Eric Rymer observó de reojo a Denzel, encontrando humorístico su estado de ánimo. Cuando se saludaron una hora atrás, el rubio parecía estar conteniendo su irritación, sus ojos se desviaban de forma inconsciente en cierta dirección y comprendió todo una vez que subió al escenario a dar su discurso.Después de las obvias palabras sobre el viaje de DAZCO y los agradecimientos de rigor, cuando Zack mencionó a la mujer llamada Estella, él mismo giró en esa dirección. Elevó una ceja, especulando en su mente quién era esa joven que hacía a los dos socios reaccionar de aquella manera.Luego, percatándose de la mirada en los ojos de Denzel Taylor, se volvió a ver a Aurora, quien tenía una expresión agónica difícil de reprimir.«Interesante» pensó en ese momento, sonriendo de medio lad
Los primeros días de enero pasaron en un parpadeo y la vida de Estella y Denzel regresó a su ritmo habitual.O al menos, a nivel laboral.Con el comienzo del año, Estella se ponía al día con las nuevas asignaciones, entre estas se encontraban representar al instituto en simposios y conferencias, tanto como invitada como ponente. Mientras revisaba su bandeja de entrada en la computadora, sorteando los eventos del primer trimestre del año, una llamada de recepción la sorprendió.—Doctora Cass, recibió un paquete aquí en recepción, ¿puede bajar? El chico del delivery insiste en que requiere su firma.Estella frunció el ceño, pensativa, tratando de recordar si tenía alguna entrega pendiente o si sus hermanos mayores que estaban fuera del país o la ciudad le habían mandado algo.—Voy en camino, gracias Luisa.
El sábado en la mañana el timbre del departamento de Estella sonó dos veces, ella estaba saliendo de la ducha pues acababa de terminar de ejercitarse. Caminó despacio hasta la puerta y abrió sin pensar, dándose vuelta para volver a su habitación.—Entra, ya me cambio —anunció con confianza—. Luego de que me vista vamos a casa de Rani.Al no recibir respuesta se giró sobre sus talones, quedándose pasmada al ver a Denzel en el rellano de la entrada, cerrando la puerta tras de sí. A su vez, los movimientos de él, apresurados y precisos, no pasaron desapercibidos; adicional a eso, la expresión de sorpresa en su cara era casi tragicómica.—¿Siempre eres tan descuidad al abrir la puerta? —preguntó él tras recobrar la compostura, observando la toalla alrededor de su cuerpo y el cabello húmedo cayendo sobre su hombro
Estella no supo del desbloqueo hasta la mañana del lunes, después de que Denzel se despidió —no sin antes advertirle que iba a intentar recuperarla a toda costa— ella se sentó un rato en la sala, mirando a la nada, pensando en sus palabras.Mona apareció una hora y media después, disculpándose estrepitosamente porque se levantó tarde.—Estaba terminando mi nueva novela, anoche tuve un rapto de inspiración y escribí el último capítulo a las tres de la mañana.Su amiga le felicitó, sin embargo, tanta fue su emoción que no se percató de la extraña actuación de Estella.Ese sábado no tuvo más sorpresas, Estella fue a casa de Rani junto a Mona, Alice las acompañó por videollamada y esa noche decidió visitar la casa de su mamá para pasar la noche allí. El domingo fue cons
—¿Para qué quieres salir conmigo ese día? Tú no estás enamorado de mí… —soltó ella sin pensar.Denzel se quedó paralizado por su afirmación, perplejo por la seguridad con la que hablaba. ¿Por qué Estella pensaba que él no la quería?—Estella, yo te quiero, me gustas… —aseguró él apretándola más contra su cuerpo.—Eso lo sé, pero gustarte no es lo mismo que estar enamorado —insistió ella, forcejeando para poner distancia. Tener esa conversación estando en aquella posición no solo era incómodo físicamente, a nivel emocional pesaba muchísimo, porque se sentía vulnerable y a merced de Denzel—. Sé honesto contigo mismo, Den, tú sabes muy bien cuáles son tus prioridades.Frustrado, soltó un gruñido y
—¿En serio le dijiste que lo vas a pensar? —inquirió Thomas, tendiéndole un vaso de cartón lleno de soda de naranja.—Fue el único modo de que me dejara en paz —respondió Estella, caminando en dirección a la sala de cine.—Entiendo, pero la pregunta es si de verdad lo vas a pensar…Ella suspiró, bebió un sorbo del refresco y luego se encogió de hombros. Él soltó una risita.—Sabes, he estado dejando que él me lleve y me traiga durante estos días, en cierto modo para probarme a mí misma qué, sin importar lo que haga, no voy a volver con él —explicó en voz baja, Thomas asintió, le entregó los tickets al chico de la puerta y entraron a la sala en penumbras—. Cuando me acostumbré a su presencia, a que mi corazón dejara de acelerarse cuando lo veía
Denzel observó las imágenes, dentro de él se desató una tormenta de categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, arrasando con todo dentro de su cabeza.Apretó el aparato con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos, sus ojos se tornaron fríos y sus labios se convirtieron en una fina línea, otorgándole a su rostro un aspecto rígido y algo aterrador.A Aurora se le aceleró el corazón, emocionada y asustada, esperando que esa reacción fuese dirigida a Estella, convirtiéndose así en el final definitivo entre ellos dos.—Gracias por mostrarme esto. —Le devolvió el aparato, ella apenas si tuvo chance de cogerlo, porque el gesto brusco la tomó por sorpresa.Él salió de la galería sin despedirse, dejando atrás a Aurora.Subió a su autor, tratando inútilmente de calmarse, sus manos
Los días trascurrieron con celeridad, el famoso Día del Amor llegó, inundando la ciudad con globos en forma de corazón de colores rosado y rojo, millones de rosas fueron entregadas y no quedaban cajas de bombones por ningún lugar.Denzel se encontraba contagiado de la energía del día, desde hacía dos días estaba planeando la velada y quería que todo fuese perfecto; era imperante que Estella notase su esfuerzo y compromiso, por ese motivo, coordinó todo para que desde que comenzase su día, estuviese rodeada de sus demostraciones de afecto.Tal vez haya sido suerte, pero ese día justo cayó un sábado, haciendo que todos los lugares posibles estuviesen reservados con anticipación; él hizo lo propio, asegurando una mesa en un restaurante de lujo y difícil de obtener admisión, donde disfrutarían de la cena con velas, intimidad y una atmo