Me quedo sentada frente al volante, con la ropa mojada y la cabeza vuelta un nido de pájaros, observo a Jhonson quitarse el abrigo mientras camina hacia su auto que ahora es una camioneta sencilla sin nada de lujos. La ropa húmeda se pega a sus brazos y pecho musculosos, su cabello largo permanece recogido hacia atrás en un pequeño moño. Deja el abrigo húmedo en la parte de atrás del auto y sube tranquilamente, como si no estuviera cayendo una fuerte tormenta y se marcha. ¿Cómo pudo ponerse más bueno de lo que estaba hace cinco años? Hasta su forma de caminar y hablar son diferentes, todo de él es diferente, ahora parece un tipo tranquilo y sencillo. ¿Dónde dejó ese engreído, dramático, egocéntrico y finísimo hombre con aires de grandeza? Es un dilema que jamás resolveré...Llego a casa a la hora de almuerzo, el silencio es demasiado escandaloso, me pregunto dónde se metieron todos. Lo primero que hago es ir hacia la habitación de mi hijo y lo encuentro dormido en su cama, junto a él h
Lo observo de pies a cabeza y noto una incipiente barba, además de unas ojeras y ropa un poco desaliñada. Me siento culpable aunque no debería, pero se ve que lo ha pasado mucho peor que yo. Suspiro con fuerza y asiento con cansancio, ya estaba por irme a la cama. —Muy bien, muy bien... Pero regresaremos antes de medianoche, mañana tendré muchísimo trabajo que hacer. —Veo mi reloj, de pronto siento su mano acariciar mi mejilla.—¿Me amas? —pregunta, con ojos grises y tristes.—Claro que te amo, pero... —Coloco mi mano sobre la suya y la sostengo con delicadeza. —No habrá una próxima vez si es que vuelves a lastimarme por celos, me alejaré y no volverás a verme de nuevo, tú lo sabes muy bien. —Lo sé, cariño. Sé que pedirte perdón una vez más no borrará lo que hice ese día, pero estoy dispuesto a todo para recibir tu confianza y perdón. Si quieres, podríamos pasar tiempo con Jhonson, Erick, tu padre y nosotros dos para llevar las cosas en paz. Solo, no me alejes de tu lado, sin ti me m
En medio de mis sueños escucho ruidos en la habitación, abro los ojos y me llevo la sorpresa de que es Henry, son pasadas las cuatro de la mañana y apenas se digna en aparecer. Quita sus zapatos con dificultad y se acuesta a mi lado llorando y susurrando que fue idea de Dante y pensó que sería algo genial para sorprenderme, entre susurros poco entendibles me cuenta que lleva meses tomando bebidas alcohólicas fuertes y ha empezado a tener problemas para controlarlo. Al escucharlo decir todo eso siento mucha rabia, me dan ganas de golpearlo por ser tan tonto, pero me controlo. Siempre ha tratado de ser un hombre correcto, no entiendo qué es lo que le está sucediendo, sus defectos están empeorando en vez de mejorar. Lo ignoro y entro al cuarto de baño para tomar una ducha rápida antes de alistarme y desayunar en familia. Henry deja a Erick en su escuela y a mí en el trabajo, no hablamos en todo el trayecto y al despedirme solo susurro un "hasta luego" simple y frío como el hielo. Nos que
Jhonson... digo su nombre en un susurro apenas audible, no puedo creer que está de nuevo frente a mí.—¿Cómo estás? —Extiende su mano para saludarme.La tomo con suavidad y la estrecho sin prisas.—Estoy... Estoy de maravilla, ¿y tú? —Aclaro mi garganta, de repente me puse un poco ronca.—También... Recuerdo que aquí trabajas, yo vine a ver a un viejo amigo, ya sabes, cosas de negocios...Detiene la mirada en mi cuello y frunce el ceño.No entiendo qué le sucede, así que le pregunto:—¿Todo bien?Eleva sus ojos miel hasta los míos, mostrando una expresión contrariada.—Ehh... Sí, quería... preguntarte si tú quisieras... —Se detiene y se ríe de él mismo al no poder expresarse bien, lo que me hace sonreír a mi también—. ¿Podemos vernos esta noche? Digo, Erick también vendrá con nosotros.Asiento lentamente.—Muy bien, nos veremos esta noche. Ehh... Debo marcharme, fue un gusto verte. —Le devuelvo una sonrisa sincera.—Hasta luego... —Se despide y observa cómo me voy, mientras introduce l
No podría estar más feliz, los momentos que paso junto a mi hijo son los mejores. Hemos contado chistes junto a Jhonson y cominos una rica y abundante cena. Sin embargo, Henry viene a mi mente, me pregunto qué estará haciendo. Por momentos imagino que se pone a darle rienda a eso que tanto daño le está haciendo y se me hace un hueco en el estómago de la preocupación. Tal vez, debería llamarlo. Me disculpo un momento y voy hacia el tocador, rápidamente le marco a Henry y él responde enseguida.—Cariño, ¿cómo... estás? —pregunto, con un tono de preocupación.—¿Qué te importa? A estas horas ya deberías estar revolcándote con Jhonson... —responde alterado. Por un corto momento escucho su respiración acelerada y suspiros. —Oye... ¿Estás intoxicado? Ya hablamos sobre eso, no te hace bien. ¡Entiende! —Cállate, solo cállate... Ya voy a dormir, espero que regreses temprano, estaré pendiente. —Cuelga y la línea queda haciendo su pitido característico. Vaya... Me hace sentir entre el miedo y
Doy media vuelta para mirarlo de frente. Está de pie con los brazos cruzados y una mirada acusatoria lo acompaña. Jamás había visto todos esos gestos en él, estoy descubriendo su peor cara.—Erick se encontró con unos amigos en el restaurante, por eso nos hemos retrasado un poco, eso es todo. —Me encojo de hombros.Pero rápidamente me toma de la muñeca para no dejarme ir.—¿Por qué hueles diferente? Supongo que es el perfume de Jhonson, te acercaste mucho a él, me parece... —susurra con malicia. Respiro profundo. —Henry, no empieces con los celos... Jhonson solo fue amable y me saludó, tal vez por eso se me impregnó su olor, no lo sé...Siento culpa al recordar que aquello no fue solo un simple saludo.Me abraza y hunde su rostro en mi cuello, sus manos se cuelan bajo mi bata y comienza a subirla con prisa, dejándome en ropa interior frente a él. Me admira con morbo y sorpresivamente humedece sus dedos, se empecina en tocarme bajo las bragas, pero se detiene luego de un momento y fru
Mis pies descalzos resuenan sobre el piso, voy de aquí para allá guardando todas mis cosas, hasta el último clip de cabello. Llamo a mi padre y por fin responde luego de muchos intentos, no puedo evitar romper en llanto cuando escucho su voz adormilada.—Meryl, cariño, ¿por qué lloras? Dime... ¡Meryl! —responde alterado y con preocupación.—Papá... Ven por mí, vamos a vivir en tu casa de nuevo, ya no vamos a vivir con Henry nunca más, empaqué mis cosas, estoy lista para irme... —Por cortos momentos desvarío.Lo escucho hablar en susurros con su novia.—Princesa, ¿qué ocurrió? Es medianoche, tuvo que haber sido algo muy malo para que...Lo interrumpo al revelar la verdad.—Henry me golpea, está consumiendo sustancias... Tienes que ayudarme, por favor papá, tengo miedo...Reprimo las ganas de llorar.—No te preocupes princesa, voy para allá...Cuelga la llamada y siento cómo la preocupación desaparece poco a poco. Me siento al lado de la ventana y me voy quedando dormida por más que tra
—Princesa, si no quieres ir no vayas, yo haré acto de presencia por obligación, aún soy socio de sus empresas. —Se acerca hablando suavemente y lo agradezco.Suspiro profundo y sopeso mi decisión por algunos segundos, me giro hacia él.—Sabes, ahora que lo pienso mejor... Creo que lo correcto es que yo también vaya, no quiero que piense que me destruyó.Papá asiente y muestra una expresión seria, sus ojos de color aceituna denotan severidad.—Muy bien, iremos este fin de semana, solo no te dejes cegar de la venganza, ya hemos visto que no es bueno. Antes quisiera decirte una última cosa que me dijo un buen amigo sabio: La felicidad no se busca, se comparte con los que amas... Lleva ambas manos hacia atrás y las entrelaza, se marcha caminando en silencio, observa las aves y parece disfrutar del jardín. Me quedo de pie con los brazos cruzados, pensando en que aquello es uno de esos acertijos o consejos extraños que me da de vez en cuando, pero no, esa frase me deja pensando en todo lo