Yo sigo a mi mejor amiga por las escaleras. Me detengo en los tres últimos peldaños y espero a que ella encienda la luz.
—¡Tarán!— Dice Lydia mientras amplía sus brazos al tiempo que todas las bombillas LED del lugar se van encendiendo.
Tenía varios meses sin venir a este lugar después de haber vivido un par en él y aun me sorprende lo enorme que es. En mi pueblo ni siquiera había un gimnasio, si la gente quería mantenerse en forma, la única opción que tenían era correr alrededor de la plaza. Y ahora que lo pienso, nunca vi a nadie en ello. Tiene mucho que ver el hecho de que, en el pueblo que me crié, conceptos como "ejercicio" o "gimnasio" son sinónimos de vanidad. Si alguien allí escucha la palabra "entrenamiento" probablemente no lo van a asociar con ninguna actividad fitness, sino más bien con la práctica militar que muchos hombr
Con mis temblorosas manos plancho las inexistentes arrugas de la falda de mi vestido, repito la acción un par de veces, pero es por cuestión de inercia. Tomo una bocanada de aire silenciosa, contengo ese aliento y después lo dejo fluir fuera de mis pulmones como si así estuviese dejando fluir también el miedo que me embarga. Entonces levanto la vista, mantengo la frente en alto con un esfuerzo sobre natural y finalmente pronuncio tres palabras que podrían cambiar el destino de este plan:—Tenemos que hablar— Uno mis manos al frente y empiezo a entrelazar mis dedos de una forma torpe, digamos que mi cuerpo y mi mente están tomando rumbos separados ahora mismo y no soy consciente de mis movimientos, soy solo consciente de las palabras que estoy a punto de pronunciar: —Verás, he hablado mucho de mi trabajo en el crucero. Siempre digo que he dicho que fue mi trabajo favorito hasta que conseguí el tra
Mi vista gira por todo el lugar. Debo confesar que para haber tenido solo un par de días para organizar todo, nos ha quedado muy bien. Aunque, en realidad, yo solo he tenido el buen ojo de encontrar una organizadora de eventos eficiente y Archie todo lo que ha tenido que hacer es dar el dinero para hacer todo esto posible.Como estamos en otoño y el clima se vuelve terriblemente impredecible, contamos con varios toldos blancos que nos aseguran disfrutar del exterior mientras nos resguardamos de una posible lluvia. Los toldos están decorados con bombillas de estilo vintage, las cuales encendidas brillan en un un muy bonito contraste con el azul índigo del cielo, ya que comienza a atardecer. Hay una enorme mesa con todo tipo de bocadillos y postres para que los invitados puedan degustar, también hay un bar con diferentes bebidas y, mi toque favorito, en vez de haber usado las típicas sillas para los invitados, son sofás que hace
Apoyo mi brazo sobre la baranda del muro y apoyo mi rostro en este. A mis espaldas la fiesta sigue, aun cuando el sol está cayendo. Ya he pasado tiempo suficiente pretendiendo ser la novia perfecta: sonriendo y extendiendo la mano a los familiares y amigos de Archie presentes. Conocí a Abby y Cole, los hijos de Thomas, el tío médico de Archie que me conoció en uno de los peores días de mi vida; me pareció muy gentil de su parte preguntarme cómo estoy e incluso me extendió la invitación de ir a su consultorio si así lo creo necesario. También me presentó a Susan, su tía paterna y a Greg, el quinto marido de esta.Después hablé un largo rato con Caroline, que aprovechó la menor oportunidad para recalcar lo feliz que le hace ver a Archie rehacer su vida "especialmente después de lo que pasó con su madre" me dijo. Caroline, quien aparenteme
Suelto un largo bostezo mientras Eugene me sirve una taza de te. Con una sonrisa, le agradezco su gesto amable mientras tomo la humeante taza que huele a una exquisita combinación de frutas tropicales. Eugene y Lydia fueron las únicas personas que invité a la fiesta de compromiso pero Eugene no pudo asistir porque tenía un cuadro alérgico "llega el otoño y y a mi se me alborotan todos los males" dijo cuando me llamó entrada la noche para disculparse. Yo me preocupé pensando que se sentía muy mal y por eso no había ido, sin embargo me dijo que estuviese tranquila "me tomé un analgésico y me quedé dormida, desperté hace unos cinco minutos y decidí llamarte para disculparme por mi ausencia" comentó entrada casi a las diez de la noche cuando llamó. Sin embargo, ayer vine a verla para asegurarme de que realmente estuviese bien, incluso le preparé
Encuentro voz para decir: —Yo qué sé por qué se sentaba conmigo. Tú mismo has tomado asiento en esta mesa y ni siquiera me has pedido permiso.—¿Por qué debería hacerlo? Hasta dónde sé, esta mesa no es tu mesa— Se inclina hacia atrás y cruza sus brazos sobre su estómago, tomando una posición retadora.—Razón que te convence. Si tú, que solo eres un insignificante auditor, se toma el atrevimiento de sentarse aquí, pensando que no deberías pedirme permiso antes de hacerlo, es lógico que mi jefe, quiero decir, nuestro jefe, también lo haga ¿no lo crees?Kevin no responde, simplemente me mira por un par de segundos y luego se echa a reír, dejándome desconcertada e irritada a partes iguales. Ahora soy yo quien cruza los brazos, los mantengo sobre mi regazo, esperando ansiosa por una explicació
Nunca he sido una persona vengativa, al contrario, he creído firmemente que la justicia divina tarde o temprano llega. He pensado así desde que tengo uso de razón. Me lo he repetido una vez y otra vez cuando pienso en mi padre. Nunca he albergado odio hacia él, después de todo, de él nací y me guste o no, mi mamá le quiere. Pero soy consciente de todas las cosas malas que nos ha hecho y cuando hacia algo nuevo, me decía "Está bien, la justicia divina hará su trabajo". Pero a veces hay que adelantarle el trabajo a esa justicia divina y resulta que Martha no es mi papá. Y Kevin tampoco.Salgo disparada de la oficina y casi corro hasta el ascensor. Pulso el botón con insistencia hasta que las puertas se abren delante de mi. En la distancia, mientras las puertas se cierran, veo a Martha y me despido con la mano. Lo último que veo de ella es cuando se pone de pie.De v
Con una mirada de pocos amigos, Archie dice:—¿Tú qué dices, Kevin? ¿Es o no verdad que ofendiste a Sabrina?— Kevin no pronuncia ninguna palabra —Kevin, cuando hago una pregunta, me gusta que me respondan— Dice Archie arrastrando pesadamente las palabras.—Yo...— Empieza Kevin —Pude haber hecho un comentario indebido.—¿Un comentario indebido?— Repite Archie alzando la voz —¿Quieres repetir ese comentario aquí, Kevin?—No, señor— Kevin suena como si estuviese a punto de llorar.—¿Por qué no? ¿Qué tiene de malo ese comentario cómo para no decirlo en público?—Yo...— Repite nuevamente, como si el aliento faltase en sus pulmones —Fue solo una broma.—Entonces si fue solo una broma, vamos, quiero que la digas aquí, en voz alta y as&iac
Hoy he querido hacer algo diferente en la hora de almuerzo. Después de lo que sucedió ayer, el ambiente en la oficina no es el mejor de todos. Al menos ya no hay habladurías de pasillo pero el problema es ese, ya nadie habla. Todos van con caras largas y reina el silencio. Es una ventaja que el Señor Simon esté nuevamente de viaje, porque notaríaque la tensión se puede cortar con un cuchillo. He pensado en sugerirle a Archie alguna idea para romper el hielo, para tratar de amenizar la jornada laboral diaria pero eso es algo que puede esperar. Ahora mismo, es momento de solucionar mis propios problemas. Por eso he tomado la hora milagrosa del mediodía y me he dirigido al café más cercano, he tomado una mesa en el rincón donde puedo tener privacidad y a la vez puedo contemplar la fina lluvia que cae sobre la ciudad.Ordené una tarta de calabaza y una taza de café porque es oto&ntild