Hala, holaaaaa preciosillas... Un abracito. Perdon por no haberlo mencionado, pero he cambiado mi seudonimo porque este: Katia Parra me suena un poco más comercial, más a escritora de caché jajajajaja. Les adoro, les dejo el capi de hoy. Besitos
Damián queda embobado con el trasero precioso de la chica grosera y malgeniada que sin dudarlo lo ha dejado con la palabra en la boca y sube la escalera con la barbilla muy en alto, suspira entrecortado sin ninguna insistencia de su parte para que la escuche sin embargo se dirige hacia la sala de estar que aunque ya es bastante avanzada la noche, su familia se encuentra tomando un postre imagina luego de la cena.Resopla.— Buenas noches Damián ¿te apetece comer algo? – Harold le ofrece y él niega.— No gracias, descuida estoy bien así – levanta la mano sonriendo — ¡qué hermosa reunión! – ironiza — ¿pensé que se habrían ido a su nidito de amor? – le refiere a su tío Albert sin siquiera mirar a su padre.— Deja la ironía sobrino, sabes que a esta hora no nos iremos – regaña — ninguno conduce de noche – aclara.— ¿Y cómo coño voy a saberlo? Si ni siquiera los conozco bien – se encoge de hombros, pero a Albert no le pasa desapercibido el dolor en su voz — si por lo menos hubiesen
Las luces parpadearon y un millón de estrellas aparecieron frente a él, un frío intenso atravesó su columna vertebral y tuvo que doblarse hacia adelante para no desplomarse en el piso. Ya es bastante con darse cuenta que en serio está enamorado de ella para saber también que se encuentra en espera de… un hijo, su hijo…Su primer y único hijo, pero Lea no lo quiere cerca.Se encuentra inmóvil ante ese solo pensamiento, de pronto todo a su alrededor se oscurece y la palabra positivo aparece con luz de neón frente a él, siente como sus piernas ceden, las rodillas se niegan a sostenerlo haciendo que tambalee perdiendo por completo el equilibrio hacia atrás amenazando con caer al piso.— ¡Damián, Damián! – Derek lo toma en brazos, grita su nombre atrayéndolo hacia su pecho — ¡pequeño, mi pequeño! – unos médicos asisten la emergencia y luego de unos minutos que le parecen horas al hombre. Despierta.— ¿Dónde, dónde?— ¡Que culo de susto me has dado! – exclama Derek a su lado en la camil
Mientras Paula sonríe por la intervención de Damián, Lea pone los ojos en blanco ante tal payasada. Llora porque no tiene cerca a sus tesoros y ahora más que nunca los necesita a su lado.— No seas ridículo Damián tú tienes un compromiso hecho con la desteñida esa y será difícil romperlo además: yo no me quiero casar contigo y menos en estas circunstancias – resopla enfadada.— Lea, Lea, Lea – su voz rebosa una advertencia — yo no te estoy preguntando si deseas hacerlo, simplemente se hará porque llevas a mi hijo en tu vientre ¿entiendes? – ella intenta bajarse de la cama.— Damián ¿podrías hacer el favor de salir de la habitación? – la voz de Harold sale como un gruñido al ver la reacción de Lea.— ¡Claro que no, que absurdo ella es mi mujer! – protesta una negativa bastante clara.— ¡Yo no soy nada tuyo! – lo señala — Sal de aquí no quiero verte – unas náuseas agresivas la azotan fuertemente — ¡Vete!— ¡No! – al dar un paso le sobreviene un mareo y es atrapado por Harold —
“Qué fastidio, como si me interesara su patética felicidad”, piensa Gretta malhumorada y fastidiada de que la incluyan en las vidas de los demás.— Yo solo quiero casarme con Damián y apoderarme de lo que se me ha negado siempre – resopla indignada porque ya se ha cansado de esperar.Se dirige hacia el lugar donde dejó a Damián luego de que Mauricio Del Toro intentara entretenerla, llega a la habitación y no lo encuentra.“Algo sucede”, intuye, pero no logra descifrar que es.Observa detenidamente el cuarto y no encuentra pertenencias de su prometido dentro, cierra los ojos recordando el rostro golpeado de Damián y gira para salir a buscarlo. No resiste la curiosidad de saber con exactitud que le ha sucedido.Sale a toda prisa de la habitación en busca del objeto de su demencia, pero en el camino se encuentra con un Derek sonriente ya que conoce perfectamente la historia de esta mujer y por su pareja chismosa, la que en este momento le abre los ojos comunicándole mil cosas la retiene.
Damián gira tan rápido la cabeza hacia la voz que llama su atención por el grito casi desgarrador que sale de la boca de Gretta, que su cuello suena causándole un dolor agudo. La mujer se encuentra roja como un tomate y hasta parece ver humo que sale de sus oídos.— ¡¿Qué coño has dicho Damián?! – se acerca a él amenazante — ¿esta zorra está preñada? – señala a Lea que toma una respiración furiosa — ¡debe ser de su amante!— ¡Cálmate Gretta!— ¿Qué me calme? – grita de nuevo — esa maldita zorra quiere quitarme lo que es mío y tu ¿quieres que me calme?— ¡Deja de gritar estúpida! – rebate Lea molesta ya por la actitud de la rubia — por mi puedes quedártelo porque yo no lo quiero cerca, pero parece que tú no le eres suficiente – la provoca y resulta porque le salta encima.— ¡No, Gretta quédate quieta! – la sostiene por la cintura un Damián contrariado ya que ahora no sabe como parar el genio de la fiera.— ¡Déjala, si me toca la meto entre rejas! – advierte.— ¡Desgraciada, m
Los médicos luchan dentro del quirófano contra el sangrado copioso que mana del útero de Lea, entre la presión tan elevada y la lesión que se produjo por un quiste estrangulado que ni siquiera sabían de su existencia hasta el momento de la caída, ella se encuentra en un peligro inminente.El dolor que la atravesó en ese momento fue tan fuerte que perdió el sentido, desmayo que orilló a los especialistas a ingresarla en la sala de operaciones para asegurarse de que todo se encuentre en orden y controlado.Pero no todo estaba bien, ni en orden.Damián camina de un lado a otro como una fiera enjaulada, con la mirada perdida y las manos en la cabeza desordenando su cabello en una actitud clara de desesperación. Se siente roto, el dolor lo agobia; no es físico sin embargo duele igual ya que parece que le atravesaran el pecho con una lanza caliente. Su corazón se rompe cada vez más al recordar la agresión de Gretta hacia Lea ya que la culpabilidad lo arropa al evocar el momento en el que am
La mujer queda pasmada ante las palabras de su propio padre, el entregar prácticamente la paternidad de Damián a su padre biológico es signo de que algo grave pasa o pasará y ella se espera lo peor ya que juró a su madre jamás dejar que Derek se acercase a su nieto y ahora…— ¡Mauricio! – la voz de Derek es casi un lamento, el anciano niega — este es un tema delicado, no deberías…— Tú eres su padre… - el hombre cierra los ojos ante las palabras del Mauricio, nunca antes le dolió tanto la sinceridad del viejo como en estos momentos donde Damián pasa por este percance — te he visto con él y no puedo negar que lo amas, las equivocaciones que hemos cometido nos han pasado factura y yo no quiero ser recordado…Su voz se rompe, el llanto lo ahoga y Derek lo abraza para consolarlo. Mariah llora desconsolada, esta reconciliación la elimina de la ecuación y eso le causa un dolor profundo, pero la realidad es que ella nunca hizo nada para merecer a su hijo. Se retira un poco.— Dejemos po
Las piernas de Damián se doblan ante las palabras que pronuncia el doctor, se imagina lo peor ya que el rostro del mismo se encuentra compungido y contrariado, el dolor lo orilla a caer de rodillas en el piso con las manos cubriendo su rostro.— ¡Mi hijo, mi amor! – Mariah lo abraza de rodillas en el piso — doctor – la voz de la mujer se escucha temblorosa — ¿qué ha sucedido, Lea está bien? – sus palabras son más una súplica.— Como ya le había mencionado: esto es muy difícil de explicarles, creo que deberían sentarse – señala a Damián.— Las cosas no están bien ¿verdad? – Derek se acerca aun confundido por la exigencia de Mauricio, el doctor niega aclarándose la garganta.— La paciente presentó un embarazo ectópico que al haber recibido un fuerte golpe en el abdomen se desprendió causando una hemorragia casi incontenible – expresa con voz lastimera — considero un milagro que se haya podido controlar y sobre todo que los signos vitales de la señorita sean por lo menos estables