Easen parpadeó varias veces, despertándose con el sonido de la televisión encendida. Estaba en el canal especial de las madres, que pagaba especialmente para verlos todos los malditos días, cada segundo que podía, no se despegaba para poder conocer todo sobre la maternidad/paternidad y poder ser un buen esposo, claro que sí, porque Kathy volvería, volvería y le explicaría todo, ella no lo dejaría así, ella se lo prometió y no es mentirosa ¿Verdad? No se atrevería a mentirle ¿No es así?El sonido del llanto del bebé le sacó de su propia ensoñación, observó como la madre, igual de ojerosa que él, se acercaba a la pequeña cuna para hablar con el bebé.—Pequeño..—la madre bostezo al mismo tiempo que él—. ¿Estás despierto otra vez?El bebé como presintiendo que la madre estaba realmente cansada, comenzó a llorar más fuerte. El rostro de la madre se contrajo en una mueca, parecía muy afectada por el llanto.—¿Qué pasa? No te puedo cargar, te volverás malcriado…El estruendo del llanto subió
—¡AAAAAAAGHH!Lo que salió de su boca no fue un grito nada más, más bien es un alarido en todas sus letras. Hacía ya varios minutos habían ingresado en la sala de partos, solo el personal designado, el doctor, el abogado y la parturienta.A pesar de todo, cuando habían llegado, todos abrieron paso a la mujer en trabajo de parto y el personal sin siquiera hacerle preguntas de si el demonio es o no su esposo, la llevaron directamente a la sala. La verdad que aplaudía ese hecho. No todos los hospitales atenderían a un paciente sin antes saber si tiene el dinero suficiente para costear los gastos de internación y de atención a la salud.Volvió a aullar, arqueando la espalda contra la mullida camilla de hospital, moviendo los pies con desespero.Dyson no pudo evitar estremecerse ante los recuerdos. El ambiente, los gritos y gemidos lastimeros le recuerdan tan íntimamente a su hogar que ni siquiera lo considera gracioso.—¡Mierda!—volvió a gritar la pelirroja, el abogado quien está muy cerc
Observa a través del vidrio todavía asombrado, mientras Kathy está descansando en la camilla dentro de una de las habitaciones de recuperación hospitalaria.Extrañamente no quería dejar de observar a las tres bebés en el centro de otros bebés que están en el cuarto de hospital.Si sus colegas lo vieran se burlarían por los siglos de los siglos, por estar vigilando y cuidando de bebés y su jefe ni que decir, no se lo perdonaría. Lo obligaría a quemarse en la fosa infernal solo para su diversión.—Son tan pequeñas, no puedo creerlo.Dyson pudo ver muy bien a las infantes, todas iguales, de piel clara como ambos padres, cabello rubio como el CEO, pero ojos marrones como su madre. Son todas unas preciosuras.—¿Cómo pueden salir semejantes cosas bonitas de alguien como ese ojos de perra?—Recuesta la cabeza contra el vidrio, suspirando, exhausto—. Ni siquiera puedo decirle maldito sin corazón ya que soy testigo de como ha buscado por cielo y tierra a su mujer.Mierda. Ya no parece tan buena
La fiebre de la pelirroja ha estado fluctuando entre muy arriba o muy abajo, no había punto medio, lo que hacía a Dyson querer salirse de su piel humana.Pero finalmente después de tres días, habían encontrado una medicina que funcionaba.Kathy después de muchos días, al fin está durmiendo tan pacíficamente, tan tranquila, él la arropa y suspira mirando hacía el techo. Odiaba pedir favores pero no quedaba de otra, prometió ayudar y proteger y es lo que haría.(...)El penthouse no es nada de otro mundo, vista al mar, habitaciones por doquier, joyas adornando toda la sala, la verdad que el demonio había visto cosas mucho más impresionantes que solo chucherías de un lado a otro.—¿Tú, pidiendo vernos?—el hombre en el sofá individual cruzó las piernas, estirándose como el líder de la mafia, dueño de todo. Lo hacía solo para molestar a Dyson ya que sabía a la perfección que éste odiaba sentirse por debajo de otras personas, por eso detesta pedir favores—. Eso sí que es una verdadera sorpr
No había salido en tanto tiempo que el sol en lo alto del cielo le pareció tan extraño como ver llover desde abajo para arriba. ¿Los árboles siempre fueron así de verdes? ¿El sol tan brillante? ¿Los rayos de éste tan cálidos? ¿El cielo transmitía tanta paz la última vez que salió al exterior?—Huff—se agachó para tapar mejor a sus hijas, el sol para las bebés que aún están muy pequeñas debe ser fatal y ni quiere imaginar las repercusiones. El estómago se le revolvió y le dio una puntada como solía darle en los últimos días. Respirando hondo se tranquilizó, solo es estrés postparto ¿Verdad? Puso una mano en su espalda baja, tratando de aguantar el peso de su estómago ¿Por qué es tan pesado?—Nos iremos pronto, hijas—se colocó detrás del carrito y comenzó a empujar por el sendero del parque a esas horas extrañamente solitario, todavía hablando como si sus bebés la pudiesen entender—. Tal vez nunca regresemos.Lágrimas pican sus ojos al recordar a su esposo.—¿Realmente tú no me pudiste
Kathy abrió la boca dispuesta a gritar y fingir que un hombre extraño del parque quería hacerle daño a ella y secuestrar a sus bebés, sin embargo, el grito que salió fue uno totalmente distinto.Su vientre comenzó a doler tan familiarmente que el miedo anterior volvió lo que hizo que casi se ahogara. Está teniendo cólicos en su vientre a la vez que un ataque de ansiedad.Easen no sabía qué hacer ni entendía qué estaba pasando.—¿Qué? ¿Qué pasa? Kathy háblame.Easen se agachó a su lado, observando a las bebés y a la vez a la madre.Kathy eso es lo que no puedo hacer, hablar. Los cólicos no son el problema sino lo que le está impidiendo respirar.Sensaciones de una catástrofe inminente, dificultad para respirar, dolor en el pecho y los latidos rápidos, fuertes, como aleteos de un pterosaurios. ¡Su mujer está teniendo un ataque de ansiedad! Y lo sabe a la perfección porque él pasó lo mismo casi todos los días desde que Kathy desapareció de su vida, por lo que pudo reaccionar rápidamente
Easen en cuanto arrancó el auto y avanzaron unos metros no pudo aguantarse ni mordiéndose la lengua, por lo que preguntó fijándose de reojo en las reacciones de su esposa sin apartar completamente la vista de la carretera extendiéndose frente a ellos. Algo muy irresponsable a decir verdad.—¿S-son-...?—carraspeó al darse cuenta de que su voz le iba a fallar como puberto—. ¿Son míos? Quiero decir, ¿Son mis hijos?—Hijas—corrigió y chilló tirando la cabeza hacia atrás, llevándose consigo un pedazo de cuero del asiento, los cólicos iban en aumento—. No, claro que no, son del fontanero que venía a arreglar las tuberías de mi salón de pinturas cuando te ibas a trabajar muy temprano y llegabas tan tarde—Easen arrugó el entrecejo ante la imagen mental. Quedó más que claro que hizo una pregunta totalmente estúpida, molestando a su esposa y que ese no era el caso, sin embargo, el gusano de los celos ya había clavado su aguijón—. Eres un idiota si no te has dado cuenta del cabello rubio que car
Kathy está nerviosa hasta los cabellos de su cabeza; su marido venía a verla a la noche, la cuidaba y se iba muy temprano.Cómo en los viejos tiempos, pensó.Sin embargo la diferencia era que Easen no la habló más que para lo esencial, para preguntar cosas como: ¿Quieres que te coloque mejor la camilla o la almohada? O ¿Quieres puré de papas para el desayuno? Pero jamás respondía a lo que Kathy preguntaba y está bien, ella sabe que había fallado como él también. Ambos tenían la culpa y si su marido está dispuesto a aceptarlo, ella lo hará también.Después de varios días, al fin hoy es su día de alta, está bastante feliz, Easen vino a recogerla sin sus trillizas, probablemente estén con Dyson, con su hermano autoproclamado. Aún se reía con eso.Subieron al automóvil, ella con sumo cuidado ya que su herida aún seguía abierta por más que esté cocida y Easen cargando a los trillizos, ya que sí, había dado a luz un mes antes a trillizas y ahora a trillizos. Muy genial y fantástico cuando e