—Qué sonrisa tan radiante ¿Algo bueno para contar? —se presenta Daniel cómo siempre para saber de su hermano.—Ayer tu hermano recuperó sus fuerzas y pasó una tarde ardiente junto a su esposa.—¡Noo! Qué alegría. —se acercó para felicitarlo.—Eso no es todo. Mira esto. —él le muestra a su hermano que ya volvió a recuperar la movilidad en sus dedos y rodillas.—Qué gran noticia. Te dije que si ponías de tu parte esto podría ser posible.—Ayer le agradecí a April. Ella pasó todo el proceso a mi lado y me ayudó bastante.—Ustedes se ven muy bien juntos ¿Que sientes por ella? —¡Ah no! Ni pienses que por sentir cosas y volverte un hombre serio, todos haríamos lo mismo.—¿Me vas a decir que no sientes nada por ella?—"Placer" estar con ella en la cama es delicioso y adictivo.—Pienso que puede ser más allá del placer. —él lo mira directo y Óscar solo ríe.—Cuando tenemos a la persona correcta a nuestro lado, debemos cuidar de ella, pues es una oportunidad que se logra una sola vez en la vi
¡Ring, Ring, Ring!—Hello. —respondió Sarah acabando de abrir los ojos a las 6:00 AM.—Mi chofer irá a recogerte. La semana pasada no pude verte y no pienso esperar más.Después de decir esas palabras, él cerró la llamada y cuando ella observó por la ventana ya estaba su chófer. Ella tomó un baño rápido con esencias de vainilla y de inmediato se marchó —¡Al cuarto de juego! —le ordenó en cuanto la vio llegar.—Si mi amo.Ella se fue sola y encontró una nota en la puerta.Nota:Quita toda tu ropa, debes usar el perfume que está sobre la cama y viste con lo que encontrarás allí.—¡Maldita seas! —se lamenta y solo deseaba desaparecer cada vez que le tocaban esos encuentros tan desagradables para ella.Trata de poner su mente en blanco y camina hasta la cama, dónde queda muy sorprendida al ver que el perfume era de hombre y sobre la cama había un cinturón con un consolador (cinturón Levítico) ¿Por qué demonios él quería usará eso? ¿Acaso deseaba ser penetrado? Ella se quedó con miles de
Daniel no se detuvo y al día siguiente, a primera hora en la mañana abordó un avión y se reencontró con Sabrina. Sus miradas se encontraron y ella no logró controlar las lágrimas, pues pensaba que no sería posible volver a verlo jamás y allí estaba, esperando ser recibido. Ella, sin seguir pensándolo, corrió y lo besó mientras las lágrimas seguían cayendo sin control.—Espera, espera... ¿Por qué estás triste? Hoy es día de estar feliz.—No. No deberías de estar aquí. Yo...—Tú eres el motivo por el cual estoy aquí. No quiero escuchar cosas negativas. Yo vine a encontrarme contigo y solo quiero hacerte feliz ¿Pensaste lo que deseas hacer en estos dos días que estaremos disfrutando al máximo antes de nuestro regreso?Ella lo miró una vez más y luego se acercó y lo volvió a abrazar. —Aunque solo sea los dos sentados en el parque del hospital, en tu compañía todo es más llevadero.—Pues te cuento que no será en el parque del hospital, ya que te irás conmigo y regresaremos cuando mi amigo
—Hoy se presenta tu nuevo doctor e iniciaremos con los preparativos del viaje.Sabrina lo mira confundida. —¿De verdad quieres esto para ti? Te recuerdo que eres joven y no es tu carga.—No serás una carga. Eres y serás mi amor, y si estoy aquí es por qué estoy seguro y convencido de lo que quiero, y lo que quiero, eres tú.—¡No lo sé Daniel!—¿Qué no sabes? ¿No sabes lo que sientes y quieres?—No quiero sufrir, no quiero ser más una carga.—¿No estás segura de permanecer a mi lado y que sanemos juntos?—¿De dónde salió ese amor? —le pregunta en forma de reproche y sacando de adentro todo lo que estaba sintiendo en ese momento.—De aquí —le responde después de llevar la mano de ella a su pecho. —Todo lo que viví contigo fue lo que me trajo hasta aquí. No te niego que peleé en contra de los sentimientos, pero perdí, perdí y me di cuenta de que te necesito en mi vida. —Tengo miedo. —expresó llorando. Él la llevó a su pecho. —Tengo miedo de que no sea una buena decisión.—No nos debemos
El lunes de esa semana, cuando Sarah se dirigió a su trabajo, la recibieron con su carta de despido. Ella reaccionó muy asombrada, pues estaba en ese lugar por recomendación de su marido. Pero no objetó ni pronunció palabras, ella limpió su escritorio y regresó a casa sin saber que se llevaría la sorpresa de encontrarse con él a su llegada.—Bien, estaba esperando tu regreso.—¿Estás al tanto de lo que acaba de suceder?—Yo mismo hablé con mi amigo para que esto fuera posible.Ella se mostró sorprendida y confundida. —¿Qué pasa?—Pasa, que yo me enteré, que en cuanto me marché, fuiste a reunirte con tu amiguita. ¿Qué te había dicho sobre eso? —la mira fija y severo.—Tenía meses sin verla, pero te puedo asegurar que no le dije nada acerca de nuestro contrato. Solo fui a saludar.—¿Qué parte de "no desobediencia" no entendiste?Ella solo bajó la mirada. —Te quedarás sin trabajo como castigo a la desobediencia y te informo que esta noche es de orgía, debes estar preparada.—¿Orgía?—Est
Sarah pasó la tarde de un lado para otro pensando en cómo pondría una trampa para salir de la asfixiante decisión que tomó. Ella toma el celular y hace un pedido virtual que no tardó mucho tiempo en recibir. Compró unas cámaras diminutas que podían grabar hasta por 10 Hora seguidas gracias a su potente pilas. Ella creó un usuario nuevo y lo colocó de referencia para enviar lo que ya él le había informado que tenía en mente realizar. La primera que instaló fue la del cuarto de juego, una en el pasillo y la última con acceso a mirar hacia la puerta principal.—¿Qué haces? —escuchó la voz ronca de Philips que había llegado en ese momento.—Nada. —respondió de inmediato tratando de ocultar los nervios.—Veo que ya estás lista, espero que sea por entusiasmo y no por querer conquistar a uno de los amigos que nos acompañarán esta noche.—¿De dónde sacas todo este horror? ¿Cómo llegaste hasta aquí?—Estoy de buen humor y te contaré mi historia. Cuando era pequeño fui abusado sexualmente por a
—¡Hermana! —April recibe con gran alegría a Sabrina. Se preocupa en cuanto la ve algo delgada, pero igual su emoción es grande después del tiempo que estuvieron separadas.—Tenía tanto deseo de volver a reunirme contigo que no lo creo.—Yo igual, estaba ansiosa de verte.Sabrina acarició el rostro de April y sintió la tristeza marcada en sus ojos. Así que decidió apartarse para conversar en privado y dejar a Óscar con Daniel. —¿Te sucede algo? Te veo diferente y notó una tristeza en tu mirada, estoy segura que antes no existía.—Es todo por el tema que ya conoces bien. No imaginas el deseo que tengo de salir de este laberinto.—He aprendido con mi enfermedad, que mientras más te lamenta y desea que termine, más se prolonga. Tú me habías dicho que lo tenías todo controlado cuando tomaste la decisión.—¿Cómo podía imaginar que ese hombre es de acero inoxidable? Siento que mi corazón se está llenando de odio. —¿Odio? —pregunto de inmediato —Imaginas creer, amar a alguien y al final res
Óscar se sentó sobre la cama y escuchó cuando ella le gritó. No sabía cómo sentirse en ese momento, pues aunque hizo lo que planeaba hacer, no se siente como debería hacerlo. En un impulso se acercó a la puerta para ir tras ella, pero se detuvo y no lo hizo. Él cerró sus ojos fuertes, y luego entró a la ducha a tomar un baño de agua fría.—¿Qué te sucede Óscar? Tienes que estar feliz. Esto lo planeaste muy bien. ¡Vamos arriba!Él piensa para sí mismo mientras siente una sensación extraña que nunca antes sintió, y es cuando empieza a recordar la conversación que sostuvo con su hermano en el momento que April estaba reunida con Sabrina la noche anterior.*Flashback*—Mira lo que acabo de comprar ayer en la noche. Ya es un hecho, mi próximo destino será "Ámsterdam" —le muestro la configuración de vuelo y mi reservación en un hotel del famoso del "barrio rojo"—Esto no tiene nombre. ¿Qué harás con tu apuesta? ¿Piensas hacer lo mismo que hiciste cuando te fuiste a Hawái?—No. —le respondo