AUDREYLo dice sin reserva, así nomás. Esto tiene que ser una broma, ¿cómo es que yo voy a hacerme pasar por su novia? Es una locura.—¿Qué ha dicho?—Lo que escucho claramente.—No estoy entendiendo.—Ya se lo dije, lo que quiero es que sea mi novia provincial.—Si eso ya lo entendí, lo que no es que… —me callo rápidamente.No sabía cómo procesar todo ese asunto, me había tomado desprevenida e incluso, sino fuera de esa manera.Creo que el que está más loco que una cabra, era él, ¿a quién se le ocurre pedirle algo así a una mujer? Bueno, cualquiera diría que es algo normal, pero en este caso no lo es.Aparte, no siquiera me lo había pedido, me lo estaba ordenando.—Se cuestiona, por qué usted —no se lo cuestiono, lo aseguro como si supiera lo que yo iba a preguntar.—Lo que quería decir es que, yo simplemente soy una empleada de las empresas Crawford —desvío lo anterior y le recuerdo lo muy obvio —No espere a que acepte su… su, no sé cómo podría llamarle a lo que me está pidiendo.—¿P
AUDREYTiemblo al escuchar esa confesión falsa. No sé a dónde íbamos a llegar con esto, pero la verdad no quería ni pensarlo.Hubiera preferido que me echará, a hacer tal locura. No porque sea mi jefe se puede creer con el derecho de obligarme a aceptar su propuesta absurda.La mujer frente a nosotros nos escudriña a más no poder, si la conociera diría que quisiera lanzarse sobre mí para tirar de mis cabellos hasta dejarme calva.—¿Entonces Sarah me mintió? —cuestiono con recelo —¿Por qué lo haría? —comento para sí misma; sin embargo, la alcancé a escuchar.¿La señora Sarah? Creo que se estaba refiriendo a la esposa del señor Anthony. O no, y si ella no acepta tal locura, cuando se entere de que su hijo tiene un dique relación con su secretaria, el edificio entero se caerá cuando entre aquí.Tengo miedo. En qué me metí, o más bien en qué me metió este degenerado.—No es que haya mentido —comento él —Simplemente no estaba al tanto de nuestra relación, todavía no lo hacemos oficial frent
AUDREYLlegó a la empresa y en cuanto doy el primer paso adentro del edificio, todo mundo fija sus ojos en mí mientras murmuran unos con otros.¿De cuándo acá me he vuelto el punto de atención?Sigo caminando y me detengo frente al mostrador de la recepción. Me aclaro la garganta para que Nelly deje de hacer lo que está haciendo y me vea.Levanta la vista y en el instante que se da cuenta de que soy yo, frunce ambas cejas.—¿Cuándo se supone que me ibas a decir? —cuestiona molesta.La miro extrañamente.—¿Decirte qué cosa? —inquiero confundida.—No te hagas conmigo, ya lo sé todo. En realidad, ya lo sabe toda la empresa —hace un gesto día gustada —Solo así me puse enterar yo también, porque mi mejor amiga se lo guardo para ella misma.Seguía sin comprender a qué se refiere. Fue hasta entonces cuando recordé todo lo que pasó el día de ayer, después de que llegó aquella mujer y luego me mandó hablar mi jefe a su oficina. Paso tan rápido todo que no he logrado digerir nada.¿Entonces es p
AUDREY—¿No era más apropiado que conversáramos en el auto o incluso podíamos haberlo hecho en tu oficina?No me responde. Me sorprende cuando su mano toca mi espalda baja y me empuja hacia el interior del restaurante.Eso es lo que hizo, me trajo a un restaurante para que hablemos del tema que tenemos pendiente. Otra vez exponiendo está relación ficticia o como se le pueda llamar.Sé que no debo preocuparme porque no acostumbro a venir a este tipo de lugares a cenar, así que no corro el riesgo de encontrarme con algún conocido, pero él sí.¿Qué tal si nos cruzamos con algún conocido o peor aún, un amigo suyo? No quiero ni imaginarlo.—Tu lista ya me llegó a la bandeja de mensaje en mi correo —habló luego de que nos sentamos en la mesa que había reservado —Estuve leyéndola un poco y no vi tantas cosas que incluyeran en tu vida diaria.—Es que no hay muchas —aseguro.—¿Cómo? —sus ojos se fijan en mí —¿No tienes una vida fuera del trabajo? —inquiere sorprendido.Nunca me había dado pena
AUDREY Me giro en la cama, no he podido dormir nada porque sus palabras están dando vueltas y vueltas cada segundo.No sé cuánto tiempo pasa, pero llega el momento en que me quedo dormida, mañana tendré unas enormes ojeras.Al día siguiente, como lo supuse el cansancio, no abandona mi cuerpo, estoy a nada de quedarme dormida sobre mi escritorio.El día pasa lento, así lo siento, pero agradezco que no haya mucho trabajo por sacar. La próxima semana habrá una nueva reunión de inversionistas y analistas de las ventas, y ya está todo listo para ese día.Como todos los días laborales, se va en papeleos, copias y archivar más papeleo, platicar un rato con mi amiga mientras comemos a la hora que nos toca y volver a nuestros asuntos. Así pasa este día y el día siguiente, sin tanto escándalo, ya que los murmullos de los compañeros ya se han relajado un poco, puede ser que se hayan distraído en otra cosa.Sobre mi jefe, Daniel, solamente lo he visto cuando llega las mañanas y saluda con un “bu
AUDREY Su beso es exigente y seguro como lo es él, sus labios controlan nuestro beso, me deja sin respiración y puedo sentir como sensación fuerte hace que se agite todo en mí y el calor invada esa parte baja entre mis piernas.Dios, si sus manos y su boca bajarán ahí, perdería el control por completo…¿Qué me está pasando?Muevo mi cuerpo cuando mi mente se aclara un poco, no es el momento ni el lugar. ¿Pero qué estoy pensando? No debe pasar nada entre nosotros, esto está mal.Lo aparto suavemente interrumpiendo nuestro beso, pero dejando las manos sobre sus hombros, mientras me recupero de ese fabuloso beso que nos dimos.Me sorprendo ver qué Daniel también se encuentra algo agitado por nuestro beso, su aliento es igual de irregular al mío. Mientras me recobro de todos los sentidos, siento que caigo en un estado de confusión, la inquietud regresa, incapaz de comprender su espontaneidad y su reacción después del beso.Desde que lo conocí no vi mucho de él, en ratos se mostraba desca
AUDREY —No estés nerviosa —susurro en mi oído —Confía en ti, lo harás bien.¿Tan obvia me veo? ¿Y como puede estar seguro?Nos acercamos a lo que son sus padres. Ambos están en una charla animosa con un grupo de personas de tres más. Uno de ellos se aclara la garganta y llama la atención del señor Anthony, la señora Sarah se percata de ello y se gira hacia nosotros.Una expresión de asombro se muestra en su cara cuando sus cejas se levantan, me mira por unos segundos y luego desvía sus ojos hacía su hijo. La señora Sarah es muy guapa, cabello rubio y sedoso, alta y esbelta, puede ser que se haya hecho unos arreglitos en su cara, pero eso no le quita algo de lo natural que sigue conservando.El señor Anthony le pone fin a su conversación y se vuelve hacia nosotros. Su expresión es muy diferente a la de su esposa.Los nervios me recorren el cuerpo. ¿Y si no se creen nuestra farsa? ¿Y si lo estropeo todo? Creo que Daniel siente mi inquietud otra vez, pues me ha rodeado la cintura con un
AUDREY El lunes regresa todo a la normalidad. Luego de que el sábado por la noche se terminó la velada, Daniel me llevo de vuelta a mi apartamento, ninguno de los dos dijimos algo del beso o de alguna otra cosa, solo nos despedimos y baje de su auto.En tan poco tiempo ya me estoy cansando de esto, no debí seguirle el juego, ahora no tengo cómo salir de ese problema en el que me metió mi querido jefe.—¿Ya tienes todo listo? —pregunta sin preámbulo cuando llegó a la sala de juntas, asiento —Perfecto, en menos de cinco minutos comenzamos.Solamente anuncia eso y se va por el pasillo rumbo a recepción. ¿Qué cambió en él? Lo noto diferente, como distante. Ahora es Crawford “puro negocio”.La junta termina antes de las once, casi la hora para ir a comer. Me encamino hacia la pequeña cafetería de ese piso y dejo la bandeja con tazas de café vacías y me dispongo a salir de ese cuarto cuando de repente siento un cuerpo pegado contra mi espalda, encerrándome entre la encimera y evitando mi h