Viejos recuerdos?— Cuando escucho la voz de Archie, que me saca de mis pensamientos, esbozo una sonrisa.—Sí, podría decir que sí. Lo
Archie decidió rentar un carro para el viaje desde el aeropuerto en la ciudad hasta mi pequeño pueblo en la costa; el tiempo en carretera fue suficiente para mostrarle algunos lugares que de alguna u otra forma influyeron en mí como el restaurante en el que trabajé, la casa de Dylan, el chico que me gustaba en secundaria, la Iglesia a la que iba con mi familia, el colegio donde estudié. Tengo la impresión que cuando llegamos a casa de mis padres, Archie se sentía familiarizado con ellos, con el lugar y esa fue precisamente mi intención. Lo conozco mejor que nadie y sé que su expresión constantemente seria y sus escasas palabras ante los demás son resultado de su recelo ante lo nuevo, cosa que puede generar irritación en otros si lo malinterpretan. Creo que el día que nos conocimos y cómo se dio ese encuentro fue otra lección que aprendimos. Durante estas últimas semanas ta