Luego de pedirle encarecidamente a Shels, que cuidara de Annie. Y que me cubriera con Alessandro, por si preguntaba por mí. Se asustó mucho cuando le confesé lo que haría, pero entendió que era mi destino y tenia que hacerlo sola. Sakiva parecía estar contenta, rebuscaba en sus estantes y cajones algunos objetos, frascos y un libro. Por mi parte, estaba muy nerviosa, me sudaban las manos y mis piernas estaban temblorosas. Si, si le tenía miedo a lo desconocido, era innegable. ¿Cómo podía dejar de temerle a lo ignoto? Me estaba sumergiendo en un mundo incognito y no sabia cuales serian las consecuencias de ello. Quizá me gustaba calcular y manejar todo lo que sucedía a mi alrededor y por eso estaba aterrada. Porque en este caso, no había forma de saberlo.
—¿Preparada? —preguntó Sakiva, asentí y me levanté de sofá.
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—¡Me niego! ¡No quiero hacer ninguna petición! —exclamo mirándola aterrada y sintiendo doler mi corazón. Muchas lágrimas salen de mis ojos. ¿Cómo es posible que me pida semejante cosa? No lo haría, jamás.—Muy tarde, he sido invocada por ti. —respondió—, Debiste pensarlo mejor cuando decidiste llamarme, tu petición será cumplida. Te veo en ocho meses, Mia. —su llamarada negra apareció envolviéndola y desapareciendo. Grite con rabia al vacío, el aire golpeaba mi rostro con fuerza.—Debiste pensarlo mejor, sobrina. Te dije que ella lo sabe todo—dijo Sakiva, mirándome con pena. —, Si de algo te sirve, yo no puedo tener hijos.—¡Es injusto! ¡No puede quitarme a mi hijo! —respondí con rabia, echándome a llorar con desesperación. &mdash
Finalmente, el gran día había llegado, hoy había luna llena. La primera del mes, estaba muy nerviosa. Sentía corrientes eléctricas por todo mi cuerpo, la ansiedad me estaba carcomiendo viva. Kiriah no se había vuelto a comunicar conmigo, a pesar de que ya estaba despierta, era preocupante según me decían Alessandro y Samuel. Algo no estaba bien y eso era inquietante, la maldición continuaba y temía enloquecer o perder la razón al momento de mi transformación. Quizá era una exageración o alteración, pero sentía que Kiriah estaba molesta por haber hecho caso omiso a su advertencia. Probablemente ella sufría internamente, no entendía aun todo lo relacionado a los lobos. Pero estaba aprendiendo poco a poco, Alessandro me iba orientando sobre la transformación, la historia, la alimentación, los dones y virtudes que teníamos al ser criaturas. M
Kiriah me guio durante todo el camino, conducía por cada calle que ella me indicaba. Le había compartido mi ubicación a Alessandro y le había dicho que podían estar allí. No recibí respuesta alguna de su parte, pero confiaba en que al verlos me seguiría. Comencé a subir por el gran valle, la carretera era un poco antigua y muy rocosa. Los neumáticos resbalaban contra el tan desgastado asfalto, pero haciendo buenos cambios logre llegar hasta la cima. Justo donde mis sueños cobraban vida, donde solía ver a mi abuela. Y claro que desde que había despertado a Kiriah, no volví a tener ninguna pesadilla o ver apariciones. Tampoco había vuelto a soñar con Maggie, quería respuestas que solamente encontraría por mi propia cuenta. A la distancia divisé la antigua y rustica cabaña, lucia de años anteriores, la pintura estaba desgastada y muy sucia,
Era una mañana nublada y lluviosa, el invierno azotaba con fuerza la ciudad. El cambio climático había sido brusco, pero pasar de un sol veraniego a la estación invernal, era mi momento favorito. Amaba los días grises y lluviosos, me gustaba sentir la brisa azotar mi rostro con frescura. Usar ropa abrigada y tomar mucho café. Los días pasaron como un relámpago, la diosa Hécate disfrutaba torturándome en mis sueños. Ya que no logró aterrarme con las apariciones de mi hermano muerto, había logrado manejar mi mente y distinguir la realidad. Pero en mis sueños, se inmiscuía con fervor, haciéndome gritar del dolor en el momento en el que la veía desgarrar mi vientre y robar mi hijo. Otras veces esperaba que naciera y me lo robaba de mis brazos, pero la peor de todas fue cuando la vi arrancarlo de mis entrañas y comérselo. Su manera siniestra de tortur
Dos días habían pasado desde que Alessandro fue arrestado. Dos días en los que me carcomía la cabeza pensando en él y su bienestar. No había noticia alguna suya, Samuel contacto al abogado y solo nos dijo “No puede saberse nada de él, hasta que terminen las acusaciones y lleguen a un acuerdo. Es posible que Alessandro negocie su libertad, entregando a un gran cabecilla de la organización”. Pero claro que eso no pasaría, Alessandro no entregaría a nadie. El era un hombre honorable y muy leal, tenia sus principios muy marcados y siempre me recordaba lo mucho que cuidaba y amaba a su manada. Y lastimosamente todos se encontraban relacionados a esos negocios de mala muerte.Por otra parte, Samuel estaba asumiendo el puesto de Alessandro en todos los negocios. Me preocupaba que le sucediera algo también a él, porque entonces quedaríamos mas solas y desprotegidas. An
Al llegar a la mansión, recibí la mejor sorpresa de todas. Alessandro se encontraba sentado en el sofá de recibimiento, esperándonos. ¡Estaba libre! Sin poder evitarlo, corrí abalanzándome a sus brazos. Bese sus labios con suavidad y no podía dejar de abrazarlo. Fueron dos días, pero se sintieron eternos y muy largos. Al parecer todo estaba mejorando para nosotros, estaba saliendo el sol después de tanta lluvia.—¿Cómo es que estas libre? —pregunte, separándome de él. Y dejando que los demás lo saludaran, en especial Annie. Quien había vuelto a ser igual de risueña sorpresivamente, quizá echaba de menos a Alessandro como todos.—Entregue al cabecilla de la mafia, no era ninguno de mi manada, por supuesto—responde orgulloso—, Lamento decirte que Heather mintió y no hay manera de conseguirte la custodia de
El bonito mes primaveral había finalizado, dando paso al cumpleaños de Annie. Los nervios se encontraban a flor de piel y es que el momento más esperado había llegado. Tuvimos que esperar mitad de mes, para poder llevar a cabo el ritual de la marca. Ya que debe realizarse en la primera luna llena del mes, me encontraba tan nerviosa como esas novias que se casan frente a un altar, podría decirse que se trata de la misma ceremonia o una similar. Todo comenzaba a mejorar, para toda nuestra familia. Poder escuchar a Kiriah, me daba una sensación de tranquilidad y paz. La maldición había desaparecido y mi única preocupación del momento era el nacimiento del bebé que llevaba en mi vientre. Pronto tendría el segundo control prenatal y aunque ya sabía que sería niño, moría porque llegara el momento en que el doctor lo dijera por si mismo.Por otra parte, Shels y Samuel se h
La vida es como un juego de azar, podemos tener la mejor racha y de un momento a otro perderla o bien, podemos llevar una racha perdedora y luego cambiarla a una ganadora. Otra paradoja podría ser que estábamos subidos en un carrito dentro de una montaña rusa, podemos llegar a la cima y luego irnos en picada hasta la parte mas baja. Es la relatividad de lo espontaneo y creativo de la vida, no sabemos nunca cual será nuestra suerte. En mi caso sentía que me encontraba en el ápice de la felicidad, casada y marcada por el hombre de mis sueños, formamos una hermosa familia con mi sobrina y nuestro hijo que no tardaba mucho en nacer, hoy cumplía nueve meses de embarazo. Había tenido mi ultimo control prenatal y podía ser cuestión de minutos, horas, días o semanas para su nacimiento. Lo cual me llenaba de ansiedad, moría por cargarlo en mis brazos y llenarlo de amor. Pero también tenia miedo