-Vamos a la playa el domingo, tu, el bebé y yo –Invitó Alberto. -¿Llevaremos a Leander a agarrar sol? -¿O lo dejamos con la niñera? –Respondió con otra pregunta para dar otra opción. -Nos llevamos a la niñera también –Marián sonrió- Si tengo al niño en los brazos no podré nadar bien. -Me parece bien, así también tendremos un momento juntos los dos. -¿Para qué? ¿Para hacer una competencia de natación? –Preguntó como si no lo supiera. -Para darnos otros besitos –Él le dio un piquito a Marián sin importar que ella estuviera con un bocado a la boca. Lo que le dio fue por reírse y Alberto también soltó carcajadas. Un repique en el celular de Alberto produjo que él hiciera una expresión complicada. -No me dejan tranquilo ni en mi hora de descanso –lo dijo serio. -Vas a tener que apagarlo cuando salgas de la oficina. -Debería –Sonrió- Tengo que resolver unos asuntos, nos vemos –le dio un beso en la mejilla de Marián y se aproximó a salir por la puerta de la habitación. Su expresión
El olor a perfume de caballero se esparce por toda la oficina, provino del cuerpo del socio que siempre andaba bien vestido; él le entregó unos papeles a Sara y salió para continuar hablando a través de su celular, ella, su asistente después de revisar las hojas le muestra unos planos, y le acerca unos crayones de colores.-Esto, ¿para qué? -Preguntó Marián sin entender, no había escuchado la conversación de Alberto, estaba distraída pensando en que debió haber alguna razón para que Rocío se comportara de esa manera con ella, y a su mente llegó aquella frase. ‘‘Si no lo sabes, no te lo ha dicho. Pregúntale’’- Debo hacer una llamada –Se levantó de la silla.-Eso no necesitamos ahorita Marián –expresó el señor William. Vamos a hacer el pedido de las pinturas.-Es más fácil de esta manera, de todas maneras, lo deberías plasmar en digital –dijo Sara.-De acuerdo –Ante la insistencia del personal Marián volvió a sentarse a terminar el trabajo- ‘‘La llamada podría esperar hasta la noche, de
A pesar de las sandalias sus dedos se llenaban de arena, lo causaba el peso de su cuerpo hundiéndose en ella. Cargaba al niño en sus brazos mientras se acercaban a la sombra de un árbol de coco.-¿Te ayudo? -Le preguntó Elena. A la niñera se la habían llevado para le cuidara al niño.-Ten –dijo Marián haciéndole con un gesto para que colocaras sus brazos a disposición de cargarlo.-¿Vamos a alquilar unas sombrillas? Preguntó Marián observando a su socio esperando una respuesta.-¿Y perdernos el contacto directo con la naturaleza? No es necesario –Alberto colocó su bolso de mano, un paño extendido sobre la arena y se agachó.-Marián copio su movimiento e igualmente ayudo a la niñera a sentarse.-Me sorprendes Alberto. Un empresario como tú que se preocupe por estar en contacto con la naturaleza.-Por la misma razón Marián. Vivo encerrado en el trabajo y no me da tiempo de descansar en ambientes naturales.-Igual yo, también me encanta los ambientes externos –opinó Marián.-Ya lo sé. Di
-Las mesas y sillas deberían ser cómodas para que los clientes pasen más tiempo en el restaurant –dijo Marián cuando llegaban a la mueblería.-No había razón para llegar aquí lo hubiésemos pedido por catálogo –expresó Fabricia.-Eso lo sabíamos, pero Marián insistió en venir –dijo Alberto.-Claro, la mejor forma de saber si algo es bueno es palpándolo personalmente –agregó Marián.-Me gusta ese juego de comedor –dice Marián señalando unos.-¿Como? ¿Aquél grande de seis sillas? –Preguntó Fabricia sorprendida.-Me gusta para mi casa, pero para el restaurante no son adecuados, bromeó Marián.-Ya decía yo, ‘‘busquemos a otra diseñadora de interiores’’ –expresó Fabricia entre risas.-Confiamos en ella, porque conoce el trabajo. ¿Cierto Marián? Preguntó Alberto.-Tengo poca experiencia, pero se lo que es bueno y es bonito –expresó Marián- Y este es mi lugar favorito –dijo acercándose al área de cocina.-¿Amas cocinar o solo te gusta preparar postres? –Preguntó Alberto.-Pues, aun no le he p
-Me gusta cómo está quedando, muy ejecutivo, y su personal trabaja rápido –expresó el señor Braulio al entrar al restaurante en proceso de decoración. -Me alegro de que le guste, hacemos el mejor trabajo –dijo Marián.-El fin de semana estará listo, estamos afinando los detalles.-Perfecto, estaré preparando el pago de la última parte, de igual modo podrían quedarse hasta la semana entrante, mi hija está de viaje y al regresar quiero darle la sorpresa y me gustaría que ustedes estuviesen presentes.-Debemos volver lo más pronto posible señor Braulio, tenemos otros proyectos de construcción por allá que esperan por nosotros.-¿En serio? -Preguntó Marián en voz baja sorprendiéndole esa noticia.-Qué lástima, quería que Rocío te conociera y recordara a Marián. Se llevaría una gran alegría al saber que ustedes fueron los encargados de la construcción de esta hermosa propiedad.-También nos hubiese encantado verla, de igual modo usted le comentará de nosotros e igualmente se alegrará.-Es
Capítulo 87-¿Quién será? ¿Elena que se regresó por algo? –Se preguntó y lentamente se acercó a la puerta, afinó su oído para escuchar algo más a través de las paredes, y la voz familiar le indicó de quien se trataba.-¡Marián! ¿Estás dormida?-¿Si se supone que estoy dormida me despertarás con tus gritos? –Preguntó de forma enojada abriendo la puerta con suavidad.-Bonito pijama –le dijo Alberto al apreciar el short y la blusa de satén sexi que dejaba visualizar la silueta de la ropa interior.-Si viniste a verme en ropa de dormir ya cumpliste tu objetivo, puedes irte –expresó Marián con seriedad. Pero en el fondo le agradó verlo.-No me corras bonita, te traje algo –dijo mostrándole un empaque.-¿Algo de donde estuviste saliendo con tus secretarias? Quizá no me interese –expresó, no quería dejar expresar los celos, pero se le salieron.-Ah ¿te enteraste? No es que salí con ellas, fui su chofer, el que manejada e
-¿Por qué los hombres son así? -Dijo Marián al aire para que la escuchara la secretaria, eran las únicas personas que permanecían en el lugar, los caballeros acababan de salir.-¿Quién Alberto? –Él es muy arrogante- si no fuera por la buena paga ya yo me hubiese retirado de aquí.-¿En serio? ¿Por él? –Interrogó Marián extrañada.-Si el sueldo fuera bajo porqué soportaría que me trataran mal.-¿Te trata mal?-Marián igualmente los jefes son así, si no estuvieras empezando en el cargo te darías cuenta que hasta tu misma tratarías a tus empleados de manera fuerte y autoritaria. Y yo entiendo eso, si las cosas salen mal a causa del personal es responsabilidad tuya.-Ya veo, pero hay maneras más amables de solicitar las cosas. Alberto me está exigiendo algo el cual no tenía ni idea, y eso no es justo.-Lo justo es que tu como supervisora y jefa debes estar al tanto de todo, así no corresponda tu trabajo y por eso es tu culpa si no sabes algo, tienes que estar de cabeza en el ambiente –Acon
El mesero llegó con los platos a la mesa donde solo se ubicaban Alberto y Marián. -Guao ¿y estos chefs? –Preguntó. Marián se extrañó de que acababan de entregar el lugar el día anterior y ya estaba activo. -Son contratados, igual que yo –expresó el mesero. Solo soy estudiante que pagaron por esta noche. -Ya me lo imaginé –el señor Braulio es creativo. -Quise hacerles este obsequio- Intervino él al escucharlo, se acercó un poco a su mesa- Una fiesta para todo su personal que trabajaron muy duro. Me hubiese gustado que mi hija estuviese presente, pero ustedes se trasladarán mañana, así que no quise dejar pasar esta oportunidad. -De verdad les agradezco a todos y sé que Rocío estará feliz. Sobre todo, con los socios –La señora Marta levantó una copa de vino- ¡Brindemos por los socios! -¿Nosotros? –Marián abrió los ojos grandemente de la impresión. Para ella fue solo un apoyo, de igual modo los clientes estaban agradecidos. -Gracias a usted, señor Braulio, por escoger a empresas Bo