AUDREY —¡Caramelo amargo, ese eres tú! —elevo la voz —Y deja de llamarme así, deja de jugar conmigo.Eso último no debí haberlo dicho, pero no lo pensé antes, maldición.—¿Jugar? —finge pensarlo —¿En qué forma, caramelito? —remarca las letras cuando pronuncia ese estúpido apelativo que me coloco.—Que no me llames así —digo entre dientes —Y sabes a lo que me refiero.Ni yo misma lo sabía. Jugar era parte del plan, ¿no? Pero no jugar conmigo, se supone que el juego debemos jugarlo los dos juntos.—Ni siquiera me has dejado acercarme más a ti, ¿cómo se supone que puedo jugar contigo? —eleva una ceja.—Pervertido —mascullo —No estoy hablando esa clase de juegos, sino de tus amantes, cómo esa que se acaba de ir —señale la puerta por dónde había salido antes la rubia esa.Se inclina en su asiento y apoya los brazos en el borde del escritorio entre cerrando los ojos mientras me observa.—¿A caso estás celosa? —un brillo de algo resalta en su mirada y luego muestra una sonrisa de lado.—¿Qu
AUDREYEse idiota y mujeriego, que se ha creído. Jamás me tendrá, porque Daniel no es el tipo de hombre con el que quiero tener relaciones.Sí, llámeme anticuada o como sea, pueda ser que no sea virgen, pero yo no me entrego a un hombre por experimentar y tener una aventura de una noche, lo hago cuando esa persona significa algo para mí y yo para él.Aún no pierdo las esperanzas de que algún día llegue ese hombre y me enamore, que signifique algo para él, que un simple acostón de una noche.Aunque Nelly siempre me dice que experimente antes de tener algo serio con alguien o antes de pensar en el matrimonio, para mí, lo crucial es conocernos mientras vivamos grandes momentos juntos y darnos cuenta de que estamos hechos el uno para el otro.¿Tan difícil es hallar alguien con quien vivir algo como eso?Suspiro mientras tomo mi taza con figura la Cookie Monster y le doy un sorbo a mi café tibio.Me siento fatal, no por lo que no hice, sino por seguir con esta farsa. Pero porque me preocup
DANIEL—Dile a tu noviecita que debe ser más accesible, hoy tampoco te acompaño a cenar con nosotros, ¿ahora que le inventaras a tu padre?Estuve a casi nada de cancelar, excusándome con el trabajo, pero mi madre como siempre insistente que nunca se cansa de serlo, salió con que tenía ya días sin visitarlos y que eso podía afectar mi relación con mi padre ahora que estamos un poco más cercanos, ni ella se cree eso.No me gusta la manera en como se expresa mi madre sobre Audrey, nunca he sido grosero con ella y no quiero perderle el respeto ahora.No puede creer que sea mi novia, por más que me ha dicho si es un plan mío o algo para conseguir la compañía, al final le confirme que en verdad es mi novia real, que no es una relación falsa como ella está creyendo.—Y tú puedes ser un poquito más considerada con mi novia —se me tensa la mandíbula con cada palabra pronunciada.Mi madre puede ser muy exasperante en algunas ocasiones. La conozco bien y no dudo que tarde en asediar a Audrey en
AUDREY—¿Esto es en serio? ¿No estás bromeando conmigo?Nelly todavía está incrédula por mi confesión, estoy segura de que no me cree porque sabe que yo nunca aceptaría una locura como esa.—No es broma, estoy hablando tan en serio como cuando te conté lo de Tobby —recordarle a su exnovio infiel ya es historia, tiene camuflaje y sé perfectamente que ya no le afecta como paso al principio. Hace un gesto de asco, seguro por memorizarlo —Lo siento —aun así, me disculpo por sacarle aquel tema.—Eso ya no importa, el ya pasó a otra vida —hace un ademán sin importancia —Pero entonces si es verdad lo que me estás diciendo —asiento, abre la boca con un O —¿Y te pago algo? Un millón de dólares tan siquiera.Le lanzó el cojín del sofá y ella lo atrapa en el aire antes de que golpeara su cara.—¡Por supuesto que no! —grito —Me conoces y sabes que yo nunca haría algo así por dinero.—¿Entonces por sexo? —mueve sus cejas sugestivamente.Siento mis mejillas calentarse.—¡Menos! —le lanzó otro cojín
AUDREYMe quedo plantada con la puerta medio abierta mientras la sostengo y viendo al hombre que tengo delante de mí, Daniel, ¿qué hace aquí? Mis pies están como si estuvieran clavados en el suelo y mis manos entumecidas, quisiera cerrarle la puerta en la cara, pero no consigo reaccionar, mi mente está bloqueada.—Hija, ¿por qué te has quedado allí parada? —indaga mamá acercándose.¿Qué hago?, ¿cierro la puerta o lo presentó?, ¿pero qué diré?, ya ni novios falsos somos.Maldición, en qué lío me he metido.—No es el repartidor —es todo lo que consigo decir, le obstruyo el paso para que no logré ver a Daniel.—¿Quién es? —insiste querer averiguar y lo logra cuando noto que los ojos de Daniel se quitan de mí para ponerlos en ella.Olvide que él es más alto que yo, y claro que su cabeza sobresale de la mi. Tonta.—Él es… —me quedó pedida sin saber qué responder.—Daniel Crawford, el novio de su hija —se presenta por si solo al instante que extiende su mano.Los ojos de mamá se abren tanto
AUDREY—Y fin de la historia —concluyo con un tono determinante.—¿Eso es todo? —replica mamá.—Si —asiento —Fue así como nos conocimos.—¿Tan simplemente así? —sigue cuestionando.Sé que ama los melodramas llenos de amor; sin embargo, no creo que quiera saber la parte real de como lo conocíLa primera vez que lo vi fue lo más perturbador que nunca había visto, y no es que tener sexo oral sea algo aberrante, sino el hecho de que estaba en la oficina de su padre y con una empleada que acababa de conocer, y para acabarla con la puerta abierta, dónde cualquiera los podía descubrir haciendo sus cosas y lamentablemente esa desafortunada tuve que ser yo.—Ese fue nuestro destino, conocernos en la empresa. Daniel es…—Soy su jefe —me quita la palabra de la boca —Me convertí en su jefe poco después de haberla conocido, cuando me enteré de que Audrey iba a hacer mi secretaria, yo ya había puesto mis ojos en ella, fue amor a primera vista.Mis padres se quedan completamente mudos y con expresio
AUDREY—¡Qué haces! —levanto la voz, apartándolo con ambas manos—Besando a mi novia.Ya habíamos regresado a mi apartamento, el auto de Daniel está estacionado en la entrada del edificio.—Aún no he dicho que sí —replico.—Pero aún sigues siendo mi novia falsa.—No hace falta que me beses si estamos solos, nadie nos puede ver en el interior de tu coche.Encoge los hombros y se acomoda en su asiento como si nada hubiese pasado.—Eso que importa, solamente te quise besar y ya —agrega con desdén.Abro la boca para responder, pero inmediatamente la cierro en cuanto mi cerebro comienza a trabajar. No, será mejor que no diga nada, no quiero terminar discutiendo con él y de nuevo salir furiosa, porque la que siempre sale perdiendo soy yo.—Bien —digo —Buenas noches —me despido y salgo de su lujoso Mercedes para luego entrar al edificio donde vivo.—No seas tonta y aprovecha.Nelly y yo estamos reclinadas en las sillas que están situadas en el pequeño balcón de mi apartamento. El clima está
DANIELNuestra conversación es interrumpida en la parte que le digo a Fabián que Audrey me ha pedido tiempo. En ese mismo instante la puerta de su oficina se abre mostrándonos a ambos una mujer rubia, que instantáneamente logro reconocer.—Perdón —Katty se disculpa al momento que levanta su mirada y se percata nuestra existencia en la habitación —Sé que debí tocar, pero… —la corto.—Qué en este edificio nadie toca la puerta antes de entrar a una oficina —murmullo irritado.Sus ojos los pone unos segundos en mí en el momento que replicó, por supuesto que me escucho y no me inmuto por ello. Después desvía su mirada para ver a Fabián.—Su padre ordenó que le trajera directamente los documentos del contrato nuevo y que si no estaba en su oficina se los dejara sobre el escritorio, es por eso que se me pasó llamar antes —se explica rápido y nerviosa, echándome repentinamente miradas.La miro con desaprobación por unos segundos y me giro. Desde que se volvió una acosadora me irritó con facil