Caminaba por la pradera que recordaba de niña, mi abuela me esperaba sentada en el suelo con sus piernas cruzadas. Me acerque a ella con algo de pavor, ¿Por qué estaba sentada en el borde del precipicio? ¡Podía caerse al acantilado! La altura en la que estamos no la dejaría con vida, además del agitante mar y rocas que amortiguarían su caída. Cuando estuve lo suficientemente cerca suyo, noté como sus ojos estaban cerrados. ¿Acaso estaba meditando? Nos enseño a hacerlo desde niñas para escuchar nuestra voz interior. ¿O acaso de esa manera podíamos conectar con nuestra loba?
—Mi niña, el momento ha llegado—respondió con una sonrisa sin abrir los ojos. ¿Cómo sabia que era yo y no Hannah? —, Mia, sabes lo que debes hacer.
—Abuela, tu no eres real…Tu estas muerta, esto debe ser un sueñ
Siempre lo había dicho, cuando creemos tener las respuestas de las preguntas que nos hace la vida. Sucede algún evento involuntario que cambia esas preguntas y hace que ahora tengamos que nuevamente buscar las respuestas. Haberme conectado con Kiriah, no había salido exactamente como esperaba. Respondió a mi llamado, pero lo ultimo que dijo fue verdaderamente desconcertante. <Hagas lo que hagas, no me despiertes, no te transformes>. ¿Qué debía hacer ahora? Estaba comenzando a desesperarme aún más, no encontré solución alguna, si no más incógnitas. Kiriah había sido dormida por algo grande, quizá nadie lo sabia mas que mi madre y… Sakiva. Tenía la certeza de que ella lo sabia todo y no me lo dijo. ¿Acaso quería que despertara a Kiriah? ¿Sin importar las consecuencias? ¿Por qué?Abrí mis ojos con lentitud, volvien
Muchas veces creía que mi vida era monótona y aburrida, que necesitaba emoción, chispa y un cambio drástico. Y efectivamente todo lo que pedimos el universo lo conspira a nuestro favor. Todo ha cambiado tanto desde hace unos meses, hasta el presente. Intentaba no perder mi cabeza, no rendirme y ceder. Mis pesadillas estaban cesando, las apariciones también. Los tormentos seguían, intensificándose. Pero era más fácil sobrellevarlos. Había aprendido a luchar contra mi propia mente, enseñándole a ir despacio y con tranquilidad. Mi ansiedad no ayudaba mucho, pero al menos no interfería tanto como antes, necesitaba encontrar la solución a todo y hacerlo funcionar. Sakiva seguía sin hacer acto de presencia, necesitaba encontrarla lo antes posible. El diario de la abuela me había servido para comprender mucho, algunas hojas estaban rasgadas o no eran comprensibles.
Luego de pedirle encarecidamente a Shels, que cuidara de Annie. Y que me cubriera con Alessandro, por si preguntaba por mí. Se asustó mucho cuando le confesé lo que haría, pero entendió que era mi destino y tenia que hacerlo sola. Sakiva parecía estar contenta, rebuscaba en sus estantes y cajones algunos objetos, frascos y un libro. Por mi parte, estaba muy nerviosa, me sudaban las manos y mis piernas estaban temblorosas. Si, si le tenía miedo a lo desconocido, era innegable. ¿Cómo podía dejar de temerle a lo ignoto? Me estaba sumergiendo en un mundo incognito y no sabia cuales serian las consecuencias de ello. Quizá me gustaba calcular y manejar todo lo que sucedía a mi alrededor y por eso estaba aterrada. Porque en este caso, no había forma de saberlo.—¿Preparada? —preguntó Sakiva, asentí y me levanté de sofá.&mdash
—¡Me niego! ¡No quiero hacer ninguna petición! —exclamo mirándola aterrada y sintiendo doler mi corazón. Muchas lágrimas salen de mis ojos. ¿Cómo es posible que me pida semejante cosa? No lo haría, jamás.—Muy tarde, he sido invocada por ti. —respondió—, Debiste pensarlo mejor cuando decidiste llamarme, tu petición será cumplida. Te veo en ocho meses, Mia. —su llamarada negra apareció envolviéndola y desapareciendo. Grite con rabia al vacío, el aire golpeaba mi rostro con fuerza.—Debiste pensarlo mejor, sobrina. Te dije que ella lo sabe todo—dijo Sakiva, mirándome con pena. —, Si de algo te sirve, yo no puedo tener hijos.—¡Es injusto! ¡No puede quitarme a mi hijo! —respondí con rabia, echándome a llorar con desesperación. &mdash
Finalmente, el gran día había llegado, hoy había luna llena. La primera del mes, estaba muy nerviosa. Sentía corrientes eléctricas por todo mi cuerpo, la ansiedad me estaba carcomiendo viva. Kiriah no se había vuelto a comunicar conmigo, a pesar de que ya estaba despierta, era preocupante según me decían Alessandro y Samuel. Algo no estaba bien y eso era inquietante, la maldición continuaba y temía enloquecer o perder la razón al momento de mi transformación. Quizá era una exageración o alteración, pero sentía que Kiriah estaba molesta por haber hecho caso omiso a su advertencia. Probablemente ella sufría internamente, no entendía aun todo lo relacionado a los lobos. Pero estaba aprendiendo poco a poco, Alessandro me iba orientando sobre la transformación, la historia, la alimentación, los dones y virtudes que teníamos al ser criaturas. M
Kiriah me guio durante todo el camino, conducía por cada calle que ella me indicaba. Le había compartido mi ubicación a Alessandro y le había dicho que podían estar allí. No recibí respuesta alguna de su parte, pero confiaba en que al verlos me seguiría. Comencé a subir por el gran valle, la carretera era un poco antigua y muy rocosa. Los neumáticos resbalaban contra el tan desgastado asfalto, pero haciendo buenos cambios logre llegar hasta la cima. Justo donde mis sueños cobraban vida, donde solía ver a mi abuela. Y claro que desde que había despertado a Kiriah, no volví a tener ninguna pesadilla o ver apariciones. Tampoco había vuelto a soñar con Maggie, quería respuestas que solamente encontraría por mi propia cuenta. A la distancia divisé la antigua y rustica cabaña, lucia de años anteriores, la pintura estaba desgastada y muy sucia,
Era una mañana nublada y lluviosa, el invierno azotaba con fuerza la ciudad. El cambio climático había sido brusco, pero pasar de un sol veraniego a la estación invernal, era mi momento favorito. Amaba los días grises y lluviosos, me gustaba sentir la brisa azotar mi rostro con frescura. Usar ropa abrigada y tomar mucho café. Los días pasaron como un relámpago, la diosa Hécate disfrutaba torturándome en mis sueños. Ya que no logró aterrarme con las apariciones de mi hermano muerto, había logrado manejar mi mente y distinguir la realidad. Pero en mis sueños, se inmiscuía con fervor, haciéndome gritar del dolor en el momento en el que la veía desgarrar mi vientre y robar mi hijo. Otras veces esperaba que naciera y me lo robaba de mis brazos, pero la peor de todas fue cuando la vi arrancarlo de mis entrañas y comérselo. Su manera siniestra de tortur
Dos días habían pasado desde que Alessandro fue arrestado. Dos días en los que me carcomía la cabeza pensando en él y su bienestar. No había noticia alguna suya, Samuel contacto al abogado y solo nos dijo “No puede saberse nada de él, hasta que terminen las acusaciones y lleguen a un acuerdo. Es posible que Alessandro negocie su libertad, entregando a un gran cabecilla de la organización”. Pero claro que eso no pasaría, Alessandro no entregaría a nadie. El era un hombre honorable y muy leal, tenia sus principios muy marcados y siempre me recordaba lo mucho que cuidaba y amaba a su manada. Y lastimosamente todos se encontraban relacionados a esos negocios de mala muerte.Por otra parte, Samuel estaba asumiendo el puesto de Alessandro en todos los negocios. Me preocupaba que le sucediera algo también a él, porque entonces quedaríamos mas solas y desprotegidas. An