Klaus Santana
La invitación a la boda de mi hermanastro estaba en mi escritorio, era tarde y aún estaba en la oficina, mi padre había llamado un par de veces a mi móvil, pero no fui capaz de contestarle, mi investigación había dado frutos y los verdaderos culpables del accidente de mis padres había salido a la luz, no fue quien yo pensaba.
Brian Daniels siempre dijo la verdad, mi mente no estaba tranquila, mi corazón iba a mil por hora, esa misma noche viajaría a Miles City, allí me estarían esperando para una celebración, pero yo solo quería venganza, yo solo quería destruir a las personas que me había hecho huérfano.
Pedí a mis hombres que tuvieran mi maleta lista, salí a las 12 de la noche y me esperaban largas 6 horas de vuelo, en los que tenía un largo expediente por leer.
Todo fue muy rápido, aterrice en Montana y un carro me llevo hasta Miles, esa ciudad que había sido tan grande para mí en algún momento, con las antiguas llaves abrí la casa en donde crecí, un aroma ha guardado y cartas viejas se impregnaron en mi nariz, se notaba que habían hecho algo de aseo, pero que nadie había estado allí en un par de semanas, sé que Brian manda a alguien una vez al mes para que limpie, pero con el casamiento de mi preciado hermanastro creo que esta vez no tuvo tiempo.
Me instalé y junto a mis dos hombres salimos rumbo a la mansión Daniels allí, debía hablar con el que fue mi padrino y padrastro por años, él debía enterarse de la verdad también, estaba decidido a que todo debía salir a la luz, por muy sucio que fuera, no podía seguir así.
Fui recibido con gusto, incluso me dejaron buscar a mi padrino solo, era temprano por lo que supuse estaba en su habitación, subí directo hasta el lugar, puede que la noche anterior se le hayan pasado las copas en la boda de Peter, cuando entre no vi a nadie, pero el aroma a puro venía del baño, quise meterme para asustarlo, como cuando era un adolescente, pero al momento de tomar el pomo de la puerta esta fue abierta, los ojos de un gato se me quedaron viendo y sin poder ver mucho trastabille dejándola caer sobre mi cuerpo.
Una corriente recorrió mi cuerpo y sé que él de ella igual, sus ojos se pegaron a los míos y un destello de tristeza me dejó mudo, no tuve el valor de preguntar, pero sí de dejarla caer sobre mi pecho, pero el roce de mis manos en su desnuda cintura me dio el placer más exquisito que pude haber sentido.
Ella pegó un grito y antes de que pudiera decir algo, Omar, el hombre de confianza de mi padrino le ayudó a levantarse y entre risas, tratando de tapar, me ayudó a ponerme de pie a mí también.
¿Qué había sido todo eso? Ella no me reclamó nada, quería preguntar y no me atrevía, aún estaba en shock, mi cuerpo no me respondía, no podía moverme y aun mis ojos seguían en los suyos.
– Disculpe señorita – dijo Omar mientras me empujaba fuera de la habitación.
– ¿Quién es? ¿Una conquista de mi padrino? – dios no era nada fea, pero no parecía del tipo cazarrecompensas que perseguían a mi padrino, era más del tipo inocente, aún tenía rostro de adolescente, aunque de cuerpo bastante noble - ¡Respóndeme! – exigí entre risas.
– Es mi nuera – la voz de Brian me sorprendió y luego de girarme camina para poder abrazarlo – hay muchacho, yo te esperaba ayer – palmeo mi espalda y luego me invitó al despacho, decía tener algunas cosas que hablar conmigo.
A penas nos sentamos soltó un suspiro enorme, allí comenzó su relato, él había orquestado el matrimonio de su hijo, porque se enteró de la e****a que quería hacerle él y su suegro, a finales de cuenta su hijo solo se había casado para conseguir la herencia que mi padrino le había prometido una vez comenzara a formar su propia familia, nada que ya no hayamos sabido de antemano.
Pero, helado quedé cuando me explicó lo que había acordado con su nuera.
Ella era una chica de pueblo, tipo novia perfecta, pero aun así había tenido las agallas para quedarse y enfrentar a su ahora esposo, digno de ver pensé para mí, su relato no termina allí, también me enteré lo que le habían tratado de hacer a la familia de la chica, como ella había sido manipulada por tres años.
Sinceramente no podía creer cómo una persona puede ser tan inocente, pero tampoco la juzgaba, no todos crecemos a la misma velocidad, lo que ella había sufrido había sido un golpe de realidad, a cualquiera le hiela la sangre eso.
En estas situaciones que se puede hacer, en este caso, a que debemos apuntarle.
– Bueno, lo que yo venía a conversar con usted tampoco es agradable – de mi bolsillo saqué un sobre, allí había un resumen de todo lo que había podido investigar, se lo di y él enseguida lo abrió – sé que no todo es agradable, pero eso lo libera de un gran peso – después de algunos segundos levantó la vista.
– Debes jurarme que esto – dijo levantando el sobre – no saldrá de aquí ¿está bien? – yo solo asentí – por ahora no puedo darte mis razones, pero las iras sabiendo a medida que el tiempo pase, todo esto que guardo no es por la madre de Peter, es por el gran amigo que perdí cuando ella se embarazó, yo sé que ella es culpable de muchas cosas, pero Peter no tiene la culpa – una llama se encendió en mí, él si era culpable de algo, pero de eso me encargaría yo – sé que él pagará más de lo que debe por la madre le tocó, pero llegará ese momento y será inevitable – sus frías palabras me hacían eco en la mente, por lo que decidí asentir.
Una de las empleadas de la casa entró al despacho, informando que la señorita Amanda estaba en la cocina, ella había decidido cocinar, mi padrino sonrió y me invitó a acompañarlo, allí fuimos presentados formalmente, y quede sin palabras al verla con ropa semi formal, se notaba una mujer a la altura de toda situación.
– Amanda King – dijo – Mucho gusto - un escalofrío recorrió mi espina dorsal, pero me obligue a extender mi mano.
– Klaus Santana – correspondí – igualmente, mucho gusto - una sensación de tranquilidad y calidez me transmitió, pero aun así se podía ver su tristeza en el opaco brillo en sus ojos.
Brian la saludo y pregunto que preparaba, ella contestó que lasaña, y nos invitó a sentarnos colocando dos copas de vino en frente de nosotros, una larga charla sobre comida y algunas bromas por probar la mano de la chica nos hizo el tiempo más agradable, pero al final de cuentas no tuvimos nada que decir, cocinaba estupendamente.
Era hermosamente delicada, una mujer de clase, ella puede haber sido criada de una manera bastante tradicional, por eso su inocencia la traicionó, negué con la cabeza, comenzaba a pensar mucho más de lo que debía, pero el aroma floral que desprendía su cuerpo me embriaga, me atraía como la fuerza de gravedad nos atrae a la tierra.
Sus manos iban de un lado a otro, mientras su delicada cintura se meneaba entre el desayunador y la cocina, en otro momento, siendo sincero conmigo mismo, no la hubiese mirado, ella no es de las mujeres que frecuento, ella es sencilla, risueña, aunque sus ojos están plagados de tristeza. Deseaba con todas mis fuerzas que esa tristeza no existiera…
Un momento ¿Qué estoy diciendo? Me sorprendí observándola fijamente, quise apartar la vista y entonces fijé mi mirada en la ventana que daba al patio, en ese momento me reproche mis pensamientos, aleje todos esos deseos y simplemente me concentré en el delicioso aroma.
Dispuso la isla de la cocina para que comiéramos, tenía una mano exquisita, la aleve por ello y nuestra conversación fue simple, pero me hizo sentir una paz envidiable, ella se veía seria, sin mucho que decir, pero con una cultura general digna de aplaudir, ya entiendo por qué Brian me decía que ella no merecía lo que estaba pasando.
Cuando terminamos una empleada apareció y comenzó a retirar los platos, pero Amando no la dejo, insistió en que tomara asiento, y ella misma le sirvió un plato de comida, se quedó conversando con ella y luego se dedicó a lavar los trastes. Solo una llamada la sacó de su labor.
– Madre – respondió con el tono calmado - ¿Qué pasó? ¿Estás bien? Ok, quédate tranquila, voy enseguida – después de eso colgó el móvil y salió disparada, seguida por mi padre.
Cuando termine, escuche como un carro partía, supuse que era uno de los vehículos de la casa, mi padre entró por la puerta principal, entonces me explicó que Amando había ido a ver a su madre, que Omar la estaría acompañando.
Un café nos trajo una de las chicas del servicio, pero justo cuando ella se iba Peter entró por la puerta, se veía furioso, estaba mal vestido y apestaba a alcohol, lo salude, pero hizo caso omiso a mis palabras, su determinación estaba en la mirada, pero antes de que pudiera decir, reclamar o reprochar alguna cosa, nuestro padre se volteó hacia él y lo abofeteó, provocando que trastabillaba y termina sentado en el suelo.
Peter cambió los gestos de su rostro en cosa de segundos, la sorpresa brillaba en sus ojos, mientras mi padre no era capaz de verle la cara.
– ¡¿Cómo?! – grito - ¿Cómo puede ser que te hayas convertido en esto? – pregunto a mi hermanastro, que aún estaba en el piso – engañaste a la mujer que juraste amar, le mentiste y la usaste – la tensión se podía cortar con una navaja.
– Pero yo la amo, ella me ama, estamos comenzando una familia – se defendió - ¿cómo es posible que no confíes en mí? Padre ¿qué hice para merecer esto? – volvió a hablar, mientras que podía ver como los nudillos de mi padre se volvían blancos al empuñar sus manos con fuerza conteniendo la rabia – ella me ama, ella se casó conmigo sin importarle nuestro dinero, ella simplemente me ama …
– ¿Estás seguro? – fue lo único que preguntó - ¿Dónde está ella? Dime – demandó - ¿Amanda sabe sobre la herencia?
– ¡SI! Ella lo sabe – enfatizó con su “si”, entonces me sorprendió su seguridad y cómo podía responder en nombre de su ahora esposa.
– ¿también sabe sobre tu negocio con su padrastro? ¿Sabe que perdieron todo el dinero que le había dejado su padre en sus malos negocios? – el color de mi hermano cambió, lo veía más pálido, respire profundo y decidí tenderle la mano, para que se pusiera de pie – pero creo que tu socio te traicionó – susurro mi padre.
Esto último provocó que Peter se levantara de golpe y saliera corriendo hacia su habitación, extrañado miré a mi padre quien no me explico nada, pero si hizo una llamada por el móvil, solté el aire y le dije que me instalaría en mi casa, este drama estaba entreteniéndose, por lo que quería continuar cerca.
Amanda KingCocine, por primera vez en un par de meses cocine, siempre que estaba molesta lo hacía, siempre que estaba por caer en una crisis de ansiedad lo hacía, eso me relajaba, aunque algunos de mis platillos eran incomibles.Mi suegro y su ahijado me acompañaron, incluso se comieron lo que había preparado, y hasta yo me sorprendí por lo exquisito que había quedado, al terminar quise lavar los trastos, pero la llamada de mi madre no me dejó terminar, apenas el móvil sonó conteste.– Se fue – dijo entre sollozos – se fue y se llevó todo – declaró y su hipido me dio a entender que todas mis sospechas eran ciertas.La calmé y enseguida quise partir a su lado, seguida por mi suegro subí hasta su habitación en donde estaban mis pertenencias, él entró a los pocos segundos después que yo y entre jadeos, su respiraci&o
Klaus SantanaMe la lleve de la habitación, lo más rápido que pude, odie ver la escena, ni siquiera quiero imaginarme lo que hubiese pasado si no subiera cuando vi a Omar en la cocina. Suelto el aire cuando entramos en el despacho, escuchó como Peter baja por la escalera, pero por ahora esa no es mi prioridad.– ¿te encuentras bien? – ella asintió, pero estaba algo pálida, con la respiración agitada – no te agites – tomó uno de sus mechones y lo coloqué tras su oído – Amanda ¡Mírame! – exigí – todo va a estar bien ¿ok? – ella asintió y en ese mismo momento se escuchó un golpe en la puerta del despacho.– ¡ÁBREME! – grito Peter - ¡exijo hablar con mi esposa! – sus palabras me hacían arder, me iba a poner de pie.– No, por favor no – susur
Amanda KingEl martes por mañana mi madre había querido ir a casa, por lo que allí nos encontrábamos, sentadas en el piso de habitación, con un camión fuera de esta y dos hombres ayudándonos, uno que conducía el camión y el señor Omar, seguridad que mi suegro me había puesto, después del encuentro con Peter, el hombre moreno, alto y musculoso no se le despegaba.Una caja brillante llamó mi atención, a gatas entré en el vestido de mi madre y con cuidado abrí la pequeña caja, cuando comencé a ver las fotografías allí guardadas, los recuerdos de mi padre, el anillo de compromiso, matrimonio, e incluso la ilusión que él le regaló siendo muy jóvenes, mis ojos se llenaron de lágrimas.Yo solo quería algo como ellos, ellos fueron felices siempre, mi padre adoraba a mi madre, se desviv&iacut
Klaus Santana.Un par de días había pasado, estaba sentado en el despacho, la pizarra que ocupaba estaba totalmente cubierta de algunos escritos apuntes y una que otra nota adhesiva, me reí al recordar cómo había visto a Amanda prepararse para dar la prueba para entrar a universidad, ella ocupaba todo el despacho, ponía música y luego comenzaba a hacer apuntes, había reconocido días atrás que no era muy buena en matemáticas, pero como es una de los exámenes obligatorios, tendría que estudiar de todos modos.Pero porque estaba pensándola, será porque últimamente la veo a cada rato, comparto con ella más que con cualquier otra persona, incluso entrenamos a la misma hora, suspiro derrotado al darme cuenta de que esto va más allá que solo querer mantenerme a salvo.Trato de centrar mi atención en los documentos que me ha enviado
Amanda King.Escucho risas que provienen del despacho, cuando entro veo a mi suegro y a Klaus sentados en el suelo, habían bebido, eso se podía notar a leguas, hable a Omar, él fue quien me ayudó a levantarlos, suspire al ver a mi suegro de esa forma, hace días que lo veo entrar y salir de la casa, solo, sin nadie que lo acompañe.Don Brian es un hombre maravilloso, de buen corazón, encuentro que no se merece todo lo que ha pasado con Peter, que, aparte de ser un mal hijo, solo le ha dado dolores de cabeza, deudas de juego, disgustos y más decepción tras decepción. Klaus por otro lado, a pesar de no ser hijo de don Brian, era mucho más parecido a él, ellos se llevaban muy bien, siempre estaban hablando, y aunque él viviera en otro estado, casi al otro lado país, era alguien mucho más presente en la vida de mi suegro que su propio hijo.Suspire cuando vi todo
Klaus SantanaTome mi carro y comencé a conducir, mientras mi personal averigua a donde estaba Peter, contacte a Alex, él había viajado para verme, pero en este momento se me hacía más útil en la estación de policía, allí uno de mis hombres lo llevaría hasta donde estaba mi padre, solo le había dicho que necesitaba que sacará a Amanda la sucia celda en donde la habían puesto según lo que Omar había dicho.Tome rumbo hacia el aeropuerto, era la opción más viable para encontrar a mi querido hermanito, él se había metido en un gran problema, yo sabía lo que había sucedido, estuve allí, incluso habría sido capaz de guiarla para qué le disparará donde se lo merecía, pero sabía que ella no sería capaz de hacer, por lo que no le di muchas vueltas.Pero, lo que él hab&ia
Amanda KingEn qué momento de mi vida, en que minutos, segundo, hora o día de mi vida, llegue a esta instancia, detenida, en una celda sucia, sin abogado que contactar, solté un suspiro cuando el guardia vine a la celda y dijo que me llevaría con mi abogado, en la sala de interrogatorios un hombre alto, moreno, elegantemente vestido me esperaba, se presentó ante mí como abogado de la familia Daniels, yo solo pude asentir.La verdad era que me sentía terriblemente incómoda, estaba mal vestida, tenía hambre y frío, ese cúmulo de sensaciones me tenían con una ansiedad que jamás olvidaré, fuera de que era mi primera vez en una estación de policía.Solté un suspiro, inevitable.– Me dicen que estás aquí por amenazas – dijo el abogado, casi riendo – yo que tú apretaba el gatillo y nos íbamos a juici
Klaus SantanaUna semana había pasado, desde que habíamos vuelto a nuestra vida normal, mi padre había decidió vender lo que tenía en aquel pueblito, e instalarse en NY, en resumidas cuentas, su vida estaba aquí, sus propiedades y empresas estaban aquí, y como buen hijo que soy le ofrecí mi casa para que se quedara y trabajara mientras acomoda sus oficinas en un edificio.De Peter habíamos sabido poco, solo que cuando fue a casa a rogar perdón, se había encontrado con sus cosas afuera, luego de eso vino a gritarle a nuestro padre, pero lamentablemente este último no lo atendió, tampoco le dio importancia, y luego de eso desapareció de la faz de la tierra.De las chicas habíamos sabido poco, sé que mi padre se mantiene en contacto con ellas, le envían fotografías y todo eso, en más de una ocasión me había mostrado como