Ann estaba pensando seriamente si su plan funcionaría como lo tenía previsto o si solo estaba perdiendo inútilmente su tiempo.Tenía algo en mente y ese algo era atrapar a un mocoso malcriado llamado Argo Merph. Todavía le causa algo de escalofríos ser consciente de que tiene el mismo apellido que el marido de su mejor amiga sin embargo, ella no lo sabía cuando se enrolló con él.¿Hubiera sido diferente si sabía su apellido desde un principio? Absolutamente no.Lo hubiese hecho de todas formas, simplemente tendría más tiempo de asimilar que se había acostado con el hermano menor del CEO, dueño de medio país y que la familia prácticamente tenía influencias hasta en el más allá.Esa mañana cuando Argo había partido rumbo a su propia casa para poder prepararse para esta noche, a Ann casi se le cae la mandíbula, estupefacta en cuanto Kathy le entregó el vestido con su color favorito y unos zapatos de infarto.El primer infarto que tuvo fue porque se dio cuenta de que el vestido era de ed
Eso fue el colmo. Totalmente. Apretando los puños se dio la vuelta complemente, aguantando la ira que se avecinaba como una tormenta con tornado y lo enfrentó.—Haz lo que quieras—se obligó a sonreír—. Pero si luego vienes llorando a mí, no tendré compasión. Te tendré de rodillas por mí.Sin esperar respuesta se perdió entre la gente y Argo gimió tapándose la cara.Eso fue estúpido, y lo dejó completamente caliente.Ahora está caliente y frustrado.Obviamente no estaba hablando en serio, podría ser un mentiroso, mujeriego y tóxico pero jamás, jamás mostraría a nadie una foto que una mujer le tuvo la confianza de mandárselo. Pensaba que así la haría correr a sus brazos, no podía haber estado más equivocado.Se quedó tanto tiempo divagando que la perdió de vista, la buscó y tiempo después la encontró con una botella en la mano y perreando sucio y duro hasta el piso.Ese vestido le queda como si fuera la Diosa de la lujuria, sus caderas se movían al compás de la música, de un lado a otr
Easen y Kathy sentados en el sofá, coqueteando como jóvenes adolescentes es todo lo que está bien en la vida.Sabían con certeza de que tendrían que limpiar todo el desastre que las personas estaban haciendo por todos lados y ni imaginar los dormitorios que llegaron a abrir en el piso de arriba.Nada de eso importaba ahora, estaban juntos y felices. Incluso había visto que sus mejores amigas ya se habían perdido para ir con los hermanos de su marido, a la mañana les exigiría detalles, les sacaría palabra por palabra, y no es que sea chismosa, simplemente que las noticias le atraen mucho.La música seguía fuerte, el alcohol todavía se pasaba de mano en mano, incluso la misma Kathy quiso probar un solo trago, a lo que su esposo se lo prohibió terminantemente. Según sus propias palabras "Mi bebé no va a probar ni una sola gota de alcohol hasta que cumpla la mayoría de edad"Kathy rió, fuerte y claro. Casi pareciese que él está embarazado y no ella.Pero le dio gracias, mentalmente. Ya
Amanda chasqueó la lengua. No está enojada, está furiosa.¡Cómo se atreve! ¡Cómo se atreve esa zorra a traicionarla de esa manera!Cuando su hija le había comunicado que había encontrado a una artista que plasmaba sus sentimientos y emociones casi a la perfección se burló de Ara, diciendo que eso era imposible.Sin embargo, cuando le mostró el cuadro pintado por ella, quedó con la boca abierta. ¿Cómo podía alguien transmitir tantas cosas solo con unos cuantos trazos aquí y allá? Parecía que la artista retrataba lo que ella sentía casi como si fuera Amanda misma quien pintara.El mural fue todo un éxito. Todo el mundo preguntando quién es la artista, dónde vive, dónde pueden encontrar más trabajos suyos, etc. Siendo sincera, Amanda no se los dijo por egoísmo, porque quería ser la única en tener ese tipo de arte en su restaurante. Por primera vez, quería ser única en algo, ser conocida por algo que la hacía sentir especial en su propio mundo abstracto.No le pareció raro que la artista
Easen quiso correr detrás de su esposa, sin embargo sus piernas no le hacían caso para nada, volteó a ver a la mujer que estaba soplando sus uñas, sin importarle en lo más mínimo su media desnudez.—¡Qué putas hiciste!—gruñó aún cuando su cabeza la sentía por explotar o levitar a otro continente.—¿Yo?—se acercó a él, sin embargo Easen la empujó con fuerza a la cama en dónde rebotó y lo miró con los ojos más irritados de la vida—. Uy, no sabía que todavía querías hacerlo, cariño—Amanda fingió una sonrisa, ya que le había molestado que la haya tirado de esa manera y rechazado sin pudor alguno—. En primer lugar yo no hice nada, en segundo lugar—vió cómo Easen estaba por salir así mismo del dormitorio—. ¿Vas a ir con el pene duro como una roca al aire? ¿Acaso quieres sacarle el ojo a alguien con esa cosa?Easen maldiciendo a todos los dioses y especialmente a una humana, que la estaba mirando astuta como una zorra desde la cama, se puso como pudo su ropa, y corrió, buscando desesperadame
Easen despertó con un fuerte dolor de cabeza, parpadeó varias veces intentando enfocarse a su alrededor.—Despierta, Easen.Se incorporó como pudo y se fijó a su alrededor. Todo blanco, aroma a desinfectante, el aire frío. Gimió en voz alta, tapándose la cara con irritación.—¿Qué hago en un jodido hospital?En ese momento ingresó Argo, con dos cafés en la mano.—Eso mismo estábamos esperando a que nos expliques. ¿Por qué tuvimos que arrastrar tu trasero peludo hasta acá? Como si fueras…—Cuidado con lo que dices, mocoso; voy a arrancarte los dientes para mostrarte respeto a tus mayores—gruñó el hermano mayor.Argo tensó su cuello, sin embargo ofreció un café a Almer que lo aceptó con gusto y luego utilizó la silla en el opuesto más alejado de Easen, cerrando la boca.Obviamente que el hermano mayor se dio cuenta de eso, pero no diría nada, por ahora. Hay cosas más importantes que tratar. —¿Dónde está mi esposa?—El CEO se rascó la mano y recién en ese momento se enteró de que tenía u
—No quiero hablar contigo, madre.Easen ordena con paciencia las hojas frente a su escritorio, tratando de que no se le junte nada.—Hijo, solo escucha…Cerró con fuerza el puño.—¿Por qué debería? —¡Por que soy tu madre! ¡Por eso!—Por que eres mi madre, no te estoy echando de mi oficina. Estoy trabajando, hay un montón de cosas que debo corregir y ordenar pero tú estás aquí interfiriendo.—¡No te atrevas a hablarme en ese tono, Easen Merph!—lo señaló con un dedo—. Aún puedo ponerte en mis rodillas y enseñarte el respeto, mocoso.El CEO suspiró y dejó a un lado los papeles importantes. Todavía falta firmarlos pero lo haría luego de que madre se fuera de la oficina. Cerró los ojos un momento, masajeando la zona ocular, le dolían y le picaban, probablemente sea por que todavía no ha podido tener un descanso correcto. ¿O probablemente se esté quedando ciego con el tiempo que pasa frente a una laptop? Quién sabe.—No has dormido en dos semanas desde que esa…—el hombre miró a su madre c
Cuatro meses más tarde."—Que buen bebé—la madre de la televisión tiene unos brazos largos y delicados, justo como ella—. Estás comiendo bastante bien"Easen miró la televisión, con pesar. Se tomó todos esos meses viendo programas de maternidad y paternidad para primerizos, imaginando la barriga de su esposa, quizás caminando como pato por aquí y por allá. Yendo al baño cada cinco minutos como decían en esos programas y colocando una mano en su cintura baja, tratando de aguantar el peso extra.¡Qué imagen más adorable!"—¿Ya estás lleno?—el bebé agitó las manos mientras la madre quitaba de su boca el biberón ya vacío. Lo colocó sobre su hombro y se puso de pie, para darle pequeñas palmaditas en su espalda. Es una técnica para sacar sus gases—. ¿Quién es un buen niño?—le habla con una dulzura envidiable—. Así es, tú eres un buen niño"Bajó al pequeño bebé en su cuna y le ofreció un chupete que el niño aceptó gustoso. Sus ojos parecían brillar de felicidad y los sonidos que hacía al suc