Un día después, en horas de la noche. La Reina Virginia, recién terminaba de completar sus tareas de clases Maitanas con ayuda como era de costumbre, de Tiana. — ¿Tomará la cena ya, su majestad? — Preguntó la mujer pelirroja recogiendo los libros. — Sí, ya que espero dormir temprano, me siento exhausta con tantas prácticas físicas y clases. — Sonrió Virginia. — Iré a avisarle al mayordomo, vuelvo enseguida. — Decía Tiana yéndose. Virginia terminó de guardar y salió de su salón de estudios. Justo en ese momento escuchó varios toques a la puerta y la Reina posó su mirada azul en esa dirección. Nuevamente bajo la puerta, había un sobre. Virginia lo tomó y abrió de inmediato, ella leyó lo que decía en la carta. No habían muchas palabras en ella, una pequeña oración en la hoja era todo lo que estaba escrito. >> vendré esta noche. Esp
"El señor Jones… Está celoso" "Él no deja de decirme que me ama, que le importo, que le preocupo…""¿Por qué dudo tanto?""Solo debería confiar en este hombre que quiere ayudarme" Pensaba Virginia finalmente bajando su guardia por completo. Él, quien seguía con su cabeza apoyada en el hombro de esa hermosa y joven Gorianita, sintió los brazos de ella rodeando por su espalda, dándole un abrazo. Allen apartó su rostro del hombro de ella, viéndola fijamente a esos hermosos ojos azules como joyas de zafiros. La distancia que separaba sus labios de los de esa Reina, era mínima. Allen Jones, volvió esa distancia nada, besándola con ternura. Virginia abrió sus ojos de par en par sorprendida, ella no esperaba que él cruzara la línea. ¿Por qué ahora lo hacía? Esa era la pregunta fugaz que se cruzó por la mente de la Gorianita. Allen Jones rodeó a Virginia con sus brazos aferrándose a esa mujer aún más. El miedo de aventurarse en lo prohibido invadió a esa joven de diecinueve años, s
Los labios de Allen se alejaron de los de Virginia. El rostro de esa hermosa Reina sonrojado, su sonrisa acompañada de esa dulce mirada de ojos azules claros que se posaban en el Barón que tenía sobre ella. Él posó su mano con delicadeza en la mejilla de Virginia, contemplando a esa mujer que había amado y deseado por más de un año. Finalmente podría hacerla suya. — Allen… — Ella susurró el nombre de él, con una voz llena de cariño. — ¿Si? — Contestó él Barón, ahora besando la misma mejilla de Virginia que recién había acariciado, pero en esta ocasión, bajando lentamente hacia el cuello de ella. — Pensé… Mmm~ pensé… Que no tenía a nadie más… — Comenzó a contar ella con su voz temblorosa así como su cuerpo que sentía las caricias que las manos desnudas que ese hombre le daban. — Creí que tenía que hacerlo todo por mi misma… Yo… — En ese instante, las lágrimas comenzaron a surgir por las comisuras de los bellos ojos de esa Gorianita. Allen Jones se detuvo volviendo a ver a Virgin
Dulce semana. Noche 1: "No puedo cambiar mi decisión… Debo ser fuerte, debo afrontar de alguna manera esta situación" Pensaba Virginia Wiztan, sentada en un sofá largo de la sala en su habitación. Esa noche de verano, ella vestía nada más que una hermosa bata morada de encaje floreado bastante reveladora, llevando su cabello castaño claro suelto; su piel suave con una delicada aroma a rosas y un ligero maquillaje que la hacia lucir más radiante. Simplemente preciosa. La Gorianita sentía su corazón latir aceleradamente, habían anunciado que el Rey Maitano ya había llegado al castillo de la Reina. Frente a esa joven extranjera, estaba la mesita de noche con una copa con vino y la botella en un costado, así mismo otra copa vacía cercana. Virginia se había encargado de ello, pues su intención era charlar con el Rey. No necesariamente como el Barón Jones le sugirió, si no más bien… Sin mentiras de por medio. "Allen quiere deshacerse de todos los Lamparth…""Significa eso que tamb
1: 00 am. Virginia Wiztan se había quedado profundamente dormida después de estar dando vueltas en la cama con su mente hecha un lío de pensamientos. Ella abrió sus ojos en gran manera cuando despertó alarmada, después de haber tenido una pesadilla. "Sangre… Sangre y gritos… Fuego y sollozos…" Virginia estaba pálida y su cuerpo sudoroso, había tenido un horrible sueño que mezclaba la realidad en su pasado con hechos inexistentes. "Gorian en llamas, mis sirvientes ayudándome a ir a la habitación de seguridad" "Oh… Mamá… Mi querida Madre, la concubina Leticia… La extraño demasiado" "Cuando volví a Gorian, aunque visité su tumba, no fue lo mismo… Nunca pude darle el adiós, como sí pude con papá y mi hermanito Leonardo quien murió incluso en mis brazos" Tras esos pensamientos, el sentimiento de soledad invadió a la ahora, Reina Maitana. Las lágrimas se hicieron presentes deslizándose por las mejillas de esa joven Reina, quien rápidamente las secó al recordar que ese Rey que odiaba
Cuando la Reina abrió sus ojos, despertó adolorida en el sofá largo por dormir tan incómoda. Pensó que ese Rey ya no estaría en la habitación de ella, pero para su sorpresa, al levantarse y dirigirse al anexo donde estaba la cama, ahí se encontraba Lance aún durmiendo. Virginia llena de curiosidad se acercó. "Que extraño… Parece que ya es bastante tarde, ¿Por qué él aún sigue aquí?"Pensó ella sentandose al borde de la cómoda cama. Lance abrió sus ojos lentamente. Él de inmediato se sentó sobre la cama, quedando bastante cerca de su Reina, que lo veía sorprendida. — ¿Qué haces aquí? — Preguntó Lance. — ¿Aquí? ¿Que hago en mi habitación? — Preguntó ella confundida. — ¿Te sientes mal? Lance parpadeó varias veces. — Maldición… Me quedé dormido. — Susurró para si mismo. — Eso te pasa por trasnochar, ahí estabas a la una
•••••••••• Reino de Gorian. 10: 30 am, Edificio del consejo Real. ••••••••••— ¡Propongo que Gorian tome venganza contra Maita! — Exclamó uno de los consejeros Gorianitos. — ¡Apoyo completamente! — Contestaron varios al unísono. — Pensé que vuestras intenciones eran que Gorian entable una fuerte alianza con Maita. — Sonrió el joven y actual Rey Gorianito, Raynold Wiztan. — ¿Para eso no fue que se decidió entregar en matrimonio a mi hermana mayor? — Preguntó el chico de cabello rubio ondulado. Los consejeros guardaron silencio por un momento, todos alrededor de la gran mesa rectangular. — ¡Venganza! — Exclamó con confianza un hombre mayor de cabello oscuro, quien era un nuevo Marqués. — Su majestad, como un nuevo Rey tiene que ganarse al pueblo Gorianito después de la masacre en la guerra interna para quitarle el poder al despiadado Rey Jhonn y al príncipe Leonardo. Se comenzaron
••••••••••Dulce semana. Noche 2: — ¿Blanco? ¿Por qué están alternando los colores de mis batas? — Preguntó la Reina Virginia curiosa. — ¿Eso? No hay motivo alguno. — Informó la asistente. — Simplemente para que el Rey la vea lucir de distintas maneras, ¿Prefiere dorado o quizá rojo? Virginia negó rápidamente con su cabeza. — No, la verdad eso no me importa mucho, solo lo preguntaba por curiosidad. — Suficiente, salgan todas y dejen a la Reina en paz. — Pedía la soldado Tiana, después de que Virginia terminara de prepararse esa noche. — Haga su mejor esfuerzo, su majestad y conquiste el corazón del Rey~ — Sonrió la mujer pelirroja guiñando un ojo a su amiga. …..Los minutos pasaban, Virginia usaba una hermosa bata de ligeros tirantes, de color blanco, lisa y larga hasta sus tobillos. Ella leía un libro sobre el Reino Maitano deteni