—La pelirroja nos encargó que tenemos que dejar impecable su estudio y lo entiendo ya que está de vacaciones en esa casa de campo que le compró el CEO pero…Ann mira la enorme sala completamente hecha un desastre.—¡Por qué tenía que ser tan desordenada! ¡Esto está hecho una catástrofe!Vicky terminó por Ann.—Tiene pintura seca aquí y allá, lienzos por el suelo y otras pinturas llenas de manchas ¿El arte tiene que verse tan desordenado?—No—se quejó, Vicky—. Es que la hiperactividad de la pelirroja le impide dejar las cosas en su lugar.—Vale, entonces manos a la obra.(...)Después de varias horas de limpieza y muchos trapos usados, por fin terminaron de limpiar el estudio. Colocaron todas las pinturas en su lugar, ordenaron los espacios, barrieron la suciedad e incluso repasaron el piso.—¿Por qué Easen no pudo contratar una jodida empleada para estos quehaceres?Vicky seguía quejándose hasta después de horas de haber empezado.—Kathy no quiere que gaste su dinero a lo loco, por es
Las cuatro personas están sentadas frente a frente en el sofá, separadas por una mesa.—¿Entonces todo fue mentira?Argo fulmina a Almer con la mirada para que sea honesto. Almer rueda los ojos.—Sí, como te dijo Argo, solo comenté eso para molestarlo, ya que si te enojabas con él lo consideraría una victoria.Ann asintió para dar a entender que comprendía.—Lo único que es verdad ahí, es lo del programa francés. De verdad no sabe hablarlo y utiliza palabras random por que le encantó.—Siendo así y cambiando de tema—observó que Vick está inusualmente callada—. ¿Los hermanos Merph?—Ellos mismos—Argo se recostó en el sofá, estirando las piernas. Debe admitir que solamente cambió de posición para que Ann lo mirara, sin embargo ese no fue el caso.—Vick ¿Qué piensas?—Pienso que esto es una puta mierda—comenta totalmente sincera, bajando la mano que tenía en la boca para morder sus uñas—. ¿Cómo es posible que justamente las tres amigas nos hayamos encontrado con tres hombres y que ellos
Entre risas y coqueteos el par de tortolitos felices de la vida regresan a su casa para seguir con su rutina.Easen frena de golpe frente a la puerta y arruga el entrecejo. ¿Son voces las que escucha a través de la puerta? ¿Son varias?Kathy se da cuenta de su error. No había avisado a su marido que sus amigas estarían en la mansión, limpiando su sala de pinturas.—No es nada, no te preocupes—toca el antebrazo de su marido—. Son simplemente mis amigas, que les pedí de favor que limpiaran la sala en donde trabajo.—Me hubieras dicho—Easen hizo una mueca —. Bien podría haber contratado a una empleada que ayude en esos quehaceres…—¿Y que gastes un dineral en limpiar unas cuantas cosas?—Kathy niega con la cabeza—. Mis amigas son buenas y acceden fácilmente, además, fue solo por los días en que nos fuimos, yo soy muy ordenada.—¿Ordenada? —Easen sonríe, burlón —. Querrás decir…Ambos callan en cuanto se escuchan voces masculinas.—No me dijiste que iban a traer a sus novios.Kathy frunce
—¿Debería preocuparme que las tres parejas que se reunieron esa noche, hoy están reunidas en la sala de mi casa?—Creo más bien que deberías preocuparte por saber a quienes invitar—contestó Kathy—. ¿Al menos tienes idea de quiénes vendrán?Easen asintió. Era una total mentira, dejaría que Argo y Almer se encargaran de eso.—¿Cuándo planean hacerla?—Más o menos para dentro de tres días—Argo está más que emocionado. Que su hermano mayor haya accedido era más que un premio para él—. No quiero esperar a que cambies de opinión.El CEO no podía culparlo, si fuese en otra situación ya había cancelado todo el plan y mandando todo por un tubo, sin embargo el entusiasmo de su amada le hizo cambiar de opinión.—Bien, creo que esto se debe hacer…Kathy esperó a que se desate un debate entre los tres hombres para hablar en susurros con sus amigas.—Tengo que irme chicas.—¿Qué? Pero si acaba de llegar.—Ann tiene razón—. Apoyó Vick—. Queríamos hablar de nuestras cosas un poco más….Kathy negó, co
Los tres días pasaron volando, los preparativos ya estaban prácticamente completos, la mayoría de las personas confirmaron su presencia por la noche por lo que Kathy tenía sus nervios a flor de piel.—¿Qué te trae tan apurada, cuñada?—Argo comía chocolate mientras miraba algo en su celular—. Puedo prácticamente sentir las palabras saliendo de tu cabeza.—No lo sé, Argo—estrujó sus dedos con nerviosismo —. ¿Qué pasa si faltan las bebidas? ¿O si se acaba el postre? ¿O si no les gusta la decoración? ¿O la comida…?Argo se atragantó por lo que Kathy tuvo que parar su diatriba para poder ayudarlo, palmeando suavemente su espalda.—Sentía que me asfixiaba por un segundo.—Claro, comer chocolate rápidamente…—Me refería a ti, cuñada—Argo bajo la tableta de chocolate encima del mesón—. ¿De qué te preocupas tanto? Las bebidas no faltarán ni aunque los invitados las roben, lo cual quiero creer que no harán. Tampoco se va a acabar el postre porque el cocinero estará esperando en la cocina—Argo d
Una gran parte de la diversión del hermano del medio consistía en mirar a todas las personas llegar y a medida que pasaban las horas observar como las acciones cambiaban en consecuencia de cuántos tragos habían consumido.Él mismo había probado uno que otro trago pero muy a diferencia de su hermano mayor, podía probar muchos más antes de quedar fuera de juego.Aún sentado, su mente viajó a esa mujer esbelta pero caprichosa, que cuando se vieron por segunda vez le recriminó por el hecho no haberle contactado.¿Por qué debería haberlo hecho? Él claramente había pedido consentimiento para poder obtener su número de celular y seguir viéndose pero ella con una carcajada se había negado. Debía admitirlo: fue un duro golpe a su orgullo.Había llegado a casa y lamentado ese hecho, sin embargo no fue nada de otro mundo ya que siguió con su camino, pero al parecer, la mujer había estado esperando que él insistiera o luchara para contactarse.Un nervio hizo saltar su ojo derecho. ¿Insistir? Abs
Almer disfrutó tantísimo ese gemido que se tragó al besar a una loca desquiciada con un diminuto vestido azul rey.Habían encontrado una habitación libre por suerte del destino en dónde todavía estaban las sábanas intactas y oliendo a limpio.Subió la mano por debajo del dobladillo del vestido para amasar con vehemencia su trasero redondeado.La acostó sobre la cama, admirando el deseo brillando en sus ojos.Mierda.Estaba tan abrumado por Vick que había olvidado el mayor problema de toda esta jodida situación. Y juró que si intentaba hacer algo para lo que Vick no estuviesepreparada o no le hubiera dado permiso expresamente…Pero antes de poder decir una palabra, Vick alargó el brazo y tomó la mandíbula de Almer con su mano, dirigiendo su cara hacia la de ella.Después del arrebato de la mañana de hace tres días donde le dejó todo claro, se prometió a sí mismo que haría cualquier cosa que ella quisiera, sin importar lo que esto fuera. Era su elección y se la respetaría.Así que sigu
Ann estaba pensando seriamente si su plan funcionaría como lo tenía previsto o si solo estaba perdiendo inútilmente su tiempo.Tenía algo en mente y ese algo era atrapar a un mocoso malcriado llamado Argo Merph. Todavía le causa algo de escalofríos ser consciente de que tiene el mismo apellido que el marido de su mejor amiga sin embargo, ella no lo sabía cuando se enrolló con él.¿Hubiera sido diferente si sabía su apellido desde un principio? Absolutamente no.Lo hubiese hecho de todas formas, simplemente tendría más tiempo de asimilar que se había acostado con el hermano menor del CEO, dueño de medio país y que la familia prácticamente tenía influencias hasta en el más allá.Esa mañana cuando Argo había partido rumbo a su propia casa para poder prepararse para esta noche, a Ann casi se le cae la mandíbula, estupefacta en cuanto Kathy le entregó el vestido con su color favorito y unos zapatos de infarto.El primer infarto que tuvo fue porque se dio cuenta de que el vestido era de ed