El portero ha mirado a Layla, y ella pudo sentir que aquel chico estaba dudando si realmente Layla le estaba hablando con la verdad, pues él no podía permitir el ingreso de cualquiera al edificio, era un lugar muy prestigioso, Layla lo ha notado por su estética decorada con elegancia y seriedad al mismo tiempo que lo hacía ver como edificio de departamentos dónde únicamente vivían en su interior personas de clase social alta, demasiado alta. Layla vivía como ellos, se daba lujos de reina, más no sabía si su estilo de vida podría llamarse así porque aunque había sido con sudor, esfuerzos y riesgos que lo había hecho todo para superarse, Layla sabía que aquello no había sido de la manera más legal posible. — Si, buenas tardes, ha venido la señorita Brittany Gonzalez a buscar al señor Shay — dijo el portero en cuanto alguien había contestado el teléfono, Layla supuso que ese alguien que ha contestado la llamada había sido Elías, su jefe de seguridad privada, su hombre de confianza — De
Kathia como respuesta traga saliva, y asiente con la cabeza, y antes de que su cuerpo intentara estimularle para decirle algo a aquel desconocido que tanto terror le provocaba, el ascensor ha llegado a su piso de destino, y ha abierto sus puertas en espera de que Kathia entre.— Qué le vaya bien señorita Kathia — se despide Elías y desaparece de la vista de Kathia sin dejar rastro.Kathia ha suspirado y se ha apoyado el cuerpo contra la pared del ascensor.— ¿En qué mierda estás metido ahora, Spencer? — se preguntó a sí misma.Elías ha entrado de nuevo en el apartamento de Spencer, viendo que Layla ahora se ha acercado hasta dónde estaba el sillón en el que él estaba acostado.Layla se ha quedado mirando a Spencer.— Listo señorita Layla, la señorita Kathia se ha ido — le dice Elías.— Muy bien Elías, pueden irse a la casa, descansen, yo me quedaré aquí a cuidarlo y a esperar a que despierte — le dice Layla a Elías.— ¿No necesita que me quede? O ¿Que alguno de mis hombres se queden c
— Creo que me iré a dar un baño de agua caliente, me siento fatal, ¿Podrías pedir tu la pizza desde la aplicación den mi celular? — le dice Spencer a Layla.Layla solamente asiente con la cabeza.— ¿En dónde está tú celular? — le pregunta Layla a Spencer.Spencer no le responde nada, y más bien, saca del bolsillo delantero del lado izquierdo de su jean, su celular que allí era el lugar dónde lo tenía guardado.— ¿Cuál es la contraseña? — dice Layla a la misma vez que lo recibe. — No tiene, no tengo nada que ocultar allí, así que no le tengo contraseña — dice Spencer. Layla asiente con la cabeza, desbloquea la pantalla del celular, y se dispone a buscar la aplicación de la pizzería favorita de Spencer para pedir el domicilio mientras que Spencer ha logrado mantenerse de pie y caminar hasta su habitación. Layla se encarga de su tarea de pedir el domicilio, ha confirmado la compra y ha dejado el celular de Spencer con la pantalla bloqueada encima del mesón de la cocina, pues mientras
Spencer y Layla se miran a los ojos, sintiéndose demasiado nerviosos por el pequeño descuido de Spencer. — Eh… Bueno, vamos al balcón, sé qué te gustará la vista de allí — le dice Spencer a Layla para tratar de romper el incómodo silencio que entre ambos se había hecho. — Sí, vamos — responde Layla intentando comportándose con naturalidad, pues ella nunca había vuelto a sentirse de aquella manera frente a un hombre, y era extraño porque Layla había olvidado por completo como era que se sentía cuando una mujer se ponía nerviosa al momento en que un hombre le gustaba mucho. ¿Será que ahora Layla estaba comenzando a sentirse atraída por Spencer? Era posible. Layla suelta la caja de pizza en las manos de Spencer, pero coge la botella de la gaseosa para dejarla guardada dentro de la nevera, y luego, vuelve a acercarse a Spencer para ir junto con él hasta el balcón. El balcón era de puerta de vidrio que se deslizaba cuando ponías la mano encima del vidrio, Spencer le pidió a Layla
Layla no lo pensó ni dos veces antes de hacerlo, pues ella decidió ponerse de pie, y luego acercarse caminando de forma sensual y con una mirada provocativa hasta dónde estaba Spencer. Spencer se le ha quedado mirando, y por un momento, se ha imaginado que estaba sentado en una silla cómoda de una mesa privada en algún lugar de un bar de prestigio de los que eran sus favoritos para ir a relajarse los viernes después de un largo y pesado día de trabajo, además de que iba a tomarse un relajante trago de alguno de sus licores favoritos, Spencer también iba a esos lugares para deleitar su vista con la sensualidad de las mujeres que trabajaban en aquellos lugares, además de que también él lograba contratar a la mujer que más sexy le parecía para que ella se fuera con él a su apartamento y le complaciera el resto de la noche. Así era como Spencer estaba sintiéndose con Layla enfrente suyo, siendo sensual para él. Salvo que allí ocurría una cosa más que solo sensualidad; Spencer estaba a p
— Spencer, me importa una mierda si quieres o no que yo entre a tu departamento, pero lo haré por qué necesito hablar contigo, ¿o qué? ¿No estás solo? ¿Tienes compañía? ¿Acaso tienes a una nueva mujer y no me has querido decir nada? — le dice Kathia a Spencer, comenzando a sonar como si fuera una mujer celosa, cuando ella anda más era la amiga con derechos de Spencer, y, por tanto, no tenía derecho alguno en venir a reclamarle a él si estaba con alguien más.— Kathia, tienes que entender una cosa, cuando nos conocimos te dije que yo no era un hombre que le gustara el compromiso de una relación, de querer casarse, no, nada de esas cosas, me gusta ser libre, hacer lo que yo quiera, acostarme con quién yo quiera y no tener que estar amarrado en respetar a alguien que yo no pueda saber si me está respetando también, te dije que no me gustaban los escándolos, ni las escenas de celos, y mucho menos que quieran venir a controlarme en mi propio apartamento, así que, sin más, por favor vete de
— ¿Puedes irte? ¿Por favor? — dice Spencer después de que los tres se han quedado en silencio. Kathia suspira intentando tener paciencia por todo lo que estaba escuchando, pero ella no iba a quedarse, a seguir discutiendo con ellos, a seguir perdiendo su tiempo con alguien que no valía la pena. — Si, ya me voy, solo espero que pronto te des cuenta de que te estás metiendo en un problema del que luego no vas a conseguir salir, esta chica no dice ser quién realmente es, ten mucho cuidado, y eso sí, no vuelvas a buscarme — dice Kathia sintiéndose bastante decepcionada de Spencer.— Así lo haré, cuídate mucho — le dice Spencer a Kathia. — Si claro, tú también — le responde Kathia.Kathia se queda mirando a Spencer y a Layla por unos segundos más con una mirada de desaprobación y de desacuerdo que ni ella misma llegó a creer que alguna vez sentiría. Kathia se aleja del apartamento de Spencer, y escucha de inmediato cuando él cierra la puerta justo después que ella se marchó. — Oye… Gr
Layla no se pudo contener y ha sonreído a Spencer al haber escuchado lo que él le ha dicho.— Hazme tuya…— dice Layla a modo de susurro cuando se ha acercado a los labios de Spencer a punto de besarlo.Spencer le corresponde la sonrisa, y antes de acercarse a sus labios para besarla, decide entonces ponerse encima de ella al mismo tiempo que Layla se dispone en abrir las piernas para dejar que Spencer se acomodara de tal forma que cuando lo hiciera esto fuera mucho más cómodo para los dos.Layla nunca antes se había sentido tan especial en una noche de sexo, aquella noche era especial para ella, estaba sintiéndose amada, y sobre todo, estaba sintiendo que por primera vez en su vida, ella estaba haciendo el amor con un hombre de verdad.La noche terminó, Spencer se ha quedado completamente dormido estando acostado en posición de boca abajo con la sábana de la cama nada más cubriéndole encima de la cintura.Layla también ha quedado muy cansada, sin embargo, quiso ponerse la camiseta de