―Pero qué cara traes. ―Jessi dejó caer los hombros. ―Esposa, has estado tan deprimida todos estos días… ―La obligó a sentarse. ―¿Por qué sigues trabajando para él si eso te hace daño? ―Eir trató de controlar su barbilla temblorosa. ―Porque debo estar ahí para él sin importar nada. ―A Jessi se le hizo tonto eso. ―Por favor, solo apóyame, ¿Sí? ―De verdad no entiendo absolutamente nada. ―Resopló. ―Eres de otro mundo, de verdad que sí. ―Se puso en pie. ―Te haré un té para que te calmes, hoy amaneciste llorando y ahora lo estás haciendo de nuevo. ―La miró por un momento y negó tras su pensamiento. ―¿Es por esa boda? ―Eir sollozó y no respondió, no fue necesario dar una respuesta, todo ha quedado claro por su llanto. Dark Ottum estaba fascinado por todo lo que estaba pasando, él está incluso más feliz que el propio novio. Deseó ese momento desde hace ya un tiempo y gracias a su preciada esposa había llegado y seguramente será hermoso. ―Estás muy animado, cielo. ―Se sentó en sus piernas.
Eir quien había luchado con todas sus fuerzas contra las personas que estaban afuera de la iglesia por entrar, corrió a él en cuanto sus miradas chocaron. Vidar logró ponerse en pie en cuanto la vio, él corrió hacia ella preocupado porque estaba en ese lugar tan peligroso, pero un nuevo derrumbe lo hizo caer sobre Ariana haciendo ver que solo corría para protegerla a ella. Eir al mirarlo abrazarla sintió un profundo dolor en su bajo vientre y más tarde el líquido deslizándose por sus piernas, ella estaba sangrando, estaba perdiendo a su hijo. Otro fuerte dolor la hizo caer de rodillas en el charco de sangre llevándose la mano a su vientre. ―¡Eir! ―Apolo quien estaba también herido, se acercó a ella peleando con su propio dolor. ―¿Qué sucede? ¿Por qué hay tanta sangre? ―Eir intentó explicarle que ella solo entró por Vidar, pero pronto se desmayó. ―Señor, debemos revisarlo. ―Un bombero intentó ayudarlo, pero Apolo se negó. ―Señor, por favor, debemos sacarlo de aquí cuanto antes. ―A
―¿Qué pasó? ―Preguntó en un susurro, ni siquiera la voz le funcionaba. ―¿Dónde estoy? ―Intentó sentarse. ―Debe tranquilizarse. ―Una enfermera la detuvo. ―Hubo una explosión. ―Ariana la miró, ahora lo recuerda bien, ella salió volando y no recuerda nada más. ―Usted ha estado durmiendo por dos días. ―Yo… yo estoy embarazada. ―Cerró los ojos por el calambre en su bajo vientre. ―Mi bebé… ―Señorita. ―El doctor se acercó a ella. ―Lamento mucho lo sucedido, pero usted perdió al bebé en el lugar. ―Fue directo, Ariana lo miró con ojos grandes, todo cansancio y dolor se le fue del cuerpo. ―¿Qué? ―Ella no lo podía creer, su cachorro es fuerte, él estaba siempre junto a su padre. ―No había posibilidades de salvarlo, la verdad. ―La miró a los ojos. ―Nos costó mucho salvarle la vida a usted. ―El hombre suspiró. ―Llamaremos a su suegra, debemos darle otra noticia y temo que no lo soportará estando usted sola. ―¡No se le ocurra llamar a nadie! ―Gritó enloquecida. ―Ustedes no pueden decir nada si
―Buenos días… ―El doctor saludó animadamente al entrar en la habitación de Eir. ―¿Cómo están todos por acá? ―Un poco mimada. ―Respondió Eir riendo. ―Tengo dos amigos realmente locos, ¿Puede usted creerlo? ―¿Yo loco? ¡Jamás! ―Apolo la miró con reproche. ―Solo estoy cuidando de mi amiga y mi sobrino, ¿Qué de malo tiene eso? ―Y se hace el héroe. ―Jessi rodó los ojos. ―Dígame doctor, ¿Cómo están Eir y el bebé? ―El hombre sin perder la sonrisa, se acercó un poco más. ―Ya ha pasado una semana y los dos están bien, por lo que hoy podrán irse a casa. ―Jessi respiró con alivio, entre los turnos en el restaurante y cuidar de Eir ya no tenía vida y la preocupación era su pan de cada día. ―Así podré cuidar de ella mejor. ―Sonrió tomándole la mano a su amigo. ―¿Lo escuchaste, esposa? ¡Nos vamos a casa! ―Apolo sonrió, la amistad de esas dos es igual a la que él tiene con Vidar. ―Qué alivio. ―Eir se sentó. ―Ya no quería estar aquí, aunque es un hospital público los gastos son bastante. ―Por e
―¿Cómo sabes eso? ―Lo miró con más desconfianza. ―Quizás tú no me hayas visto, pero yo he venido todos los días a verte y me he quedado algunas horas por ahí. ―Sonrió. ―¿Tú en un hospital como este? ―Eir enarcó una ceja. ―Sí, no te cambié porque sé que no lo aceptarías. ―Dejando salir el aire por la boca la miró a los ojos. ―Estoy arrepentido por todo lo que te hice, yo realmente quiero recuperarte, hija. ―Acarició su cabello. ―Me he dado cuenta de que solo me tienes a mí y no quiero que estés ya más sola, debo protegerte. ―Eir lo pensó, él fue tan cruel con ella, pero recordar la verdad que Apolo le dijo sobre su madre la llevó a aceptar, si ella fortalece la relación con su padre, puede convencerlo para que abra la investigación. ―Bien, pero si esto es un truco tuyo juro que no te perdonaré jamás. ―Dark sonrió, él lo ha logrado, ahora la tendrá en sus manos y podrá hacer con ella lo que quiera y lo mejor es que ese miserable no se le acercará más.―Por supuesto que no hay malas i
―E… ―La garganta le dolió al grado de cortarle las palabras, pero no se rindió. ―Eir… ―Susurró el nombre de la última persona que vio antes de perder la conciencia, él preguntó por esa mujer a la que deseaba proteger, pero que por algún motivo siente que no llegó a hacerlo. ―Estoy aquí. ―Ariana no dudó en intervenir, el doctor ha quedado descolocado por el nombre que él ha dicho y no es para menos, todos han ido a visitarlo y nadie ha sido con ese nombre. ―Amor, mío. ―Empezó a llorar, ella pensó que él viviría en coma o en estado vegetal, pero lo que más le duele es que llamara a esa estúpid4 mujer. ―Finalmente despertaste. ―Vidar miró a la mujer preocupada y lo recordó todo, ella es su prometida y también lleva a su hijo en su vientre. ―¿Nuestro hijo? ―La miró. ―¿Cómo está nuestro bebé? ―Ariana tembló por completo, pero tomando la decisión de seguir con su mentira, sonrió entre lágrimas.―Tranquilo, mi amor, todo está bien. ―Lo miró sollozando. ―Nuestro hijo está muy bien, es fuert
―Aquí estás, en soledad y comiendo con el resto de las ratas asquerosas. ―Eir miró a la mujer sorprendida. ―Oh, cierto, no te lo han dicho… la esposa de tu padre es mi tía. ―Sonrió disfrutando el desconcierto en ella. ―¿Qué haces aquí? ―Quiso saber Eir. ―Al contrario de ti, soy bienvenida y bien recibida siempre que quiera, pero tienes razón. ―Acercándose a ella, tiró el plato al piso con maldad. ―Tienes que ir al hospital y dejarle en claro a Vidar que tú no lo amas. ―Eir frunció el ceño. ―No pienso hacer eso. ―Se negó, ella le hizo una promesa, ella estaría ahí sin importar nada. ―¿Cómo puedes ser tan egoísta después de todo lo que lo hiciste vivir? ―La mirada juzgadora de la mujer dolió en su corazón. ―Tú por poco lo matas al rechazarlo, le diste la espalda cuando él más te necesitaba y con todo eso él te aceptó en su empresa para que no te murieras de hambre. ―La culpa fue incrementando en ella. ―¿Por qué no puedes hacer una sola cosa buena por él? ¡Se lo merece después de ser
Como todos los días, Savanna se puso lo más hermosa que pudo para ir a visitar a Vidar, ella no ha dejado de ir a verlo y acercarse más a él, que no muriera fue la oportunidad perfecta para estar más y más cerca uno del otro.Ariana, por otra parte, no le gustaba para nada que su supuesta tía estuviera entrometiéndose en todo, ella no dejaba de estar ahí de metida y lo cercana que se estaba volviendo de Vidar ya la estaba preocupando, a él no parecía molestarle su presencia.―Savanna, querida. ―Kora saludó a la mujer con una sonrisa. ―Gracias por venir, prometo que no tardaré nada, a mi caprichoso hijo se le ha antojado el caldo que le preparo siempre que está mal y debo ir a prepararlo.―No te preocupes por eso, Kora. ―Savanna la calmó. ―Sabes que a pesar de todo lo que pasa entre ustedes y mi marido, yo me mantengo al margen, además es el prometido de mi sobrina, por supuesto es de mi familia. ―Kora estaba realmente agradecida con la chica, pues a pesar de todo lo que ha pasado con