Los tres días pasaron volando, los preparativos ya estaban prácticamente completos, la mayoría de las personas confirmaron su presencia por la noche por lo que Kathy tenía sus nervios a flor de piel.—¿Qué te trae tan apurada, cuñada?—Argo comía chocolate mientras miraba algo en su celular—. Puedo prácticamente sentir las palabras saliendo de tu cabeza.—No lo sé, Argo—estrujó sus dedos con nerviosismo —. ¿Qué pasa si faltan las bebidas? ¿O si se acaba el postre? ¿O si no les gusta la decoración? ¿O la comida…?Argo se atragantó por lo que Kathy tuvo que parar su diatriba para poder ayudarlo, palmeando suavemente su espalda.—Sentía que me asfixiaba por un segundo.—Claro, comer chocolate rápidamente…—Me refería a ti, cuñada—Argo bajo la tableta de chocolate encima del mesón—. ¿De qué te preocupas tanto? Las bebidas no faltarán ni aunque los invitados las roben, lo cual quiero creer que no harán. Tampoco se va a acabar el postre porque el cocinero estará esperando en la cocina—Argo d
Una gran parte de la diversión del hermano del medio consistía en mirar a todas las personas llegar y a medida que pasaban las horas observar como las acciones cambiaban en consecuencia de cuántos tragos habían consumido.Él mismo había probado uno que otro trago pero muy a diferencia de su hermano mayor, podía probar muchos más antes de quedar fuera de juego.Aún sentado, su mente viajó a esa mujer esbelta pero caprichosa, que cuando se vieron por segunda vez le recriminó por el hecho no haberle contactado.¿Por qué debería haberlo hecho? Él claramente había pedido consentimiento para poder obtener su número de celular y seguir viéndose pero ella con una carcajada se había negado. Debía admitirlo: fue un duro golpe a su orgullo.Había llegado a casa y lamentado ese hecho, sin embargo no fue nada de otro mundo ya que siguió con su camino, pero al parecer, la mujer había estado esperando que él insistiera o luchara para contactarse.Un nervio hizo saltar su ojo derecho. ¿Insistir? Abs
Almer disfrutó tantísimo ese gemido que se tragó al besar a una loca desquiciada con un diminuto vestido azul rey.Habían encontrado una habitación libre por suerte del destino en dónde todavía estaban las sábanas intactas y oliendo a limpio.Subió la mano por debajo del dobladillo del vestido para amasar con vehemencia su trasero redondeado.La acostó sobre la cama, admirando el deseo brillando en sus ojos.Mierda.Estaba tan abrumado por Vick que había olvidado el mayor problema de toda esta jodida situación. Y juró que si intentaba hacer algo para lo que Vick no estuviesepreparada o no le hubiera dado permiso expresamente…Pero antes de poder decir una palabra, Vick alargó el brazo y tomó la mandíbula de Almer con su mano, dirigiendo su cara hacia la de ella.Después del arrebato de la mañana de hace tres días donde le dejó todo claro, se prometió a sí mismo que haría cualquier cosa que ella quisiera, sin importar lo que esto fuera. Era su elección y se la respetaría.Así que sigu
Ann estaba pensando seriamente si su plan funcionaría como lo tenía previsto o si solo estaba perdiendo inútilmente su tiempo.Tenía algo en mente y ese algo era atrapar a un mocoso malcriado llamado Argo Merph. Todavía le causa algo de escalofríos ser consciente de que tiene el mismo apellido que el marido de su mejor amiga sin embargo, ella no lo sabía cuando se enrolló con él.¿Hubiera sido diferente si sabía su apellido desde un principio? Absolutamente no.Lo hubiese hecho de todas formas, simplemente tendría más tiempo de asimilar que se había acostado con el hermano menor del CEO, dueño de medio país y que la familia prácticamente tenía influencias hasta en el más allá.Esa mañana cuando Argo había partido rumbo a su propia casa para poder prepararse para esta noche, a Ann casi se le cae la mandíbula, estupefacta en cuanto Kathy le entregó el vestido con su color favorito y unos zapatos de infarto.El primer infarto que tuvo fue porque se dio cuenta de que el vestido era de ed
Eso fue el colmo. Totalmente. Apretando los puños se dio la vuelta complemente, aguantando la ira que se avecinaba como una tormenta con tornado y lo enfrentó.—Haz lo que quieras—se obligó a sonreír—. Pero si luego vienes llorando a mí, no tendré compasión. Te tendré de rodillas por mí.Sin esperar respuesta se perdió entre la gente y Argo gimió tapándose la cara.Eso fue estúpido, y lo dejó completamente caliente.Ahora está caliente y frustrado.Obviamente no estaba hablando en serio, podría ser un mentiroso, mujeriego y tóxico pero jamás, jamás mostraría a nadie una foto que una mujer le tuvo la confianza de mandárselo. Pensaba que así la haría correr a sus brazos, no podía haber estado más equivocado.Se quedó tanto tiempo divagando que la perdió de vista, la buscó y tiempo después la encontró con una botella en la mano y perreando sucio y duro hasta el piso.Ese vestido le queda como si fuera la Diosa de la lujuria, sus caderas se movían al compás de la música, de un lado a otr
Easen y Kathy sentados en el sofá, coqueteando como jóvenes adolescentes es todo lo que está bien en la vida.Sabían con certeza de que tendrían que limpiar todo el desastre que las personas estaban haciendo por todos lados y ni imaginar los dormitorios que llegaron a abrir en el piso de arriba.Nada de eso importaba ahora, estaban juntos y felices. Incluso había visto que sus mejores amigas ya se habían perdido para ir con los hermanos de su marido, a la mañana les exigiría detalles, les sacaría palabra por palabra, y no es que sea chismosa, simplemente que las noticias le atraen mucho.La música seguía fuerte, el alcohol todavía se pasaba de mano en mano, incluso la misma Kathy quiso probar un solo trago, a lo que su esposo se lo prohibió terminantemente. Según sus propias palabras "Mi bebé no va a probar ni una sola gota de alcohol hasta que cumpla la mayoría de edad"Kathy rió, fuerte y claro. Casi pareciese que él está embarazado y no ella.Pero le dio gracias, mentalmente. Ya
Amanda chasqueó la lengua. No está enojada, está furiosa.¡Cómo se atreve! ¡Cómo se atreve esa zorra a traicionarla de esa manera!Cuando su hija le había comunicado que había encontrado a una artista que plasmaba sus sentimientos y emociones casi a la perfección se burló de Ara, diciendo que eso era imposible.Sin embargo, cuando le mostró el cuadro pintado por ella, quedó con la boca abierta. ¿Cómo podía alguien transmitir tantas cosas solo con unos cuantos trazos aquí y allá? Parecía que la artista retrataba lo que ella sentía casi como si fuera Amanda misma quien pintara.El mural fue todo un éxito. Todo el mundo preguntando quién es la artista, dónde vive, dónde pueden encontrar más trabajos suyos, etc. Siendo sincera, Amanda no se los dijo por egoísmo, porque quería ser la única en tener ese tipo de arte en su restaurante. Por primera vez, quería ser única en algo, ser conocida por algo que la hacía sentir especial en su propio mundo abstracto.No le pareció raro que la artista
Easen quiso correr detrás de su esposa, sin embargo sus piernas no le hacían caso para nada, volteó a ver a la mujer que estaba soplando sus uñas, sin importarle en lo más mínimo su media desnudez.—¡Qué putas hiciste!—gruñó aún cuando su cabeza la sentía por explotar o levitar a otro continente.—¿Yo?—se acercó a él, sin embargo Easen la empujó con fuerza a la cama en dónde rebotó y lo miró con los ojos más irritados de la vida—. Uy, no sabía que todavía querías hacerlo, cariño—Amanda fingió una sonrisa, ya que le había molestado que la haya tirado de esa manera y rechazado sin pudor alguno—. En primer lugar yo no hice nada, en segundo lugar—vió cómo Easen estaba por salir así mismo del dormitorio—. ¿Vas a ir con el pene duro como una roca al aire? ¿Acaso quieres sacarle el ojo a alguien con esa cosa?Easen maldiciendo a todos los dioses y especialmente a una humana, que la estaba mirando astuta como una zorra desde la cama, se puso como pudo su ropa, y corrió, buscando desesperadame