Vidar llegó a su despacho, estaba contra el tiempo y todavía debía revisar la agenda, de verdad estar sin una asistente era una total pesadilla para él, ¿Desde cuándo un Dios como él debía estar haciendo ese trabajo tan denigrante? Pero no tiene opción, las mujeres que van por el puesto son unas incapaces. ―Oh, está aquí. ―Vidar alzó la mirada tan rápido que por poco se desnuca. ―Fui por un café. ―Caminó hacia él sin importar su mirada descolocada. ―Tiene una junta a las trece horas, por ahora está libre. ―Le sonrió. ―¿Qué haces tú aquí? ―Preguntó al poder formular las palabras. ―Usted no recibió mi renuncia, así que el puesto aún es mío. ―Se encogió de hombros. ―No, te quiero lejos de mí, márchate ahora. ―Exigió poniéndose en pie. ―Sal de aquí. ―Eir pensó en irse a su oficina y trabajar, pero no podía hacer las cosas así, ella estaba ahí porque él realmente le importa. ―Estoy embarazada y necesito mi trabajo. ―Lo amenazó, pensó en no hacerlo, pero conoce esa mirada. ―La ley me pr
Eir se limitó a obedecer cada orden que Ariana le daba y soportar toda la humillación que esta le hacía vivir, Vidar parecía no tener voz, él no decía nada, estaba completamente indiferente a lo que estaba pasando y eso para Ariana solo significaba una cosa, él odiab4 a esa mujer y jamás la defendería. ―Amor. ―Llamó su atención. ―Debo irme, mi suegra me está llamando y no quiero hacerla esperar. ―Acercándose a él le dio un beso en los labios, beso que destrozó un poco más a Eir. ―Nos vemos después, ¿Vale? ―Ve con cuidado. ―Le pidió al despedirse. ―Chica, ven conmigo, quiero que le traigas algo a mi prometido. ―Eir miró a Vidar para saber si tenía permiso, pero él ni siquiera la miró así que decidió ir con la mujer. Ambas salieron del edificio, Ariana la invitó a un restaurante y Eir sin cuestionar la siguió, no sabe lo que la mujer quiere con ella, pero es mejor saberlo de una vez por todas. Ariana tomó asiento y la miró a los ojos con su gesto de desagrado de siempre. ―¿Qué nece
―Aquí traje el contrato firmado. ―Le tiró la carpeta sobre el escritorio. ―Mi empresa es la que más te da beneficios y ganancias, deberías dejar de trabajar con otras. ―Vidar no lo miró, está demasiado ocupado tratando de dominar sus pensamientos. ―¿Ahora vas por ahí sin querer hablarme? Eres realmente infantil. ―Aquellas palabras de alguna manera captaron su atención. ―No me jod4s, Apolo. ―Gruñó. ―Ya puedes largarte, solo quería esto. ―Tomó la carpeta en manos. ―¿Realmente estás dispuesto a perderme, eh? ―Sonrió. ―¿Sabes tú que un amigo como yo no se encuentra todos los días? Vas a arrepentirte toda la vida si me pierdes. ―Como si deshacerse de ti fuera tan fácil. ―Rodó los ojos. ―Tengo trabajo que hacer, es solo eso. ―Apolo lo pensó por un rato, quería quedarse ahí con él y preguntarle lo que había pasado con Eir, pero sabe que su amigo no le dirá nada y solo logrará molestarlo. ―Bien, entonces me voy. ―Decidió ir con Eir, ella sí se abrirá a él y podrá saberlo todo. ―No vemos, e
El día de la exclusiva boda del magnate Vidar Granberg y la modelo Ariana Huggin había llegado, todas las noticias hablaban al respecto y las revistas de chismes no dejaban de decir lo exclusivo que era y lo mucho que les gustaría cubrir una boda como esa. Vidar ya estaba un poco harto de todo lo que se hablaba, para él la privacidad lo era todo y la noticia del compromiso solo hizo un revuelo. Su madre no fue responsable de sacar la noticia al aire y Ariana también se niega, él realmente ya no sabe a quién culpar por todo. Ariana por su parte estaba demasiado feliz, finalmente estaba por ser la nueva luna y la esposa de Vidar y con ello sería marcada de una vez por todas. La emoción no cabía en ella y hasta había olvidado el motivo por el cual fue puesta en el camino de Vidar. Vidar resopló profundamente, estar en su despacho lo alejaba de todo el escándalo y los preparativos de la ceremonia, él no tenía el aguante suficiente como para estar mirando a mujeres de un lado al otro gr
―Pero qué cara traes. ―Jessi dejó caer los hombros. ―Esposa, has estado tan deprimida todos estos días… ―La obligó a sentarse. ―¿Por qué sigues trabajando para él si eso te hace daño? ―Eir trató de controlar su barbilla temblorosa. ―Porque debo estar ahí para él sin importar nada. ―A Jessi se le hizo tonto eso. ―Por favor, solo apóyame, ¿Sí? ―De verdad no entiendo absolutamente nada. ―Resopló. ―Eres de otro mundo, de verdad que sí. ―Se puso en pie. ―Te haré un té para que te calmes, hoy amaneciste llorando y ahora lo estás haciendo de nuevo. ―La miró por un momento y negó tras su pensamiento. ―¿Es por esa boda? ―Eir sollozó y no respondió, no fue necesario dar una respuesta, todo ha quedado claro por su llanto. Dark Ottum estaba fascinado por todo lo que estaba pasando, él está incluso más feliz que el propio novio. Deseó ese momento desde hace ya un tiempo y gracias a su preciada esposa había llegado y seguramente será hermoso. ―Estás muy animado, cielo. ―Se sentó en sus piernas.
Eir quien había luchado con todas sus fuerzas contra las personas que estaban afuera de la iglesia por entrar, corrió a él en cuanto sus miradas chocaron. Vidar logró ponerse en pie en cuanto la vio, él corrió hacia ella preocupado porque estaba en ese lugar tan peligroso, pero un nuevo derrumbe lo hizo caer sobre Ariana haciendo ver que solo corría para protegerla a ella. Eir al mirarlo abrazarla sintió un profundo dolor en su bajo vientre y más tarde el líquido deslizándose por sus piernas, ella estaba sangrando, estaba perdiendo a su hijo. Otro fuerte dolor la hizo caer de rodillas en el charco de sangre llevándose la mano a su vientre. ―¡Eir! ―Apolo quien estaba también herido, se acercó a ella peleando con su propio dolor. ―¿Qué sucede? ¿Por qué hay tanta sangre? ―Eir intentó explicarle que ella solo entró por Vidar, pero pronto se desmayó. ―Señor, debemos revisarlo. ―Un bombero intentó ayudarlo, pero Apolo se negó. ―Señor, por favor, debemos sacarlo de aquí cuanto antes. ―A
―¿Qué pasó? ―Preguntó en un susurro, ni siquiera la voz le funcionaba. ―¿Dónde estoy? ―Intentó sentarse. ―Debe tranquilizarse. ―Una enfermera la detuvo. ―Hubo una explosión. ―Ariana la miró, ahora lo recuerda bien, ella salió volando y no recuerda nada más. ―Usted ha estado durmiendo por dos días. ―Yo… yo estoy embarazada. ―Cerró los ojos por el calambre en su bajo vientre. ―Mi bebé… ―Señorita. ―El doctor se acercó a ella. ―Lamento mucho lo sucedido, pero usted perdió al bebé en el lugar. ―Fue directo, Ariana lo miró con ojos grandes, todo cansancio y dolor se le fue del cuerpo. ―¿Qué? ―Ella no lo podía creer, su cachorro es fuerte, él estaba siempre junto a su padre. ―No había posibilidades de salvarlo, la verdad. ―La miró a los ojos. ―Nos costó mucho salvarle la vida a usted. ―El hombre suspiró. ―Llamaremos a su suegra, debemos darle otra noticia y temo que no lo soportará estando usted sola. ―¡No se le ocurra llamar a nadie! ―Gritó enloquecida. ―Ustedes no pueden decir nada si
―Buenos días… ―El doctor saludó animadamente al entrar en la habitación de Eir. ―¿Cómo están todos por acá? ―Un poco mimada. ―Respondió Eir riendo. ―Tengo dos amigos realmente locos, ¿Puede usted creerlo? ―¿Yo loco? ¡Jamás! ―Apolo la miró con reproche. ―Solo estoy cuidando de mi amiga y mi sobrino, ¿Qué de malo tiene eso? ―Y se hace el héroe. ―Jessi rodó los ojos. ―Dígame doctor, ¿Cómo están Eir y el bebé? ―El hombre sin perder la sonrisa, se acercó un poco más. ―Ya ha pasado una semana y los dos están bien, por lo que hoy podrán irse a casa. ―Jessi respiró con alivio, entre los turnos en el restaurante y cuidar de Eir ya no tenía vida y la preocupación era su pan de cada día. ―Así podré cuidar de ella mejor. ―Sonrió tomándole la mano a su amigo. ―¿Lo escuchaste, esposa? ¡Nos vamos a casa! ―Apolo sonrió, la amistad de esas dos es igual a la que él tiene con Vidar. ―Qué alivio. ―Eir se sentó. ―Ya no quería estar aquí, aunque es un hospital público los gastos son bastante. ―Por e