Hola mis preciosillas Lo sé he estado ausente, pero mi laptop de vez en cuando se rehúsa a cooperar sin embargo en el momento que cede les escribo. ¿Qué hará Damián ahora que al parecer tiene un rival? Los leo... Y hasta el próximo capítulo. Besitos. Katia Parra
Damián observa detenidamente sus manos, cada mancha de sangre, cada magulladura e incluso las cicatrices de heridas anteriores cuando en su niñez y adolescencia ni siquiera pensaba en detenerse a la hora de golpear. Enfadado con el mundo, etiquetado por los psicólogos y terapistas vivía en constante contienda con cualquier persona que lo mirase dos veces. Una conducta que dejaría atrás luego de saberse internado en un psiquiátrico donde pudo por fin drenar por completo todo el odio por la ausencia de una figura de respeto ya que el abuelo moría por él y más aún cuando su abuela murió, el viejo se refugió en él.Al golpear a Andrés todo lo que había dejado atrás volvió en forma de rabia, razón por la cual no pudo detenerse por sí mismo sin embargo y contrario a lo que hacía antes pudo contenerse al ser arrastrado por sus hermanos y su ahora… padre que de ninguna manera piensa tener algún contacto con él.— ¡Qué se joda! – pese a que escuchó perfectamente y con mucha a tención las palab
Damián queda embobado con el trasero precioso de la chica grosera y malgeniada que sin dudarlo lo ha dejado con la palabra en la boca y sube la escalera con la barbilla muy en alto, suspira entrecortado sin ninguna insistencia de su parte para que la escuche sin embargo se dirige hacia la sala de estar que aunque ya es bastante avanzada la noche, su familia se encuentra tomando un postre imagina luego de la cena.Resopla.— Buenas noches Damián ¿te apetece comer algo? – Harold le ofrece y él niega.— No gracias, descuida estoy bien así – levanta la mano sonriendo — ¡qué hermosa reunión! – ironiza — ¿pensé que se habrían ido a su nidito de amor? – le refiere a su tío Albert sin siquiera mirar a su padre.— Deja la ironía sobrino, sabes que a esta hora no nos iremos – regaña — ninguno conduce de noche – aclara.— ¿Y cómo coño voy a saberlo? Si ni siquiera los conozco bien – se encoge de hombros, pero a Albert no le pasa desapercibido el dolor en su voz — si por lo menos hubiesen
Las luces parpadearon y un millón de estrellas aparecieron frente a él, un frío intenso atravesó su columna vertebral y tuvo que doblarse hacia adelante para no desplomarse en el piso. Ya es bastante con darse cuenta que en serio está enamorado de ella para saber también que se encuentra en espera de… un hijo, su hijo…Su primer y único hijo, pero Lea no lo quiere cerca.Se encuentra inmóvil ante ese solo pensamiento, de pronto todo a su alrededor se oscurece y la palabra positivo aparece con luz de neón frente a él, siente como sus piernas ceden, las rodillas se niegan a sostenerlo haciendo que tambalee perdiendo por completo el equilibrio hacia atrás amenazando con caer al piso.— ¡Damián, Damián! – Derek lo toma en brazos, grita su nombre atrayéndolo hacia su pecho — ¡pequeño, mi pequeño! – unos médicos asisten la emergencia y luego de unos minutos que le parecen horas al hombre. Despierta.— ¿Dónde, dónde?— ¡Que culo de susto me has dado! – exclama Derek a su lado en la camil
Mientras Paula sonríe por la intervención de Damián, Lea pone los ojos en blanco ante tal payasada. Llora porque no tiene cerca a sus tesoros y ahora más que nunca los necesita a su lado.— No seas ridículo Damián tú tienes un compromiso hecho con la desteñida esa y será difícil romperlo además: yo no me quiero casar contigo y menos en estas circunstancias – resopla enfadada.— Lea, Lea, Lea – su voz rebosa una advertencia — yo no te estoy preguntando si deseas hacerlo, simplemente se hará porque llevas a mi hijo en tu vientre ¿entiendes? – ella intenta bajarse de la cama.— Damián ¿podrías hacer el favor de salir de la habitación? – la voz de Harold sale como un gruñido al ver la reacción de Lea.— ¡Claro que no, que absurdo ella es mi mujer! – protesta una negativa bastante clara.— ¡Yo no soy nada tuyo! – lo señala — Sal de aquí no quiero verte – unas náuseas agresivas la azotan fuertemente — ¡Vete!— ¡No! – al dar un paso le sobreviene un mareo y es atrapado por Harold —
Lea Ferrero lloraba desconsolada ante la cruel noticia dada por el médico de que su pobre madre sufría una enfermedad incurable. Desdichada y sin dinero, con apenas unos cuantos pesos que llevaba en el bolsillo para completar un costoso tratamiento en el hospital donde yacía la mujer que le dio la vida y la que, aunque sola pudo llevarla a la edad de dieciocho años sin padre y sin que la familia le ayudara.Tan solo su abuela había velado por ellas en este momento que era la progenitora de su madre.— Tranquila mi amor, saldremos de esta – la mujer mayor le sonrió con dulzura — siempre lo hacemos ¿o no? – ella asintió, pero en ese momento decidió con un dolor profundo dejar los estudios y buscar un trabajo ya que su madre necesitaba más dinero que inteligencia o preparación de parte de ella.Salió a diario en busca de empleo en más de los meses programados y halló en un pequeño restaurante lavando trastos, su compañero de trabajo quien le encontró la vacante y siempre había estado e
— ¡Eres un desgraciado! – la mano femenina impacta el rostro del farsante — Después de todo lo que he hecho por ti, sacarte del hoyo en el que te encontrabas y de paso ayudarte a salir de un pueblucho para que me hagas esto – grita Lea luego de haberlo abofeteado por segunda vez como si su rostro fuera una pera de boxeo — ¡lárgate de mi casa! y llévatela a ella también antes de que los lance a ambos por el maldito balcón ¡par degenerados! – tira de la colcha para que salga de la cama y el infeliz cae al piso despatarrado.— ¡Cariño cálmate por favor! – suplica el engañador.Los ojos de Lea se desorbitan cuando la llama de ese modo y sale de la pequeña habitación hacia la cocina en busca de un recipiente con agua fría para darle su merecido, al regresar los baña a ambos y los gritos son casi de terror.— ¡Largo! – les lanza la cubeta vacía y golpea a la chica.— ¡Pero cálmate, eres una loca!! – protesta su supuesta amiga con rostro enrojecido.— ¡¿Loca?! – levanta la mirada llen
Arrogante, presumido, sinvergüenza, mujeriego y vago a pesar de haberse graduado con honores de Harvard en leyes, haber sido el mejor de la clase y más querido por las féminas se ha dedicado a disfrutar – más bien se ha aprovechado – de la fortuna de su abuelo el cual hoy día lo zarandea con la condición de que se busque una mujer para que le dé nietos ya que necesita herederos que valgan la pena, tratando a Damián de holgazán y desfachatado siendo el menor de sus hijos ya que el padre del mismo lo dejó abandonado y su hija pagó el precio.Observa la chica que bebe como un vikingo en la barra vistiendo un atuendo bastante barato y horroroso a su parecer, pero decide acercarse y probar suerte ya que se siente aburrido de las mujeres que frecuenta normalmente. Su elegancia al caminar se confunde con un felino salvaje de movimientos controlados, un autocontrol que parece de mentira cuando desata su furia ante cualquiera que ofenda sus intereses.— ¡Largo! – dice la chica y aun no llega
Damián mira la chica que duerme plácidamente la mona en la cama que reserva como picadero en el pequeño hotel que le pertenece a su familia paterna. Consciente de que es una mala idea pretende seguir con el juego de roles de la noche anterior, suspira resignado a que si no da el paso se quedará en la calle ya que el hombre que lo crió le aseguró la última vez – muy decidido por cierto – que no tocará un céntimo más de la herencia si no le daba un nieto., repite en su mente con amargura.La noche anterior estuvo plena de delicias y placeres que lo llevan a pensar en que es la candidata perfecta, solo tiene que trabajar un poco – más bien mucho – en su estilo personal y cambiar algunas cosas o mejor cambiarlas todas porque hasta su manera de hablar es horrenda aunque tiene un encanto natural que sin duda conquistaría su corazón, de tener alguno por supuesto.— ¿Pasarás el día mirándome desde la puerta del baño Sr. Desconocido? – expresa la chic