Jenna Taylor Hugo Montenegro, entró al ascensor sin pronunciar ni una sola palabra, presionó el botón del piso al que iba y después se paró en el extremo opuesto con la vista al frente y sus brazos detrás de la espalda. Yo estaba tan nerviosa que no sabía que hacer, la situación era demasiado incómoda y para colmo sentí que mí estómago se revolvió de los nervios que tenía. El ascensor siempre demora un par de segundos en hacer su recorrido pero hoy parecía que estaba tardando una eternidad y eso me estaba enloqueciendo. Para colmo, los recuerdos de esa noche llegaron a mí mente haciéndome sentir mucho peor de lo que estaba. De repente un sudor frío empapó mí frente mientras que mis manos comenzaron a temblar involuntariamente. Estaba teniendo una crisis nerviosa, junto aquí y en frente de él sin que pudiera hacer nada para evitarlo.– ¿Te encuentras bien? –me preguntó al ver que me recargue sobre el costado del ascensor – Dime, ¿qué te sucede? ¿Acaso estás así por lo que pasó? —insi
Capítulo 8 HugoMe quedé muy preocupado al ver a Jenna en ese estado porque aunque ella diga que solo fue un mareo yo sabía perfectamente que se puso mal en cuanto me vió, y no es para menos después de lo pasó entre nosotros. Luego de esa noche no he dejado de recriminarme por que lo hice, ya que de haber sabido que era virgen, la hubiera detenido a como diera lugar. Lo peor de todo es que ya es tarde para arrepentirse, no imagino cuánto debe estar odiándome en este momento, y no la culpo, porque en definitiva, me aproveché de ella mientras estaba drogada. Para colmo, también me siento una basura por haber engañado a Emma. Luego de que ella se fue hacia el baño en compañía de la otra secretaria, no pude dejar de observarla hasta que se perdió ante mis ojos, incluso estaba a punto de ir tras ella para ver si necesitaba algo pero justo en ese momento mí padre salió de su oficina.—Hugo, que bueno que ya estás aquí. Necesito hablarte de algo referido a la empresa —se hizo a un lado para
Jenna Las semanas pasaron una detrás de otra y desde entonces todo ha marchado con normalidad. Al parecer, Hugo también hizo de cuenta que entre nosotros no había pasado nada porque se ha mantenido alejado de mí y solo me ha dirigido la palabra para hablar temas estrictamente laborales, cosa que para mí ha sido bastante conveniente. Lo único que me tiene preocupada es que he comenzado a sentirme extraña. Constantemente estoy cansada y siento nauseas cuando voy a comer, algo que jamás me había ocurrido antes. También sé perfectamente a qué se puede deber este repentino malestar, pero eso es algo que me aterra con tan solo pensarlo. El día de hoy, pedí permiso para faltar al trabajo porque necesitaba sacarme está duda que me está carcomiendo por dentro, y por eso, le pedí a mí amiga que me trajera una prueba de embarazo de la farmacia.Cuando Kira llegó yo acababa de salir del baño después de devolver el desayuno, ella me miró con preocupación, pero aún así no dijo nada. Solo levantó e
Capítulo 10 Jenna Taylor Después de salir de la clínica fuimos hacia un parque que está a unas calles de ahí, en donde nos sentamos a conversar.—Perdon que vuelva a insistir con esto pero, ¿se lo vas a decir al padre? —pregunto mí amiga.Esa pregunta venía dándome vueltas en la cabeza desde que confirme que estaba embarazada, pero lo cierto es que, la simple idea de hacerlo me aterra inmensamente. –¿Jenna? ¿Escuchaste lo que te pregunté? – volvió a preguntar. – Si te escuché, pero no estoy muy segura de querer hacerlo. Tal vez piense que me acosté con él a propósito para quedar embarazada y sacarle dinero. –¡Si es así, entonces es un imbécil! – exclamó Kira —. Él también es responsable de lo que pasó por no haber usado protección. Tú no tienes por qué sentirte mal, y si él no quiere a este bebé, entonces que se vaya al diablo. –Tienes razón en lo que dices, pero a mí tampoco no se me ocurrió tomar la píldora del día después. Yo también he sido irresponsable. –Ya deja de martiri
Capítulo 11 Hugo Montenegro En tan solo unas horas iba a irme rumbo a España, ya tenía el equipaje listo y solo faltaba ultimar unos pocos detalles del viaje. De pronto el ama de llaves tocó a la puerta de mí habitación y me informó que alguien me buscaba, cosa que me extrañó debido a qué solo mis padres vienen por aquí. De todos modos decidí ver de quién se trataba y por eso me dirigí hacia la sala.Cuando llegué ahí me sorprendí bastante ya que de todas las personas, Jenna Taylor era la que menos me esperaba. Ella estaba de espaldas observando las pinturas que hay sobre la pared de la sala y al parecer estaba tan entretenida que no se percató de mí presencia.Tuve que aclarar la garganta para llamar su atención y entonces dió un pequeño salto del susto al notar lo cerca que estaba de ella. Jenna inmediatamente se volteó y se quedó mirándome con esos hermosos ojos color avellana, luego bajó la cabeza al no poder sostenerme la mirada y entonces me dí cuenta que estaba muy nerviosa,
Capítulo 12 Jenna Taylor Después de oír sus humillantes palabras la ira y la decepción se apoderaron de mí, y entonces, le di vuelta la cara de una bofetada tratando de proteger mí honor. Él enderezó su rostro y volvió a dedicarme una mirada fría e indiferente mientras yo limpiaba mis lágrimas.—Te lo volveré a repetir, ¿cuánto quieres? Estoy dispuesto a pagar la suma que me pidas con tal de que te deshagas de ese bebé —al parecer él muy cínico no estaba dispuesto a rendirse.—No necesito nada de usted, guárdese su dinero. Yo me largo de aquí —quise marcharme pero él inmediatamente me sujetó del brazo evitando que pudiera hacerlo.—Te lo advierto, Jenna. Será mejor que te deshagas de ese embarazo, o de lo contrario…—¿O de lo contrario qué? ¿Qué me va a hacer? —lo interrumpí desafiandolo.Él no dijo nada, solo se quedó mirándome con rabia mientras apretaba mí brazo, entonces yo me solté de un movimiento brusco y después me pare erguida frente a él.—Que le quede bien claro algo, Hug
Jenna Taylor Después de la discusión que tuve con Hugo, supe por el señor Fausto que se había ido a vivir a España. Casi un mes después de su partida, le tuve que confesar a mí jefe que estaba embarazada, pero no le dije que el padre del bebé era su hijo, ya que esa parte de la historia preferí mantenerla en secreto. El señor Fausto se puso muy feliz por mí y me pidió que siguiera trabajando, también se ofreció a ayudarme en todo lo que necesitara; y como no pude negarme, decidí seguir trabajando en la compañía. Además, necesitaba el salario para poder comprar todas las cosas que mí bebé iba a necesitar.Los meses pasaron uno detrás de otro mientras mí vientre iba creciendo más y más hasta que llegó un punto en que ya no pude ocultarlo bajo la ropa y finalmente todos en la oficina se enteraron de mí pequeño secreto. El chisme duró varias semanas debido a que todos se preguntaban quién era el padre de mí hijo, puesto que yo, nunca había presentado a un novio ni tampoco tenía ningún ena
JennaNi bien crucé la puerta de mí oficina fui directo hacia el escritorio en donde me senté lentamente mientras mí mente no terminaba de procesar lo que acababa de pasar. Ni siquiera me percaté de la presencia de Dina, la cuál estaba al teléfono mirándome perpleja desde su escritorio.—Por la expresión de tu cara, supongo que ya viste a Hugo Montenegro —me dijo colgando el teléfono.Ella se levantó de su asiento e inmediatamente vino hacia mí escritorio sentandose junto a mí.Yo aún seguía en shock y ni siquiera pude responder a su comentario, solo me límite a asentir con la cabeza mientras me cubría el rostro con las manos. —¿Qué te dijo? ¿Hablaron algo?—¿Puedes creer que el muy cínico me saludó como si nada hubiese pasado? Y para colmo, yo tuve que seguirle el juego para que el señor Fausto no sospeche que algo pasó entre nosotros.—Ay cariño, no quisiera estar en tus zapatos —me dijo Dina tomándome de la mano.—Te juro que no sé que voy hacer. Cómo se supone que voy a seguir tra